Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Pedro Agramunt: "Se puede europeizar Rusia, pero Putin tiene que estar fuera del poder"

El exsenador del PP Pedro Agramunt conoce al núcleo cercano de Putin: "La solución a la guerra la tienen los oligarcas"

Pedro Agramunt, durante las protestas de Ucrania en Kiev en 2014.

Para Pedro Agramunt muchos de los nombres propios que aparecen en torno a Putin y forman parte de las negociaciones con Ucrania son rostros conocidos, manos estrechadas, personas con las que ha compartido horas y conversaciones. Valentina Matviyenko, presidenta del Consejo de la Federación (el equivalente al Senado español); Serguéi Naryshkin, jefe del servicio de inteligencia exterior; Vyacheslav Volodino, presidente de la Duma, o Leonid Slutsky, jefe del Comité de Asuntos Internacionales de la Duma rusa, son personas con las que admite haberse "reunido varias veces" y que considera "no están en eso", refiriéndose a lo que ha empezado Putin. "Hay muchos que no lo están", añade.

Agramunt es un veterano de la política española y valenciana. Expresidente del PPCV y diputado en Corts, Congreso y Senado durante casi tres décadas, es una de las personas que más contactos ha tenido con el mundo exsoviético gracias, en primer lugar, a dirigir el Grupo del PPE en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (de 2013 a 2016) y, sobre todo, a su posterior elección como presidente de este organismo.

"Rusia es Europa, pero hay quien no lo quiere entender". Es el argumento con el que defiende sus acercamientos y múltiples reuniones con altos representantes de Rusia, Ucrania, Georgia o Azerbaiyán. Estos encuentros le han traído "problemas", como acusaciones de haber recibido sobornos y regalos de estos países por influir a su favor ("la diplomacia del caviar", se bautizó en informaciones de prensa). Estas acusaciones se transformaron en un informe que constataba "fuertes sospechas" de corrupción aunque "sin evidencias claras". Todo ese contexto le obligó a dejar la presidencia parlamentaria. "Hay quienes siempre han boicoteado cualquier acercamiento a Rusia" es su justificación ante las incriminaciones.

Vitali Klichkó, alcalde de Kiev y campeón del mundo de boxeo, junto a Pedro Agramunt.

Las primeras palabras del exsenador sobre la invasión a Ucrania son de condena. "Putin se ha equivocado, es un grave error en todos los sentidos, es un crimen inaceptable", dice como inicio de una serie de calificativos con los que deja claro su rechazo. "Dicho esto -añade-, hay muchos matices, es un conflicto complejo y todas las opiniones van con razón pero sin conocimiento en un solo sentido".

Es ahí donde señala la importancia del contexto y aunque carga la responsabilidad de una invasión "a la que nunca se debería llegar" a Putin, también apunta a la OTAN y su acercamiento a las fronteras rusas como "circunstancias que explican la situación". "El contexto no es solo lo que vemos ahora, hay una historia común y larga y más elementos que explican la situación actual", indica.

"Decir que Rusia es una dictadura, comunista y antidemocrática es una barbaridad, igual que decir que Ucrania es una democracia ejemplar"

decoration

Entre ellos, señala que Rusia "no quiere tener en sus fronteras a la OTAN ni bases con misiles igual que EE UU tampoco habría tragado con tener misiles del Pacto de Varsovia en México o Cuba", una organización que, por otra parte, recuerda que se disolvió en los 90 mientras la OTAN continúa. También incide en que hay "población rusa que ha sufrido maltrato de Ucrania".

Agramunt estuvo presente en Crimea, en Kiev y en Donetsk en 2014 cuando comenzaron las tensiones en la región. Su galería de imágenes del móvil es una fuente fidedigna al respecto. Así, recuerda que Crimea fue tomada por Rusia, pero posteriormente un referéndum "que la comunidad internacional valoró que cumplía las condiciones" respaldó su anexión "con un 90 %".

Agramunt, como observador internacional, en las protestas prorrusas de Donetsk en 2014 ante la estatua de Lenin.

Los sucesos de 2014 provocaron las primeras sanciones a Rusia que respondió marchándose del Consejo de Europa. "Cuando llego a la presidencia, mi intento es recomponer la situación, mantuvimos mucho diálogo, avancé mucho, pero había muchos que estaban en contra de cualquier acercamiento a Rusia y Putin", desgrana. En su opinión, "como mínimo hasta los Urales, Rusia es Europa", sin embargo, los "80 años de comunismo han sido una separación mental brutal" que, indica "ya no es así".

Agramunt expresa que esa batalla la ganó "después de muerto políticamente". En 2018, Rusia volvió al Consejo de Europa hasta esta nueva crisis en la que se ha vuelto a ir. No obstante, confía en un regreso. "Se puede europeizar Rusia", pero para ello ve necesario que Putin "esté fuera del poder". Tampoco considera que Rusia deba ser "un estado paria" como lo es Corea del Norte. "Corea está lejos, Rusia no", añade. Además, lamenta que se está echando a Rusia "a los brazos de China, algo que no interesa ni a Europa ni a Estados Unidos".

"La solución a la guerra de Ucrania la tienen los oligarcas"

decoration

Para el exsenador, "decir que Rusia es una dictadura, comunista y antidemocrática es una barbaridad, igual que decir que Ucrania es una democracia ejemplar, son dos países similares, con corrupción y oligarcas". En estos últimos pone la solución a la guerra de Ucrania que no para de condenar. "Son personas cercanas a Putin que están perdiendo mucho dinero", expresa. No obstante, considera que Putin "tiene un poder inmenso" y que cada vez está más alejado de algunos de los dirigentes con los que Agramunt se reunía "y que creen que Rusia es Europa".

Pese a su experiencia en la zona, el político valenciano admite que no se esperaba llegar a la situación actual. "Putin ha ido más lejos de lo esperable", lamenta. "Esperaba que pudiera apoyar al Donbás, pero ir más allá no, y nunca me imaginé que estaría atacando Kiev o a 20 kilómetros de la frontera", añade. Finaliza la entrevista condenando nuevamente el ataque, pero con un "hay muchos más matices, el contexto es más amplio". Este 'pero' "ha hecho que haya quienes me acusen de ser prorruso, pero lo que soy es proeuropeo", dice.

Compartir el artículo

stats