Alberto Abalde: «Antes iba a Sar desde Vigo como abonado con mi padre y un amigo»

ANDAR MIUDIÑO

VICTOR CARRETERO

Regresa con el Real Madrid a la cancha en la que disfrutó viendo jugar a «Jackson, Terry, Bulfoni, Vasileiadis...»

04 may 2022 . Actualizado a las 20:29 h.

Alberto Abalde presume de gallego. Su padre jugó en el Obradoiro y el Oar. Él nació en Ferrol, vivió en Vigo y fue abonado del Obradoiro antes de recalar en la cantera del Joventut. Este fin de semana regresa a una cancha en la que disfrutó como aficionado el primer año del club en la ACB.

—Perdone el tópico, pero esta vez Abalde padre irá más con el Obradoiro que con el hijo, por las necesidades...

—(Risas). Ya nos lleva bastantes años pasando, en profesionales. Es un partido muy especial. El primer año que el Obra volvió éramos abonados. Él jugó allí. Hay un cariño muy particular y queremos lo mejor para el equipo. Pero cuando voy yo...

—¿Sigue siendo una cancha especial para usted?

—Sí lo es, sí. Llevo muchos años yendo a Santiago. Recuerdo las primeras veces con la Penya... Me impresionó. Antes iba como abonado, desde Vigo, con mi padre y otro amigo. Recuerdo ver jugar y disfrutar con Reyshawn Terry, Jackson, Bulfoni, Vasileiadis, contra el que después he jugado muchas veces.... Me hizo mucha ilusión. Siempre es una visita especial, igual que Lugo, porque viene mi familia

—¿Cómo ve al Obradoiro?

—Con el estilo de Moncho, que es bastante característico, muy táctico, con muchas jugadas para tiros de tres, jugadas largas, muy trabajado, con una defensa que estudia mucho a los rivales. Es difícil jugar contra ellos. Además, el sistema se va adaptando a los jugadores que hay. Antes era más para tiradores, ahora genera más desde el pick and roll, con gente como Robertson y otros. Pero siempre es un estilo muy trabajado.

—Suman siete derrotas en la segunda vuelta, algo que no se recuerda en el Real Madrid. ¿Qué ha pasado?

—Pasamos una mala época. Entramos en una mala dinámica de resultados. Las temporadas son muy largas, con la Euroliga y demás. Siempre hay altibajos. Tras la Copa entramos en una fase de malos resultados, malas sensaciones. Pero seguimos trabajando, ilusionados, unidos. Es normal tener altibajos. Otras veces estando mal sumábamos victorias y en esta ocasión se nos han atragantado más partidos.

—¿Están volviendo desde la defensa?

—Sí, podría ser. Lo que nos ha caracterizado desde el inicio, cuando nos fue muy bien, es que éramos un equipo muy sólido, muy físico. A los rivales les costaba meternos canastas. Esa es nuestra base. Si estamos sólidos y tenemos ritmo, llegan los tiros liberados. Luego podemos estar más o menos acertados. Pero si somos un martillo pilón en esas cosas, somos difíciles de batir.

—¿Le gusta jugar como base?

—Me gusta. No es mi posición natural, pero me ha tocado bastantes veces, en Valencia y aquí. Por las circunstancias del equipo, trato de ser lo más polivalente y ayudar en lo que toque. Por las circunstancias, me ha tocado en distintos momentos.

—Desde arriba, ¿cómo se ve la lucha por la permanencia?

—Es una locura, por arriba y por abajo. La liga es espectacular por lo igualada y difícil que está. Todos los equipos estamos luchando por algún objetivo.

—¿Cuál puede ser la clave el domingo?

—Difícil de decir. Nosotros debemos centrarnos en hacer bien lo nuestro. Lo que queremos tener y consolidar es lo que hacemos bien, ser un equipo muy sólido en defensa, imponer nuestro físico y dominar el rebote para, a partir de ahí, controlar el partido. El Obra tendrá sus argumentos y su plan de partido. El rival y el acierto influirán, como siempre.

—Usted se forjó en la cantera del Joventut, la que más produce. ¿Cómo se explica ese éxito?

—Creo que hay varios motivos. Uno es la cultura de formación y baloncesto que tienen allí desde hace años. Otra, la intención y el apoyo continuo para querer hacerlo. Una cosa es hacerlo y otra darle continuidad. Esa es la filosofía de club e invierten una parte muy grande de su presupuesto en la formación de los jugadores. Lo principal es creer en un proyecto, poner los medios, trabajar y picar piedra, y ya llevan muchos años haciéndolo.

—¿Cómo ve la temporada del Breogán?

—Grandísima, desde el principio. Pese a la baja del entrenador y ahora la de Musa siguen con un gran nivel de juego y resultados. Ojalá el Obradoiro logre la permanencia. Cuando yo estaba en Galicia no había esos referentes. Es bueno para el baloncesto gallego.

«Impresiona ver cómo transmite y simplifica Laso»

Salva Maldonado dio la alternativa a Abalde en la ACB en marzo del 2014, frente al Valladolid. Son ya nueve temporadas en la élite, en las que ha trabajado con cinco entrenadores. De todos ha sacado experiencias positivas.

—¿Qué destacaría de Salva Maldonado?

—Debuté con él en ACB. Aprendí mucho de la tranquilidad con la que afrontaba los momentos difíciles, siempre desde la calma, viendo las cosas con perspectiva. Eso me lo he quedado.

—¿Diego Ocampo?

—Inculcó valores de trabajo, sacrificio y constancia muy importantes. Me apretó muchísimo. Hay veces que, cuando destacas en categorías inferiores, va bien tener una persona que te diga ‘tienes talento, puedes ser bueno, pero hay que trabajar y sufrir'. Le estoy muy agradecido.

—¿Txus Vidorreta?

—Es un entrenador con muchísima experiencia, muy táctico, gran conocedor del juego. Confió en mí en un momento en el que llegaba muy joven, en Euroliga. Y me dio la oportunidad de jugar por primera vez de base.

—¿Jaume Ponsarnau?

—También es un entrenador que dice las cosas desde la calma y el análisis del juego, no necesita gritar mucho. Es otro técnico que me ayudó, aunque hubo una etapa en la que jugué menos con él.

—¿Pablo Laso?

—Es un líder, un entrenador de equipo grande, con experiencia. Impresiona ver cómo transmite tranquilidad y simplifica las cosas. A veces, en los partidos más grandes, puede pasar aquello de que el exceso de análisis provoque parálisis. Él lo simplifica. También me gustaría citar a Paco Redondo y Carles Durán, que fueron muy importantes en mi formación.

—Recuerdo haber leído que no es muy fan de la NBA. ¿Es así?

—Me gusta bastante el baloncesto europeo. No sigo mucho la NBA, salvo para ver cómo les va a los compañeros con los que he coincidido en la selección.