Emigración e inmigración

Eduardo Vázquez Martul MÉDICO, EXJEFE DEL SERVICIO DE ANATOMÍA PATOLÓGICA DEL CHUAC Y PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE DOCENCIA

OPINIÓN

María Pedreda

19 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Para entendernos, emigrar es salir de un lugar o país a otras latitudes por varios motivos, la razón principal es escapar de la pobreza o el hambre. Inmigrar es la acción contraria, es entrar generalmente solicitando refugio o pan para comer. Esta introducción viene al caso de dos titulares que he leído. «Galicia sigue a la cola de trabajadores extranjeros…». La otra, un siempre brillante artículo de mi paisana Fernanda Tabarés. Reflexiona sobre la épica de la otra Galicia, Irlanda, no solo similar en costumbres y paisanaje, sino también en esa lacra que mueve a sus paisanos a emigrar, con más suerte que muchos de los nuestros por la única razón de saber hablar inglés.

Creo que esta confrontación entre emigrar e inmigrar es la mejor lección real que refleja dónde está Galicia. No debemos refugiarnos en que la lacra de la emigración es un grave problema mundial, o que hace mal tiempo ou chove. Es como un examen final y la calificación subsiguiente al quehacer de la política durante decenios o centenas de años. Toda una historia que está ya escrita hasta la saciedad.

Está claro que hay un desequilibrio, hay que aceptarlo. No somos una atracción para que savia nueva impulse la economía de nuestra querida tierra. Los pocos que llegan ni compensan a los fallecidos, y si sumamos los que no nacen el futuro no pinta halagüeño. La inteligencia política debe ponerse a trabajar para que los índices de precariedad, senilidad y emigración no nos aboquen a una «longa noite de pedra». Es el mejor test de la acción política. Supera cualquier discurso. «Obras son amores y no buenas razones».