¿Cuándo poner pendientes a mi bebé?

Hace unos años poner los pendientes a nuestra hija recién nacida era un trámite más a realizar en el hospital. La realidad es que a día de hoy pocos hospitales ofrecen este servicio, durante las 48h. que la mamá y el bebé están ingresados. Por este motivo, unido a que en la actualidad este tema genera controversia y ya no es una tradición indiscutible el hecho de poner pendientes a nuestras hijas, a las familias se les presenta la duda: ¿cuándo poner  pendientes a mi bebé?, así como, ¿dónde es el lugar más adecuado y qué método es el más recomendable?

¿A qué edad es recomendable poner pendientes a mi bebé?

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Existen dos mitos, curiosamente opuestos, en relación con esta pregunta. 

Mitos sobre la puesta de pendientes a bebés

El primero de ellos refiere que es más aconsejable poner los pendientes al bebé nada más nacer, para evitar que le duela y que tenga malos recuerdos. Y, el segundo, que el bebé tenga al menos tres meses de vida, para que se tenga más precisión, ya que el lóbulo crece y el agujero podría quedar descentrado. 

Ambos razonamientos decaen por su propio peso, pues el lóbulo del bebé recién nacido, pese a ser una zona con pocas terminaciones nerviosas, tiene sensibilidad y, en segundo lugar, el lóbulo de la oreja es una de las partes del cuerpo que crece durante toda la vida, por lo que siguiendo este consejo, poner los pendientes a mi bebé nunca sería buen momento.

Lo que sí es cierto, es que el lóbulo de la oreja al principio es muy fino y, por ello,  fácil de atravesar y, en este sentido, a medida que el bebé va creciendo la zona se irá endureciendo. Y, por otro lado,  es evidente que un bebé con pocos días de vida se mueve menos, por lo que será más sencillo para el profesional ponerle los pendientes sin incomodarle. 

En definitiva, desde nuestra experiencia entendemos que no hay una edad ideal para poner pendientes, sino el mejor momento que la familia elija, siempre siguiendo las pautas y recomendaciones de un profesional sanitario especialista en el tema y de confianza. 

Métodos para poner pendientes a mi bebé

Sin duda el método más seguro para poner pendientes a nuestro bebé, es el que consiste en perforar el lóbulo de la oreja mediante un discreto aparato a presión y sin motor.

Son varias las ventajas que presenta este sistema, entre otras, permite una amplia precisión a la hora de hacer el agujero, ya que se trata de un aparato muy pequeño que se adapta sin problema a la oreja de nuestro bebé. Por otro lado, es un aparato completamente estéril en el que se incluye un pendiente de acero quirúrgico precargado, envasado en un paquete individual, de esta manera se manipula al bebé y a los pendientes lo estrictamente necesario. A ello hay que sumarle, que el pendiente cuenta con una tuerca a presión que no molesta al bebé y que no puede desprenderse de manera accidental.

Existen otros métodos que han sido y son a veces utilizados, entre otros: 

• Perforar el lóbulo con el propio pendiente. Antes, cuando lo habitual era poner los pendientes en el hospital,  era el sistema más utilizado. De este modo, y con el mismo pendiente que la madre había comprado o le habían regalado para el bebé, la matrona perforó el lóbulo de la oreja. Pero no es aconsejable este método ya que no es higiénico, al no estar el pendiente esterilizado ni hipoalergénico y manipula con las manos la oreja del bebé. Y, además, ser un sistema del todo impreciso, al realizarse el agujero con el pulso de la matrona.
• Perforar el lóbulo con una pistola. Este sistema es el que se utiliza en la mayoría de las farmacias. Sin entrar a valorar el hecho de que la pistola no es un utensilio estéril, el principal y gran inconveniente de este método es que es sumamente impreciso, pues se utilizan pistolas grandes para una orejita diminuta, lo que dificulta poder hacer diana en el sitio correcto. Además de ser un artilugio tremendamente incómodo para el bebé, por su tamaño y el ruido que emite.
• Perforar el lóbulo con una aguja. Este sistema está compuesto por una aguja y un tubito de plástico hueco en la parte superior. Al perforar el lóbulo con la aguja, el tubito de plástico se queda dentro y a través de él se introduce y desliza el pendiente, una vez que se haya puesto la rosca, el plástico se retira. Resulta desaconsejable por el hecho de que los bebés están moviéndose constantemente y se requiere de tiempo para su ejecución, además de la manipulación que este método conlleva.

Qué es importante tener en cuenta a la hora de poner pendientes a mi bebé

Dicho todo lo anterior, os dejamos una serie de consejos a tener en cuenta en el momento en que decidáis poner los pendientes de vuestros bebés. 

• La prioridad debe ser siempre el bebé, adaptándonos nosotros a sus necesidades, procurando un entorno sereno, plácido y relajado. Por ello, entendemos que el mejor lugar para poner los pendientes al bebé es el domicilio de la familia, no hay sitio en el que bebé se sienta más cómodo y seguro que su hogar. 

• Utilizar siempre pendientes hipoalergénicos de acero quirúrgicos, para una rápida y cicatrización, y con un sistema que tenga cierre de seguridad, para que en ningún caso el bebé pueda metérselo en la boca en el supuesto de que se desprenda de su oreja. 

• Evitar al máximo la manipulación de la orejita del bebé, precaución e higiene en el procedimiento. De esta manera evitaremos infecciones o molestias tras la puesta del pendiente. 

• Es un proceso que requiere de su tiempo, por lo que hay que evitar prisas innecesarias, dedicando tiempo, paciencia, experiencia y mimo. 

El servicio de puesta de pendientes en Maternify

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