Sandías albudecas recogidas en noviembre.
* La autora forma parte de la comunidad de lectores de La Vanguardia
Comparto en Las Fotos de los Lectores de La Vanguardia este reportaje fotográfico en el que muestro el proceso de crecimiento de la sandía albudeca plantada en el huerto medieval del monasterio de Pedralbes de Barcelona. Ahora, en noviembre, ha sido el momento de cosecharla. Esta sandía es ideal para hacer mermeladas o cabello de ángel, en otros.
Sandía albudeca madura.
El cabello de ángel se elabora mediante cocción de la pulpa de una cucurbitácea (calabazas, cayotes, pepinos, etc) en una solución de azúcar muy concentrada (almíbar) hasta que se deshila en una especie de hilos finos de color amarillo dorado. En España se emplea mucho la calabaza de cidra o almizclera.
Ejemplar de sandía albudeca madura.
Este dulce consta de filamentos delgados de color blanco transparente o ligeramente dorado. Lo encontramos como relleno para pasteles y tartas, sobre todo en cocas y ensaimadas.
Detalle de la sandía albudeca.
La sandía albudeca, también conocida como sandía blanca, ha sido un cultivo apreciado a lo largo de la historia, con menciones de su presencia en la Edad Media.
Interior de la sandía albudeca.
Aunque las variedades de sandía roja son más comunes hoy en día, la albudeca desempeñó un papel significativo en la dieta y la cultura de la época medieval.
Ejemplar de sandía albudeca recién recogida.
Durante la Edad Media, la sandía albudeca era valorada por su sabor refrescante y su contenido de agua, lo que la convertía en una opción popular para combatir el calor, especialmente en climas cálidos. Su pulpa suculenta proporcionaba hidratación.
Sandía albudeca en agosto.
Además de su uso como alimento fresco, la albudeca también se empleaba en la cocina medieval en diversas preparaciones. Sus propiedades refrescantes la convertían en un ingrediente versátil para ensaladas, postres y bebidas.
Los registros históricos sugieren que se utilizaba tanto en platos dulces como salados, aportando un toque distintivo a las recetas de la época.
Flor femenina y masculina de la sandía albudeca.
La sandía albudeca no solo satisfacía el paladar, sino que también se asociaba con propiedades medicinales. Se creía que su consumo beneficiaba la salud y ayudaba a contrarrestar síntomas como la fiebre. Estas creencias contribuyeron a su popularidad y a su presencia en la medicina tradicional de la Edad Media.
Interior de la sandía albudeca.
Aunque la sandía albudeca ha perdido relevancia en comparación con las variedades rojas en la actualidad, su legado perdura en la memoria histórica de la alimentación medieval.
Flor masculina y femenina de la sandía albudeca.
Su papel como fuente de hidratación, ingrediente culinario y recurso medicinal destaca la diversidad de usos que ha tenido este fruto a lo largo del tiempo.
Flor masculina de la sandía albudeca.
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