El ‘yohaku’ de Ando

EXPOSICIONES

La imagen que ve el lector es un trampantojo, pues en realidad es una superficie casi plana y la magia del artista crea un ámbito ideal, haciéndonos alufrar una hornacina con una vasija, una cavidad, que en la tabla no existe. Ese motivo lo rodea de espacio blanco, que se entiende como yohaku, que según explica el profesor Parralo “corresponde al espacio donde no hay forma, pero en el que paradójicamente se genera toda forma”.

Con rubro Yohaku, hasta el 4 de marzo, Marmurán exhibe una selección de pinturas y dibujos del pintor japonés Ando, realizadas del 2008 al 2015, aunque gran parte de las piezas son de los dos últimos años. Técnica mixta en tabla y lápiz y carbón sobre papel. Precios: de 480 a 5.100 euros.

Vertical

‘Hornacina III’ (2008)

A pesar de su impronta oriental, de su esencia japonesa, estas piezas nos llevan al barroco español, Zurbarán y Sánchez Cotán, por su sobriedad y arquitectura plástica. Los dibujos también se deben a ese periodo: jarros, platos, cuencos, extraídos de nuestros clásicos de los Siglos de Oro. En ellos hay un exquisito juego de luces y sombras de marcado ascetismo, desprendiendo un halo de sosiego y emoción contenida.

Teruhiro Ando (Kagawa, 1962) se forma en Bellas Artes en Tama, Tokio, Ljubliana y Edimburgo. Reside en Toledo desde 1992. Aquí ha conseguido gran cantidad de premios, como BMW, UNED, Valdepeñas, Salón de Otoño o Focus-Abengoa.

Deliciosa muestra, formatos medios y breves, que deja constancia de una técnica precisa y de un lenguaje aupado por el primor del detalle. ¡Elegante, selecto, puro!

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