El principio y el fin de la inocencia: el experimento sin árbitros no funciona en el 'frisbee'

Deportes sin fronteras

El 'ultimate' nació para ser un deporte autogestionario pero la utopía murió con la semiprofesionalización

Imagen de un partido de la American Ultimate Disc League

Imagen de un encuentro liguero de la American Ultimate Disc League

AUDL

¿Un mundo sin jueces, con una constitución y unas leyes fruto del consenso que los ciudadanos respetan y cumplen sin necesidad de una policía? ¿Un sistema basado en el respeto mutuo, el sentido de responsabilidad individual, la aceptación de que uno puede estar equivocado y el otro tener la razón, la búsqueda de compromisos, la fe en la honestidad de los demás? Las utopías existen, pero raramente sobreviven al peso inexorable de la realidad.

La utopía del ultimate (como se llama en Norteamérica al lanzamiento del frisbee como deporte competitivo) nació en los años sesenta en la Columbia High School de Maplewood, New Jersey, cuando sus fundadores establecieron las reglas del juego y decidieron que no hacían falta árbitros, y se trataría de un deporte autogestionario por decirlo de alguna manera, en el que se esperaba de los rivales que se pusieran de acuerdo a la hora de decidir si se había marcado un gol o cometido una infracción. La utopía murió con la semiprofesionalización, la popularidad y la llegada de los grandes torneos.

Los fundadores del deporte quisieron que los jugadores se pusieran de acuerdo en si era gol o había una falta

El ultimate guarda algo, pero solo algo, de su inocencia, y de esa declaración inicial de principios que dice que “se trata de un deporte altamente competitivo en el que el placer de jugar se encuentra por encima de cualquier otra consideración”, que es algo así como aquello de que lo importante no es ganar sino participar, muy en línea con el espíritu olímpico (se especula con que podría ser incorporado a los Juegos de Los Ángeles del 2028). 

La idea de partidos sin necesidad de árbitros es maravillosa, pero se ha demostrado que imposible. ¿Cuándo un contacto es falta? ¿Se produjo antes o después de que se lanzara el frisbee ? ¿Lo agarró el atacante con todos los puntos del cuerpo en la zona de gol, o la punta del pie estaba tocando la línea? En el frenesí de la acción, y por muy buena voluntad que se le ponga y muy dignamente que uno se quiera comportar, a veces es imposible saberlo, y resulta humano atribuirse el beneficio de la duda.

La autogestión es muy compleja y el romántico “espíritu del juego” muchas veces funcionaba bien, pero en otras se producían parones de hasta quince minutos en la acción mientras los protagonistas discutían si había sido gol, se había producido una infracción o el frisbee había salido por la banda, lo cual resultaba enormemente frustrante para los espectadores y creaba situaciones cómicas. 

Se decidió establecer unos “observadores” que, sin poder de decisión, mediaban entre los dos equipos para intentar llegar a un “consenso”, como si se tratara de una cumbre entre representantes de Israel y Palestina. Pero la AUDL (American Ultimate Disc League), la liga semiprofesional de Estados Unidos y Canadá, con veintidós equipos, ha recurrido a los árbitros de toda la vida (cuatro sobre el campo) para que tomen las decisiones y fluya la acción.

En los partidos de AUDL se trata de anotar capturando el 'frisbee' en la zona de gol

Los partidos de AUDL se disputan con siete contendientes por bando en campos como de fútbol americano, y se trata de anotar capturando el frisbee en la zona de gol. Solo se puede lanzar, no correr con él (lo cual es pasos, una infracción). El contacto físico está castigado, lo mismo que los bloqueos, y se pierde la posesión cuando se lanza fuera del terreno de juego, cae al suelo o lo intercepta un rival. Se puede atacar estilo conservador, a base de pases cortos, o arriesgado, con lanzamientos más difíciles de controlar.

El ultimate es un deporte con reputación de hippy y contracultural, cuya liga femenina no es de women sino de womxn , para que la x incluya a los transexuales y no binarios ¿Un mundo sin jueces, sin policías, sin árbitros? Y los sueños, sueños son.

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