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Nevada en la Sierra establece récords, entierra pueblos y cierra carreteras

Snow buries houses and cars along a residential street.
La calle Spring en la ciudad de Nevada, California, se vio afectada por la nieve y las ramas caídas de los árboles el 27 de diciembre.
(Elias Funez / The Union )

La nieve llega como una sorpresa muy necesaria para el Oeste, que está muy seco, y donde hace solo unos meses las autoridades pusieron a los residentes en estado de emergencia por la sequía.

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“Confinado por la nieve” no fue un término que Stephen Kulieke pensó que escucharía al final del año más seco de California en un siglo, pero esa es precisamente la posición en la que el residente de Sierra City se encontró esta semana.

Es un “armagedón de nieve”, dijo Kulieke, de 71 años, cuya cabaña en la montaña estaba semi enterrada bajo al menos 1 metro de nieve el lunes por la tarde en medio de una nevada récord en Sierra Nevada. “Es increíble la cantidad de nieve que hay”.

La pequeña comunidad en la que él y su marido, Jeff, pasan gran parte de su tiempo está a unos 80 kilómetros al noroeste del lago Tahoe, a una altura de 1.500 metros. La zona ha estado intransitable durante días debido a una serie de tormentas invernales, y la electricidad ha sido intermitente desde el domingo, dijo.

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Kulieke, columnista del periódico semanal Mountain Messenger, utilizaba un generador para alimentar su teléfono móvil y su refrigerador, y una chimenea para mantener la casa caliente. Pero después de meses de incendios forestales y sequía, dijo que la caída constante de la nieve es un cambio bienvenido.

“Esto es algo bueno para California”, expresó: “Ciertamente estamos empezando este invierno a lo grande. No sabemos si se va a mantener, pero ya nos encontramos muy bien”.

A cabin is barely visible behind snow
Es un “armagedón de nieve”, dijo Stephen Kulieke, cuya cabaña en la montaña estaba enterrada bajo al menos 1 metro de nieve el lunes.
(Stephen Kulieke)

El récord de nieve es una sorpresa muy necesaria para todo el Oeste, donde hace unos meses las autoridades decretaron el estado de emergencia por sequía. Durante el largo y caluroso verano, los ríos y embalses se secaron, y los campos, antes verdes, se tornaron café obscuro y se llenaron de polvo.

Pero diciembre llegó con tormentas consecutivas que arrojaron metros de nieve en Sierra Nevada y otras zonas montañosas de California, provocando el cierre de carreteras y dificultando los viajes durante las vacaciones.

Los funcionarios del Laboratorio de Nieve de la Sierra Central de la Universidad de Berkeley en Donner Pass dijeron el lunes que los totales de nieve de la zona habían superado el récord anterior de diciembre de 179 pulgadas establecido en 1970. Hasta el martes por la mañana, el laboratorio había recibido la friolera de 202.1 pulgadas de nieve en diciembre - y contando - lo que lo convierte en el tercer mes con más nieve registrado en el laboratorio.

Snow-covered trees surround a weather lab
El Laboratorio de Nieve de la Sierra Central de la Universidad de Berkeley, en Soda Springs (California), ha batido el récord anterior de 179 pulgadas de nieve, establecido en diciembre de 1970, con un nuevo total de 202.1 pulgadas.
(UC Berkeley Central Sierra Snow Lab)

“Es una gran noticia”, dijo Andrew Schwartz, director de la estación y científico principal del laboratorio. “Pero creo que el optimismo cauteloso es la palabra indicada en este momento”.

Según Schwartz, las primeras tormentas del mes fueron impulsadas por un sistema de alta presión situado frente a la costa de California. Otro sistema de alta presión frente a Alaska ha estado “arrojando humedad” al estado esta semana.

El resultado es que las nevadas en el laboratorio desde el 1 de octubre -el inicio del año hidrológico en California- son un 258% del promedio, expuso. Casi toda esta nieve se produjo en diciembre.

Aunque es bienvenida, la nevada ha provocado algunos desastres. Desprendimientos de rocas, cierres de carreteras y accidentes de tráfico se produjeron en el estado cuando la última tormenta se extendió de norte a sur. Varias carreteras y puertos de montaña fueron cerrados, incluyendo arterias importantes como la Interestatal 80, que permaneció cerrada el martes desde Colfax hasta la frontera con el estado de Nevada.

Las autoridades del condado de Placer dijeron que seguían buscando a Rory Angelotta, de 43 años, trabajador de una tienda de esquí en Truckee, que fue visto por última vez cuando salía a esquiar en la mañana de Navidad. El personal de rescate se ha visto obstaculizado por los fuertes vientos, las ráfagas de nieve y las gélidas temperaturas.

El martes por la mañana, el sargento Mike Powers, del departamento del sheriff del condado de Placer, dijo que el cielo estaba nublado y que había nevadas, por lo que no podían volar con las unidades aéreas.

Los viajeros también se encontraron con un sinfín de frustraciones, ya que muchas personas que buscaban volar a casa después de las vacaciones se enfrentaron con vuelos cancelados, tanto por las tormentas como por un nuevo aumento de casos de coronavirus alimentado por la variante Ómicron.

Los que salieron a las carreteras se encontraron con bloqueos en medio de condiciones peligrosas, y algunos expresaron su preocupación por el hecho de que el software de mapeo estaba enviando a los conductores a carreteras de montaña peligrosas y con escaso mantenimiento, en un esfuerzo por evitar las congestionadas carreteras principales.

El martes, los viajeros y los lugareños, cansados pero esperanzados, entraron en una gasolinera Valero al sur de Colfax, en la salida Applegate de la I-80, con la esperanza de poder comer algo y recargar combustible, pero sin energía, los surtidores estaban apagados y la estación cerrada.

“No tenemos electricidad desde ayer por la mañana”, dijo Zach Stein, de 33 años, que vive en la cercana Weimar. “Hay árboles y cables eléctricos caídos”.

Erin Morgan y su marido, Jaime Labeiga, condujeron desde Petaluma con la esperanza de viajar a la casa que alquilaron en Truckee con su hermana Sophie Labeiga y su novio, Miguel Escorca. Sabían que era poco probable que lo consiguieran cuando salieran de la zona de la bahía el martes por la mañana, pero querían al menos enseñarle la nieve a Escorca.

“Nunca he visto la nieve”, dijo Escorca, que vive en Miami.

Mientras conducían más allá de Auburn y continuaban hacia el este por la I-80, sus esperanzas comenzaron a aumentar de que tal vez podrían pasar después de todo.

“Estábamos conduciendo y no había nieve, no había nieve, y luego, de repente - toneladas de nieve”, dijo Morgan.

Cuando los autos se dieron la vuelta, los cuatro pararon en la gasolinera para jugar a tirarse bolas de nieve y tomarse fotos con un muñeco de nieve abandonado.

“Está claro que no éramos los únicos con esa idea”, dijo Morgan, señalando el muñeco de nieve. “Supongo que después de esto regresaremos”.

Sin embargo, la enorme cantidad de nieve es solo un comienzo para California, que tiene que compensar un déficit masivo de humedad antes de que pueda acabar con la sequía, dijo Schwartz. Aunque la nevada del martes fue alta, únicamente fue un 68% de lo que el estado espera cada año.

“Es sorprendente que se haya batido el récord, pero en última instancia, no podemos depender de ello para terminar con la sequía”, manifestó.

A principios de este año, investigadores del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley descubrieron que el cambio climático estaba contribuyendo a la disminución del manto de nieve en todo el estado y que los inviernos con poca nieve, o incluso sin nieve, podrían convertirse en algo habitual en California en tan solo 35 años.

Que el actual manto de nieve dure hasta la primavera y el verano -cuando los reguladores del agua del estado suelen apoyarse en él como fuente crítica de suministros- depende de varios factores, entre ellos las temperaturas.

“Necesitamos que los próximos meses sean tan húmedos como éste para empezar a salir de la sequía”, dijo Schwartz.

A man in ski gear waves from a snowy deck through a window to a child.
Jared Abelson saluda a su hijo Merrick, de 4 años, tras una tormenta de nieve en Tahoe Donner. Abelson tuvo que usar raquetas de nieve para salir a su terraza.
(Catherine Dang)

Para residentes como Jared Abelson, un ávido esquiador con una casa en el vecindario de Tahoe Donner, en Truckee, la nieve hasta la cintura fue motivo de celebración.

“Esto es probablemente una de las mejores cosas que le podían pasar al estado después de la sequía”, manifestó Abelson, de 39 años. “La mayor parte de nuestra agua proviene del deshielo de la Sierra, así que lo necesitamos. Sobre todo, después del noviembre seco que tuvimos”.

Abelson dijo que el domingo logró llegar a una tienda de comestibles en Truckee, que funcionaba con un generador y que se encontraba prácticamente sin abasto. Pudo conseguir suficientes provisiones para refugiarse en la casa con su familia de ocho personas, incluyendo a su esposa, hijos y suegros.

Pero las temperaturas cayeron rápidamente a un solo dígito cuando llegó la tormenta el domingo por la noche, y la electricidad en la zona era intermitente, dijo. Todos se reunieron en torno a una pequeña chimenea que ya llevaba cuatro días seguidos funcionando.

“Colgamos mantas delante de las ventanas, pusimos toallas alrededor de las puertas y otras cobijas en el suelo para intentar mantener el calor”, relató Abelson.

Aun así, se alegró de lo que significa la nieve para California, y dijo que la familia estaba pasando el tiempo jugando con los niños, uno de 4 años y otro de 8 meses.

Su entusiasmo probablemente se encontrará con aún más nieve: El Servicio Meteorológico Nacional dijo el martes que se avecinaba otra tormenta esta semana. Las alertas de tiempo invernal y los avisos de tormenta estarán en vigor en la Sierra y otras zonas de montaña de forma intermitente hasta el final de la semana, informaron las autoridades.

Algunos, como Kulieke en Sierra City, se alegran de la humedad. Kulieke dijo que pasó 10 semanas seguidas este año escribiendo sobre los incendios forestales, incluyendo el incendio de Dixie, que quemó casi 1 millón de acres no muy lejos de donde su cabaña se encuentra ahora bajo una montaña de nieve.

“¿Cuál es la vieja expresión? Cuidado con lo que pides, porque se puede hacer realidad”, bromeó.

Su marido ya le ha ganado varias veces en el Scrabble, relató, así que estaba pasando las horas en su estudio trabajando en su próxima columna para el periódico, que será una reflexión sobre los acontecimientos de 2021.

“Es sobrecogedor cómo tanto la naturaleza como una pandemia pueden paralizarnos”, dijo mientras observaba la constante caída de nieve frente a su ventana. “Nos adentramos en un nuevo año de una forma que no habíamos previsto, y tiene retos y también oportunidades. Y esa es una buena metáfora para nuestras vidas”.

Gutiérrez informó desde Applegate, California, y Smith desde Los Ángeles.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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