No necesito sentirme una zorra

José Manuel Velasco PROFESOR DE COMUNICACIÓN POLÍTICA Y FORMACIÓN DE PORTAVOCES EN UNIVERSIDAD NEBRIJA

OPINIÓN

María Pedreda

13 feb 2024 . Actualizado a las 08:51 h.

¿Denigrante para las mujeres o himno de libertad?, se preguntaba el diario británico The Times el pasado jueves día 8 a propósito del debate suscitado por la elección de la canción Zorra para representar a España en el festival de Eurovisión.

Si lees la letra de la canción, compuesta e interpretada por la pareja que se hace llamar Nebulossa, es evidente que no hay intención alguna de denigrar a la mujer, sino de clamar por su libertad para hacer lo que le venga en gana sin estar sometida al yugo de la autorización previa. Esa es la interpretación también de los organizadores del festival, la Unión Europea de Radiodifusión, quienes, a preguntas de los medios, han declarado que «teniendo en cuenta su uso previsto en el contexto de la letra y el mensaje de la canción, según nos explicó RTVE, hemos concluido que la canción es elegible para participar en el concurso de este año».

Sin embargo, más allá de la literalidad de la lírica, cabe preguntarse si las mujeres necesitan sentirse como unas zorras para «empoderarse», verbo de moda que cita la propia canción y que es el argumento clave para su defensa por parte de quienes lo ven bien y les suena bien; por ejemplo, el colectivo LGTBQI+, a quienes la estética de los bailarines ha entusiasmado.

No soy mujer y no puedo contestar como tal, pero estoy convencido de que hay muchísimas féminas que, para empoderarse, no necesitan sentirse como persona «de costumbres crepusculares y nocturnas» (acepción 1 del diccionario de la Real Academia); «persona muy taimada, astuta y solapada» (acepción 2); «persona que afecta simpleza e insulsez, especialmente por no trabajar, y hace tarde y pesadamente las cosas» (acepción 3), o «prostituta» (acepción 7).

Una vez más, la provocación se ha impuesto a la reflexión. Bien es cierto que en la economía de la atención es importante concentrar los focos para no pasar desapercibido, pero también lo es que esa luz, precisamente por su carácter público, no debe lograrse a costa de la zafiedad o el escándalo. Tal vez este posicionamiento suscite rechazo en los enemigos de lo políticamente correcto, pero en una sociedad cada vez más polarizada la política no debería moverse en los terrenos de la incorrección, sino justamente en los contrarios.

Ciertamente, Zorra está teniendo recorrido en las redes sociales. Es una de las canciones candidatas que más descargas está logrando en Spotify. No hay nada como una buena controversia para generar ruido. Y aunque las casas de apuestas no le auguran un gran futuro, estoy seguro de que Nebulossa logrará una posición mejor que el friki Rodolfo Chikilicuatre en la edición del 2008. El representante español de aquel año, supuestamente nacido en Buenos Aires, interpretó la canción Baila el chiki-chiki acompañado por dos bailarinas. En el festival que tendrá lugar en Malmö (Suecia) el próximo 11 de mayo, España estará representada por una mujer de 55 años acompañada de dos bailarines de estética queer. ¡Algunas cosas han cambiado mucho en este país y otras tan poco!