accion de gracias

El origen de Acción de Gracias y su Gran Banquete

Existe un día en Estados Unidos más poderoso que la Navidad. Un día en el que la comida y la familia significan, más que nunca, todo. Ese día, cada horno, doméstico o profesional, trabaja a todo trapo en una competición de todos a una, con la misión de conseguir el pavo más jugoso, crujiente, tierno e irresistible del país.

Hablamos, por supuesto, de Acción de Gracias. Hoy, cuarto jueves de noviembre, 10 millones de personas surcan los cielos del territorio, 40 millones de estadounidenses recorren el país de una punta a otra por carretera y las estaciones de ferrocarril se colapsan por el ansia de llegar a tiempo a casa para cenar. Mientras tanto, en esta otra parte del mundo, la jornada transcurre tranquilamente, imaginando utópicas postales pre-navideñas en las que toda la familia se reúne en torno a una mesa llena de manjares. Pero, ¿cómo empezó todo? ¿Y qué está cocinando ahora mismo todo un país a unos cuantos miles de kilómetros? 

El origen de Acción de Gracias

Origen de Acción de Gracias
The First Thanksgiving, 1621, pintura al óleo de Jean Louis Gerome Ferris, 1932.

En el año 1620, un grupo de colonos europeos, conocidos hoy como los Padres Peregrinos, llegaba a Plymouth, actual Massachusetts. Desprovistos de los recursos necesarios para sobrevivir, parte del grupo pereció durante aquel invierno a causa de la hambruna y las epidemias. Su salvación llegó de la mano de los nativos americanos de la zona, los Wampanoag, quienes compartieron sus alimentos y enseñaron a los peregrinos a cultivar la tierra, a pescar y a cazar. Diez meses después, los colonos habían conseguido prosperar en aquellas tierras.

Para agradecer a los indígenas el éxito de su primera gran cosecha, en otoño de 1621 los peregrinos organizaron un banquete que se extendió durante tres jornadas. Se dice que en aquel primer Acción de Gracias, la colonia de Plymouth y los nativos Wampanoag compartieron ciervos, patos, gansos y cisnes, cebolla, frijoles, zanahoria y maíz. Según un escrito de la época, aquella tarde se habrían cazado también pavos salvajes.

El pavo

Pavo de acción de gracias

En una fiesta que se conoce coloquialmente como «Día del Pavo«, no cabe duda de quién es el protagonista. El cuarto jueves de noviembre, el 88% de los estadounidenses comen pavo, con cerca de 46 millones de pavos cocinados ese día, ¡casi nada! La forma más tradicional de consumirlo es asado, con un relleno a base de pan, apio picado, zanahoria, cebolla y diferentes hierbas aromáticas, especialmente salvia, pero también tomillo, orégano o perejil. Algunos rellenos incluyen carne de cerdo, salchichas, manzanas, castañas o pasas.

Dentro del imaginario de esta jornada, todos los años se dedica especial atención a la tradicional fotografía del Presidente de los Estados Unidos junto a un pavo vivo, que formaría parte de la cena del propio Presidente y su familia. Sin embargo, desde 1989 se concede el indulto presidencial al pavo, que se zafa de ser un número más en la increíble cifra de pavos que son sacrificados para la cena de Thanksgiving.

Pavo de Acción de Gracias
El pavo indultado en 1989 por George H.W. Bush pudo rehacer su vida y terminar sus días muy felizmente.

Como alternativa al pavo, algunas familias se decantan por asar pato, ganso o jamón. Pero si cualquiera de estas opciones te sabe a poco, atrévete con el turducken. Como suele decirse, «The Turducken isn’t a meal…it’s an experience!«. Y es que un pavo deshuesado relleno con un pato deshuesado, a su vez relleno con un pollo pequeño deshuesado no es para menos. Parece propio del programa Crónicas carnívoras pero ¡está pasando! ¿El nombre? La suma de turkey (‘pavo’), duck (‘pato’) y chicken (‘pollo’). Por si no fuese suficiente, existe una variante envuelta en tiras de delicioso y chispeante bacon.

Guarniciones

cena de acción de gracias

Ya tienes el pavo, pero todavía estás lejos de poder fardar de una auténtica mesa de Acción de Gracias. Necesitarás cuatro acompañantes básicos: salsa de arándanos, un poco más de relleno, puré de patatagravy, una salsa elaborada a base del jugo de la carne. Aún con todo esto, en una mesa americana de verdad veremos muchos más platos: puré de calabaza, puré de boniato, judías verdes guisadas, coles de bruselas, maíz, diferentes panes, empanadas, tarta de calabaza, pastel de manzana o pastel de carne picada.

Si llegas tarde para ponerte a cocinar hoy, ¡vete preparando el horno para el Acción de Gracias del 2018!

 

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