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Viaje al corazón de la "Nueva York de Asia"

"A la gente de Singapur no nos gusta perder"

¿Cómo es el país del que ha pasado a depender Mestalla? Bonnie Han, una cocinera singapuresa afincada en Valencia desde hace seis años, explica las singularidades de una potencia emergente y la naturaleza ambiciosa y «negociante» de sus habitantes, como «el famoso» Peter Lim.

"A la gente de Singapur no nos gusta perder"

Singapur se ha convertido en el argumento más socorrido de conversación en Valencia, después de la compra del club de Mestalla por parte del multimillonario Peter Lim. Singapur está de moda pero las costumbres, la historia reciente y la emergente economía de esta diminuta república siguen siendo desconocidas para una gran mayoría. Con el fin de desvelar las singularidades de uno de los grandes motores económicos de Asia, Levante-EMV se reunió con Bonnie Han, una joven cocinera singapurense afincada en Valencia desde hace seis años, donde abrió el prestigioso restaurante de cocina de fusión asiática Appetite, y que forma parte en la ciudad de una colonia compuesta por otras dos personas de su misma nacionalidad.

El primer mensaje de Bonnie es tranquilizador para la hinchada valencianista. Si alguna virtud distingue a los singapurenses es su ambición por ganar, forma parte de su naturaleza: «Si Lim ha comprado el Valencia es que quiere llevarlo a las cumbres más altas. Y por una cuestión de orgullo va a hacer todo lo posible para que su equipo de fútbol sea el mejor. En los genes del singapurense está ser el mejor. A la gente de Singapur no nos gusta perder, Lim no se compraría nunca un equipo de fútbol segundón».

La relación de Peter Lim con el Valencia, un personaje «muy conocido en Singapur, al igual que su familia», puede ir más allá del fútbol. Según Bonnie otros sectores de la ciudad pueden verse beneficiados: «Es muy importante que Valencia mantenga una buena relación comercial con Singapur», ya que se trata «de un país muy próspero». La potencialidad del club valencianista es otra de las claves. Los inversores del sudeste asiático no suelen embarcarse en aventuras en las no vean «una buena oportunidad de negocio». Si se ha decidido, y ha aguantado durante un año entero de tenso proceso de venta, «es porque ha detectado potencialidad en el club. Algo más allá de la simple pasión por el fútbol y que le puede dar prestigio internacional».

¿Cuál es el secreto que ha convertido a Singapur en un gigante? Bonnie, cuya familia posee franquicias de restaurantes y locales de ocio en Singapur, destaca su país es un enclave estratégico de gran importancia en la región en el que ha imperado el ingenio: «No tenemos petróleo ni ningún tipo de riqueza, lo que tenemos es 'brain', cerebro. Es un gran punto estratégico, es el puerto comercial de Asia, y ello ha atraído muchos inversores, negocios, con sede en Singapur». En otras palabras, «somos el Nueva York de Asia».

La compra del club ha originado que algunas hinchadas rivales entonen el cántico de que el Valencia «es de los chinos». Una simplicación que supone «una falta de respeto muy ofensiva» para los singapurenses. El país, excolonia británica bajo influencia china y ubicada en una región de flujo migratorio con Oceanía, rezuma multiculturalidad: «En Singapur se hablan tres idiomas. El inglés es la primera lengua, la oficial, luego está el mandarín, para los que tienen ascendencia china, y si eres originario de Malasia, el malé. También hay hindús... Somos un país multirracial». Como nación, además, Singapur es joven, como dijo Lay Hoon después de firmar el acuerdo de compraventa y recordar que el Valencia era más antiguo: «Vamos a celebrar el año que viene el 50 aniversario. Cuando dejó de ser colonia inglesa, la población china de Singapur tomó el control». Ahora, contrariamente a algunos regímenes totalitarios que todavía persisten en Asia «somos una nación completamente independiente y democrática», recalca Bonnie.

La fortaleza financiera de la pagana Singapur va en inversa proporción aritmética al poso de las religiones, ya que «en Singapur casi todo el mundo es comerciante, tenemos una naturaleza negociante». Otro aspecto que toma relieve es el cosmopolitanismo de sus habitantes, muy inquietos y con espíritu (y posibilidades) aventurero: «Se viaja a otros países mucho más que en cualquier otro lugar de Asia, se estudia mucho fuera».

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