El primer semáforo de la historia reguló la circulación de las calles londinenses hace 150 años y solo constaba de una luz roja y otra verde. Actualmente estos artefactos han evolucionado y ya se habla de un futuro de semáforos inteligentes y carreteras conectadas, las últimas innovaciones en tecnología del sector. Y estos avances también se ven reflejados en la variedad de tipos con las que deben lidiar hoy día los usuarios de la vía.
Las señales luminosas que se encargan de gestionar el tráfico suponen uno de esos elementos del día a día a los que uno ya está más que acostumbrado. Sin embargo, aquellos modelos que se salen de lo habitual podrían generar dudas en algunas personas. De modo que resultará fundamental conocerlos y saber exactamente qué mensaje comunican para obedecerlos correctamente.
¿Qué tipos de semáforos existen y qué significan?
Los semáforos que indican a las personas cuando cruzar o no el paso de cebra y los que detienen o permiten el avance de los vehículos no son los únicos que pueden encontrarse en la vía. Hay algunas variantes y otras versiones que están enfocadas a un tipo de vehículo en concreto.
Semáforos peatonales
Los semáforos para peatones son extremadamente simples. Por un lado, la luz roja obliga a detenerse y no cruzar el paso. Mientras que la luz verde permite a los viandantes atravesar el paso de peatones para cruzar la calzada con seguridad. Muchos modelos incluyen algún tipo de sistema para informar sobre el tiempo que dura la luz verde. Por ejemplo, un sonido in crescendo, un contador numérico o un parpadeo cuando está finalizando.
Semáforos circulares
Los clásicos semáforos que gestionan el tráfico en la calzada. Cuando la luz está roja no intermitente, los vehículos tienen prohibido el paso. Por lo que no se permite avanzar más allá de la línea de detención. Lo mismo sucede si se trata de una luz roja intermitente o de dos luces, algo habitual en pasos de nivel, por ejemplo. La luz amarilla no intermitente tiene el mismo significado que la roja, la única diferencia es que esta sí permite el paso de un vehículo siempre y cuando este no pueda detenerse con seguridad. No obstante, si la luz amarilla es intermitente, permitirá avanzar pero con precaución. Y, como es de esperar, la luz verde abre el paso a los vehículos.
Semáforos circulares con flechas
Estos semáforos pueden ser verdes, amarillos o rojos. En el caso de la flecha verde, los vehículos podrán circular por dicha dirección y sentido. En el caso de que sea amarilla, indica precaución. Si es roja, prohíbe el paso. Estas indicaciones siempre están sujetas únicamente a la dirección y sentido al que apunte la flecha en cuestión.
Semáforos cuadrados
Este tipo de semáforos regulan la circulación por carriles. La aspa roja prohíbe ocupar dicho carril, mientras que la flecha verde hacia abajo sí lo permite. Las variantes de flecha oblicua y hacia abajo, ya sea blanca o amarilla, informan de la necesidad de incorporarse al carril al que apuntan, porque va a quedar cerrado.
Semáforos para bicicletas
El sistema es el mismo que con el de los peatones, solo que con el símbolo de la bicicleta para así distinguirlo. En verde, se puede cruzar; en rojo, hay que permanecer detenido.
Semáforos para tranvía y autobuses
Fácilmente reconocibles por tratarse de líneas: una horizontal, una vertical y otra oblicua. La primera prohíbe el paso, la segunda lo permite pero solo de frente y la tercera obliga a la detención.