Galicia estrena «concello». El municipio de Oza-Cesuras, de 5.400 habitantes, nació ayer a partir de la fusión de los ayuntamientos coruñeses de Oza dos Ríos y de Cesuras, ambos en manos del PP y comparables en Asturias a Muros de Nalón y Soto del Barco. El proceso, no exento de tensiones, concluye 15 meses después de que el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, lo anunciara por sorpresa en el último debate sobre el estado de la autonomía. Se trata de la primera fusión municipal que se realiza en Galicia desde 1968. El PP gallego espera que marque el camino a otros «concellos». El PSOE y una plataforma vecinal recurrirán una medida por la que la comunidad vecina pasa de 315 a 314 municipios.

UPyD, uno de los grupos que sostienen al Gobierno asturiano de Javier Fernández, es firme defensor de estas fusiones en Asturias. El acuerdo suscrito entre la formación «magenta» y los socialistas incluye la redacción de un estudio para la reordenación del mapa municipal del Principado, compuesto por 78 concejos desde hace más de ochenta años. En un trabajo adelantado por LA NUEVA ESPAÑA, el geógrafo Aladino Fernández propone reducir el número de concejos a 27, tras un profundo estudio físico, funcional e histórico del territorio. El ex alcalde de Langreo va un poco más allá del planteamiento de Fernando Rubiera Morollón, profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Oviedo, por el que Asturias se configura en 21 sistemas locales integrados, tomando como base flujos de residentes y de trabajadores.

Núñez Feijoo anunció la fusión de Oza dos Ríos y Cesuras sin que los respectivos alcaldes hubiesen informado antes a los vecinos. Cesuras, el concejo de menor población -con 2.174 habitantes- fue el más reacio a la alianza con Oza dos Ríos (3.227 habitantes), donde el proceso se vivió tranquilamente.

En Cesuras, con un índice de envejecimiento que triplica la media gallega, los vecinos mostraron desde un primer momento un gran temor a ser «absorbidos» y a perder servicios básicos como el colegio público, el centro de salud, el registro y hasta la farmacia. Además, la falta de información acerca de los términos en los que se iba a llevar adelante hizo que se formara una plataforma vecinal contraria a la fusión. Este colectivo presentó varios recursos y acudió al defensor del pueblo («Valedor do Pobo»), pero sin éxito.

El hecho de que ambos alcaldes se negaran en redondo a celebrar un referéndum sobre la fusión incrementó las críticas de numerosos vecinos y de los grupos de la oposición. La plataforma contraria al proceso inició entonces una recogida de firmas, al tiempo que un nuevo colectivo, cercano al PP, respondía con una campaña alternativa a favor de la alianza municipal.

En el ámbito político, tanto el PSOE como el Bloque Nacionalista Galego (BNG) pusieron en duda que la creación de un nuevo concejo de poco más de 5.000 habitantes conllevara ventajas reales y emplazaron al PP a que, antes de plantear la fusión, ensayara otras fórmulas, como el consorcio de servicios. Sin embargo, los equipos de gobierno de ambos municipios se cerraron en banda a cualquier posibilidad que no fuera la unión. La Xunta y la Diputación de La Coruña comprometieron importantes inversiones en el territorio con el objetivo de ablandar a la ciudadanía.

Al final, tras dos tensos plenos en el Ayuntamiento de Cesuras, y sin mayores problemas en Oza dos Ríos, las corporaciones aprobaron la fusión, pero con los únicos votos a favor de los ediles populares. El PSOE ha anunciado que recurrirá, al entender que se incumple la ley autonómica de Administración Local, que establece que una fusión debe ser aprobada por dos tercios del Pleno, algo que no se habría cumplido en Cesuras. Pero el PP sostiene, en línea con el Consejo Consultivo, que en este caso prevalece una ley estatal de 2003 que autoriza estos acuerdos por mayoría absoluta.

Una vez que la unión de Oza dos Ríos y de Cesuras es oficial, los alcaldes de ambos «concellos» seguirán en sus puestos hasta que la próxima semana se constituya una comisión gestora, que estará integrada por 13 de los 22 ediles que sumaban hasta ahora ambas corporaciones.

La fusión ha provocado una rebelión de alcaldes en Galicia, muchos de ellos del PP. La Xunta, que en un principio anunció que habría uniones municipales forzosas, ha dado marcha atrás a esta pretensión. Por la vía voluntaria, ningún «concello» ha dado el paso para continuar el camino abierto por Oza dos Ríos y Cesuras.