¿Cómo abrigar a mi bebé?

Bebé

En este artículo vamos a intentar ayudarte para que tu hijo esté, en esta temporada de invierno, con una temperatura adecuada. ¡Algo que a muchas madres nos suele parecer todo un reto! Te enseñamos a cómo abrigar a tu bebé.

Abrigar a mi bebé en invierno

Muchas veces con la llegada del invierno, tendemos a resguardar a nuestros hijos en casa y evitar los paseos diarios. Estos paseos son fundamentales para ellos y también para los padres, tomar el aire siempre ayuda y no podemos olvidar que la vitamina D, que nos proporciona el sol, es indispensable para los más pequeños. 

Debemos tener en cuenta que los recién nacidos no tienen casi grasa, por lo que su sistema de termorregulación no es del todo eficaz. Además, los bebés no se mueven, al estar en un carrito, y no generan el calor con el que sí cuentan los adultos. Por ello, solo durante ese tiempo, normalmente debemos ponerle una capa más. Es habitual que el bebé en el coche de paseo vaya con un saco, y en esta situación ya es suficiente, al estar más resguardado del frío. Si damos el paseo porteando a nuestro hijo, nuestro calor también le va a llegar, por lo que va a conseguir una temperatura adecuada, también podemos usar un abrigo específico de porteo.

Siempre hay que evitar que el bebé sude, ya que en estos casos es probable que coja frío con más facilidad y se ponga malo. 

No debemos caer en el error de utilizar la burbuja de plástico de lluvia, tendemos a pensar que con ello se evita el viento y el frío, pero originamos una falta de oxigenación en nuestro bebé muy peligroso. 

Solemos pensar que un bebé con las manos o los pies fríos está a una temperatura baja e inadecuada, pero realmente esa circunstancia es normal. Por ello, ante este signo no abrigues más a tu hijo, si la temperatura del pecho es adecuada. 

Abrigar a mi bebé para dormir

Normalmente tendemos a pensar que un bebé debe tener una temperatura ambiente elevada, por un pensamiento automatizado de vulnerabilidad. Por ello ponemos la calefacción incrementando los grados más de lo normal, con la presencia de un bebé, y si, además, se hace de noche y la sensación de frío aumenta, muchas veces la habitación se queda a una temperatura muy elevada, lo que resulta del todo desaconsejable. 

El cuarto de un bebé debe estar a una temperatura aproximada de 18º. Con un body, un pijama fino de algodón y un cubre pijamas, es más que suficiente. De esta manera, evitamos sábanas y mantas, ya que los bebés se mueven y tienden a destaparse, y nos aseguramos que siempre esté con una temperatura confortable para dormir. En el caso de optar por mantas, escoge siempre unas que sean finas, para que sea más fácil regular la temperatura. 

En verano, cuando la temperatura es elevada y, evidentemente, no dejamos el aire acondicionado cerca de un bebé y mucho menos toda la noche, podemos optar por un body de algodón fino y una sabanita. En la medida de lo posible hay que intentar que la habitación no supere los 26º. 

Consejos prácticos para abrigar al beb

Os dejamos algunos consejos prácticos, para que puedas asegurarte de que tu hijo no va a pasar frío.

Es importante vestir por capas:

Opta por vestir a tu bebé con diversas capas, para que puedas ajustar fácilmente su abrigo según las temperaturas en interiores y exteriores. Evita siempre que suden, para que no cojan frío. 

Escoge un abrigo térmico:

Elige prendas exteriores que sean suaves al tacto y térmicas para proteger a tu bebé del viento y el frío. Las chaquetas acolchadas y los buzos son opciones perfectas para los más pequeños.

Pon gorro, bufanda y manoplas:

La cabeza, la garganta y las manos son las áreas del cuerpo que pierden calor más fácilmente. Asegúrate de que tu bebé use un gorro, el verduguito es una opción ideal para abrigar orejas y garganta, y manoplas, más sencillo que los guantes para los más pequeños. Intenta que sean suaves y que no piquen, evitaremos que no se quiten estas prendas y que vayan bien calentitos.

No olvides controlar la temperatura Interior:

Ajusta la temperatura de la habitación a un nivel agradable. Y la ropa de tu hijo a la temperatura de la estancia. No es necesario exagerar con el calor; una temperatura constante entre 18-21ºC es generalmente cómoda.

Los paseos son siempre imprescindibles en estas edades:

Para los paseos invernales, invierte en un protector para el cochecito que bloquee el viento y proteja a tu bebé del frío. ¡Es importante disfrutar del aire fresco y siempre hay que procurar que sea de manera segura!

Observa las señales que muestre tu hijo, él te va a informar mejor que nadie: 

Presta atención a las señales que dé tu bebé. Si está inquieto o sudoroso, podrías necesitar reducir capas. 

Un truco para saber si tiene una temperatura adecuada es observando el pecho de tu bebé. No hay que tomar su temperatura de las extremidades, manos o pies, pues pierden y ganan temperatura con rapidez y no son indicativos.  

El equipo de profesionales sanitarios de Maternify

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Contar con el apoyo de profesionales sanitarios altamente cualificados marcará la diferencia a la hora de vivir la espera y llegada de un nuevo miembro a la familia. 

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