Miguel Ángel Acebes. /EFE
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Un trayectoria eclipsada por la sombra del 11-M

La gestión de los atentados de Atocha eclipsó algunos de los logros de Miguel Ángel Acebes al frente de Interior, como la firma del Pacto por la Justicia en 2001, consensuado por populares y socialistas

MADRID Actualizado: Guardar
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Ángel Acebes pasó a la primera línea del combate político en enero de 1999, cuando fue nombrado ministro de Administraciones Públicas en sustitución, precisamente, de Mariano Rajoy, en el Gobierno presido entonces por José María Aznar. Hoy, con su decisión de no continuar al frente de la Secretaría General a partir del próximo Congreso Nacional, ha dado un paso hacía atrás.

En su etapa al frente del Ministerio se cerraron importantes traspasos de competencias a las Comunidades Autónomas. Además coordinó las actuaciones del Gobierno para prevenir el llamado Efecto 2000 y se hizo cargo de los asuntos de inmigración tras los incidentes registrados en la localidad almeriense de El Ejido en febrero de ese mismo año.

Sólo unos meses después, en abril, fue nombrado ministro de Justicia en el nuevo gabinete de Aznar, sustituyendo a Margarita Mariscal de Gante. Desde aquella cartera retomó la reforma del Código Penal, consiguió la aprobación de la ley del Menor y la ley de Enjuiciamiento Civil. Otro de sus logros, y no menores en vista de las actuales relaciones entre Gobierno y oposición, fue la firma del Pacto por la Justicia en 2001, consensuado por populares y socialistas.

Consiguió también acuerdos contra el terrorismo como el alcanzado con Francia y que establecía la puesta en marcha de los mecanismos de entrega temporal de delincuentes y denuncias oficiales. Fue además uno de los partícipes de la ley de Partidos Políticos, que, desde junio de 2002, permite ilegalizar formaciones que amparen y apoyen políticamente el terrorismo.

Eterno sustituto de Rajoy

En julio de 2002 fue nombrado ministro del Interior, sustituyendo de nuevo a Mariano Rajoy. Desde este ministerio se impulsó reforma de la Ley de Extranjería.

Pero su actuación más polémica estaba por llegar, y tuvo lugar con motivo de los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid. Al presuponer, en un principio, la autoría de la masacre a ETA, algunos sectores de la oposición cuestionaron la transparencia del Gobierno. El fuego de aquella batalla se ha extinguido hace sólo unos meses.

Como ex ministro de Interior, el 28 de julio de 2004 declaró ante la Comisión de Investigación sobre el 11-M, creada en el Congreso, en la que defendió la actuación del Gobierno en ese momento.

En marzo de 2004 fue nombrado adjunto a la secretaría general del PP, a iniciativa de Mariano Rajoy, que ese día lo propuso como futuro secretario general. Fue elegido para este cargo en el XV Congreso del PP, celebrado en Madrid los días 1 a 3 de octubre de 2004.

Como tal, en octubre de 2004 mantuvo una pugna con Ruiz Gallardón sobre el control del partido en Madrid y en Julio 2005 tuvo desavenencias con Piqué, quien lo consideraba una figura del pasado.