El pasado de Coto Matamoros en A Coruña: «Pasaba tanta hambre que me comía las palomas de la Marina»

La Voz

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Coto Matamoros, en Santiago, y en su expediente en la escuela Náutica de A Coruña.
Coto Matamoros, en Santiago, y en su expediente en la escuela Náutica de A Coruña.

El personaje de televisión cursó estudios de Náutica en la ciudad herculina, dejando varias anécdotas

18 ene 2024 . Actualizado a las 18:23 h.

Coto Matamoros es un vecino más de A Coruña desde el verano pasado. Llegó a la ciudad invitado por Brais Palmero, promotor del establecimiento hotelero El trastero de Palmero (Montserrat, 15). Sin embargo, su relación con la ciudad viene de antes, de su época universitaria, cuando vino a cursar Náutica. De aquella época es la foto de su expediente académico a la que La Voz ha tenido acceso.

La editorial Planeta de los Libros, donde Coto publicó la obra Libro de reclamaciones, ya describe de la siguiente forma el paso del personaje por la ciudad en su reseña biográfica. «Cursó sus estudios de Náutica naufragando en La Coruña y Tenerife», escribe. Lo cierto, fue una formación académica que nunca terminó. 

Más allá de lo que le trajo a la ciudad herculina, Coto tiene guardadas varias anécdotas coruñesas. En el 2001, el colaborador de televisión contó a Javier Sardá en Crónicas Marcianas las dificultades que pasó. En ese momento su cuenta corriente nada tenía que ver con la de su época dorada en la televisión y sufría hasta para alimentarse: «Pasaba tanta hambre que me comía las palomas de la Marina». No se trataba de una hipérbole, según aclaró en el programa. 

Otra de las anécdotas de Coto en A Coruña parece que no fue cierta. Llegó a decir en una entrevista que tiró al agua al indio, una mítica estatua de la noche coruñesa que presidía el Saloon, un local de hostelería. «El indio nunca se movió de su sitio y, desde luego, jamás se bañó en la dársena, diga lo que diga Matamoros. Eso es solo una leyenda urbana que sirve para forjar el mito, pero nada más. De hecho, cada noche se guardaba en el interior del local», contó a La Voz Miguel San Claudio, copropietario en su día del negocio.