La réplica del galeón Santísima Trinidad: de atracción turística en Alicante al desguace

Sociedad

Tras unos años recibiendo visitas en el muelle más concurrido del puerto, este bar-restaurante y museo flotante que antes "atracó" en Málaga continúa desarbolado en la dársena alicantina a la espera de ser desmantelado

Desarbolado, el falso galeón

Desarbolado, el falso galeón "Santísima Trinidad" aguarda su desguace en las aguas interiores del puerto de Alicante.

EB

No fueron los cañonazos de la flota inglesa los que lo desarbolaron, sino el temporal y el descuido. El falso galeón "Santísima Trinidad", que entre 2011 y 2017 atrajo a miles de curiosos desde su privilegiada ubicación en la dársena interior del puerto alicantino, aguarda ahora el desguace, semioculto tras los nuevos edificios en obras que pronto albergarán la sede del Distrito Digital. 

Ni siquiera es un barco. Técnicamente se trata de un "artefacto flotante". Por eso nunca ha navegado de forma autónoma, sino remolcado, desde que el viejo mercante que aportó su estructura fue "tuneado" a imagen y semejanza del histórico navío en un astillero de Algeciras. Siempre estuvo destinado al ocio, como bar, restaurante y modesto museo, primero en el puerto de Málaga, desde 2006 hasta 2011, cuando su propietario obtuvo una concesión en Alicante que le pareció más rentable.

Siempre estuvo destinado al ocio, como bar, restaurante y modesto museo, primero en el puerto de Málaga, entre 2006 y 2011

La Autoridad Portuaria le reservó la mejor ubicación posible, en el muelle de costa, frente al Hotel Meliá, lugar de paso casi forzoso para el turista. Durante el periodo en el que ocupó ese lugar, hasta 2017, no hubo viajero que no lo fotografiara y no debieron ser pocos los que se animaron a pagar los cinco euros que costaba el acceso. Hubo opiniones dispares respecto a la calidad del bar-restaurante, en general, no demasiado entusiastas, pero pareció que en semejante lugar el negocio estaba garantizado.

Sin embargo, no fue así. En octubre de 2016 cesó su actividad hostelera y comenzó una deriva en los despachos casi tan accidentada como la historia militar de su modelo, un galeón de 63 metros de eslora y 140 cañones en cuatro alturas que fue el buque insignia de la Armada española durante la segunda mitad del siglo XVIII y principios del XIX, y el navío más grande de su época. Por algo lo llamaron El Escorial de los mares.

El falso galeón funcionó como bar-restaurante y museo primero en Málaga y luego en Alicante.

El falso galeón funcionó como bar-restaurante y museo primero en Málaga y luego en Alicante.

Puerto Alicante

El Santísima Trinidad participó en las principales batallas navales de su época, hasta que en Trafalgar fue capturado por los ingleses en muy malas condiciones, con más de 200 muertos y 100 heridos. Sus captores trataron de llevarlo a remolque hasta Gibraltar, pero terminaría por hundirse el 24 de octubre a unas 25 millas al sur de Cádiz.

Su réplica, tras ser adquirido primero por una empresa que llegó a obtener permiso para atracarlo en Benidorm, para el solaz de turistas mayoritariamente británicos -lo cual hubiera tenido algo de humillante-, pero renunció para dejar paso a otro proyecto que planeaba trasladarlo a Cabo Verde, ha terminado arrumbada en el muelle 7, a merced del viento y las estaciones. 

Se le buscó destino en Benidorm y en Cabo Verde, pero las dificultades de transporte y el coste han terminado por condenarlo al desguace

Las dificultades de transporte y el coste, en último termino, lo han condenado al desguace. Por fin, la Autoridad Portuaria, dado que tampoco sobra espacio en la dársena, no halló mejor solución, sacó el contrato a licitación pública y lo adjudicó a la empresa especializada Braceli.

Solo falta un trámite. Capitanía Marítima debe aprobar el proyecto una vez que sea presentado por la compañía, porque desguazar un "artefacto" semejante sobre el agua marina no es cualquier cosa, y existe cierto riesgo de contaminación que debe ser prevenido. A fecha 20 de octubre, la empresa adjudicataria aún no ha presentado la documentación, según confirma Capitanía oficialmente.  

Cuando llegue la autorización, se contarán las últimas horas en la agitada existencia de este galeón de pega cuya arrogante estampa, al menos, permanecerá en los archivos fotográficos y en la memoria de miles de alicantinos y turistas.

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