‘Aniquilación’ de Netflix es la película de culto que no te dejará indiferente

Recomendación

Es de Alex Garland, el autor de Ex Machina

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Netflix: Gina Rodriguez, Jennifer Jason Leigh, Natalie Portman, Tessa Thompson y Tuva Novotnyin.

Photo credit: Peter Mountain / Peter Mountain

En febrero Netflix soltaba un par de cheques al estudio Paramount para reforzar su catálogo de cine con películas que habían sido concebidas para exhibirse en salas. Una era la mediática The Cloverfield Paradox, que estrenaron por sorpresa después de la Super Bowl, y la otra era Aniquilación, una película del estimulante Alex Garland, que en 2014 había enamorado a los amantes de la ciencia ficción y el buen cine con Ex Machina.

Si la entrega de Cloverfield prácticamente nos hacía perder la fe en el cine de Netflix, esta Aniquilación es todo lo contrario. Natalie Portman encabeza una película con sus imperfecciones pero con suficientes aciertos para convertirse en un título de culto de forma justificada. ¿Su mayor virtud? Que difícilmente puede dejar indiferente a nadie más allá de tener un reparto en clave femenina (que posiblemente sea la razón por la que Paramount finalmente prefirió no pisar las salas, por miedo a no penetrar en el público masculino).

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Netflix: La zona en cuarentena.

Paramount Pictures / Netflix

Es mejor no adelantar demasiados detalles del argumento. Basada en una novela de Jeff VanderMeer, cuenta la misión de apariencia suicida de Lena (Natalie Portman), una ex soldado y bióloga que acepta entrar en un territorio en cuarentena de los Estados Unidos donde la naturaleza ha empezado a seguir un proceso evolutivo distinto. Se ha convertido en una trampa mortal, una especie de burbuja a caballo entre una fantasía onírica y una pesadilla, cuya constante expansión amenaza el futuro de la humanidad.

Es interesante ver como Garland quiere afianzarse como maestro de la ciencia ficción sin repetir temáticas con Ex Machina, que profundizaba en el género, la sexualidad, la inteligencia artificial y los límites de la tecnología. En Aniquilación parece que su propósito es crear un estado mental representado por esa realidad, que podría interpretarse como un Avatar del James Cameron de Aliens pasado por un filtro de ácido lisérgico.

Puede que la entrada en ese mundo no sea tan inmersiva como apunta la promesa de la misión, en parte culpa de unos efectos visuales que necesitan acabar de pulirse, pero Garland sabe introducir suficientes imágenes e ideas entre bellas y perturbadoras para atrapar el espectador en una atmósfera que se recuerda más allá del visionado de la película. El mural que se encuentran las expedicionarias en la piscina, la forma que adoptan las flores o el animal de peculiar rugido son algunos de estos detalles que se quedan grabados, incluso con un Garland menos refinado que en su anterior obra en la mayor parte de la película.

Es un Avatar del James Cameron de Aliens pasado por un filtro de ácido lisérgico”

Eso sí, cuando llega el último acto, Aniquilación entra en un terreno casi pictórico que representa de forma perturbadora la lucha entre la tensión y el placer estético, entre el instinto de supervivencia y el de autodestrucción, entre la belleza y el horror. De repente, un entretenimiento de ciencia ficción correcto se eleva a una expresión artística que intenta conmocionar al espectador con un viaje casi introspectivo. Evoca, no concreta.

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Natalie Portman en Annihilation.

Photo credit: Peter Mountain / Peter Mountain

No, Aniquilación no es perfecta pero su final es tan valiente y hechizante que permite que su recuerdo sea mejor que el resultado en si. Es lo que tiene despedirse por todo lo alto y, al igual que esa zona en cuarentena, retando cualquier expectativa que se pudiera tener en el origen de la expedición.

No es perfecta pero su final es tan valiente y hechizante que permite que su recuerdo sea mejor que el resultado en si”

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