Si hay una parte de la moto que muchas veces pasa inadvertida en lo que a su mantenimiento se refiere pero que se utiliza constantemente, esa es el puño del acelerador. A fin de cuentas, cuando se rueda, se usa en todo momento.
Tanto es así, que en muchas ocasiones termina desgastándose y toca cambiarlo por uno que ofrezca un mejor tacto y que resulte más cómodo para el conductor.
Mantenimiento del puño acelerador
En lo que se refiere al propio puño, el principal mantenimiento consiste en mantenerlo limpio y engrasado, ya que es una parte mucho más importante de lo que cualquiera se pueda imaginar, toda vez que es la unión entre el piloto y la máquina.
Por esa razón, en el momento en que se note algún defecto o haya una dificultad en el movimiento de dar gas, hay que tomar medidas, y en el caso de que no se pueda mejorar su funcionamiento, tocará comprar uno nuevo y cambiar el antiguo.
Se trata de una tarea muy sencilla de utilizar, ya que solo hay que quitar el puño antiguo (a veces será necesario cortarlo para extraerlo con mayor facilidad) y colocar el nuevo. Cuando se va a montar, hay que tener en cuenta que no será fácil introducirlo, con lo que se puede utilizar alcohol o incluso un compresor de aire. Una vez dentro, es el momento de fijarlo (cinta aislante, alambre, adhesivo…) y dejarlo bien colocado, ya que, recordemos, de su tacto depende el feeling con la moto y que esta reaccione a lo que el conductor desea.
Mantenimiento del cable del acelerador
Cuando hablamos del mantenimiento del puño acelerador, también hay que hacerlo del cable que conduce al sistema de inyección o carburación, ya que de poco sirve tener dicho puño en perfecto estado y que el cable no funcione correctamente.
De hecho, es otra de las tareas que a menudo tienden a olvidarse, centrándose en las típicas como revisión de neumáticos, cambio de aceite e incluso revisión de bujías. Pues bien, es esencial inspeccionar el cable del acelerador habitualmente para constatar que realiza su labor tal y como el conductor desea, ya que es su conexión con lo que quiere que haga la máquina que lleva entre las piernas.
No en vano, habría que echar un vistazo después de cada sesión intensiva de conducción, ya que con el uso se va desajustando. Por ejemplo, si se han hecho tandas en un circuito, conviene revisarlo, puesto que habrá “trabajado” bastante en tal desempeño.
Revisión del cable
En cuanto al modo en que hay que llevar a cabo las labores de mantenimiento, en el manual de la propia moto aparecerá lo que el fabricante recomienda, consejos que habrá que llevar a rajatabla porque son los más convenientes. Más allá de eso, hay que:
- inspeccionarlo para comprobar que no hay ningún desperfecto o una grieta que podría acarrear una rotura que impediría conducir la moto.
- comprobar si no se ha desajustado, para lo cual hay que hacer una marca (con un rotulador por ejemplo) para saber si ha cogido holgura con el uso. A continuación, hay que hacer el juego de aceleración con el puño (con la moto parada, obviamente) cada vez que se inspeccione para saber si sigue en su sitio.
- revisar cada uno de los puntos de ajuste que el cable tiene con otros componentes de la motocicleta.
