«No tenemos miedo, tenemos a Ablanedo»

Emilio Ordiz GIJÓN

SPORTING 1905

Ablanedo
Ablanedo Real Sporting

Hace 18 años que Juan Carlos Ablanedo jugó su último partido con la rojiblanca, y el sportinguismo le recuerda probablemente como el mejor portero que defendió los palos de El Molinón

08 oct 2016 . Actualizado a las 17:27 h.

Debutó en El Molinón, y se fue del fútbol profesional en el mismo lugar. En su casa. Toda una carrera en el Sporting. Es eso todo lo que los que aman a este club de verdad sueñan, y así era Juan Carlos Ablanedo. Hace hoy 18 años jugó su último partido con la rojiblanca, con esos guantes que tantas alegrías dieron a un estadio, que con él bajo palos vivió los años dorados del Sporting de Gijón. El Espanyol fue el rival que le vio colocarse por primera vez en la portería a las orillas del Piles, y el Oviedo contra quien dijo adiós a la Primera División.

Ablanedo fue además un excepcional representante del sportinguismo más allá de nuestras fronteras. Estuvo presente en dos mundiales, México 1986 e Italia 1990. Ahí es nada. Pero el legado de este enorme portero no se queda solamente ahí. Defendió la retaguardia de un Sporting que se paseó por Europa, debutando ante el Colonia en la Copa de la UEFA del año 1985.

Ganó tres Zamora y el cariño de la afición

Todavía hoy, 18 años más tarde, se siguen recordando sus grandes paradas, su saber estar y los valores que transmitía como fútbolista. Y su rendimiento se vio recompensado en forma de reconocimientos individuales: ganó el Trofeo Zamora en la 84/85 y repitió al año siguiente, para volver a levantarlo en 1991. Sus grandes maneras le convirtieron en uno de los mejores porteros de entonces, pero nunca pensó en bajarse del barco. Quizás por eso el recuerdo que la gente guarda de Juan Carlos es inmejorable.

Junto a su hermano José Luis (también ex jugador del Sporting, en su caso como central), comentaba en una entrevista en El País hace meses que ni se planteaba ser profesional hasta el día antes de debutar. Vaya si lo ha sido. 18 años sin verle con los guantes puestos, pero sigue siendo el mejor cancerbero que ha pasado por El Templo rojiblanco.

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