La importancia de admirar a la pareja

Cuando el enamoramiento pasa y la rutina empieza a comerse a la pareja, la admiración es lo que puede venir a salvar la relación. Por el contrario, darse cuenta de que no se admira al otro puede ser el último clavo del ataúd. Y es que, si no se puede destacar nada de la otra persona, ¿por qué seguir juntos?




¿Qué te gusta de tu pareja? La respuesta a esta pregunta puede ser muy reveladora sobre cómo es tu relación en términos de salud sexo afectiva. Y es que tener algo que admirar, algo que haga que esa persona se diferencie de las demás, es clave para que la pareja se mantenga en el tiempo, más allá de la etapa de enamoramiento natural de los primeros meses.

“Es importante tener admiración por la pareja porque significa que hay algo que atrae de esa persona, pero es importante diferenciar entre la admiración sana y la que no es constructiva. En ese sentido es fundamental que la admiración se centre en el ser y no en el hacer”, dice la sexóloga Valeria Rosales.

Por ejemplo, no vale aquí que la causa de admiración sea el buen puesto laboral que tiene el otro, la familia de la que proviene o las riquezas con las que cuente, porque si alguna de esas cosas -que por lo general son pasajeras- llegara a cambiar, la admiración se derrumbaría. Por otro lado, cuando alguien se siente admirado solo por sus logros laborales o por lo que económicamente puede aportar, también se puede sentir menospreciado y utilizado en vez de querido y amado. “Puede que de una pareja nos guste que sean risueños y amables, y finalmente es eso lo que admiramos, su forma de ser y lo que los motiva en la vida”, dice Rosales.

Para la psicóloga y magíster en sexología, Paulina Funes, la admiración está también relacionada con el respeto. “Es fundamental, ya que permite mirar al otro de una manera más amorosa y más realista en cuanto a sus potenciales, lo que provoca que el deseo en el otro sea mejor, pues le ayuda a su autoestima”.

“Pero también es importante demostrar esta admiración, decirle al otro ‘yo te admiro’, interesarte en sus proyectos y puntos de vista”, recalca Funes, quien explica además que tiene relación con un compromiso de mirar al otro de forma positiva para que se construya una relación firme, con confianza y respeto.

Por otro lado, está lo que Rosales llama una admiración no constructiva, lo que a la larga puede conllevar a una relación tóxica y dispar: “Es cuando hay una especie de idolatría, y de alguna manera se pierde lo que es la otra persona. Cuando existe una admiración ciega no se distingue lo positivo de lo negativo y puede aparecer la violencia”.

Para la especialista en relaciones de pareja es fundamental que la admiración no haga que una persona se sienta menos frente a otra, y que si bien pueda decir “me gusta tu forma de ser”, no sienta que el otro es lo máximo ni un ídolo. También hay que tener cuidado con que la admiración sea mutua para no caer en relaciones donde hay una persona narcisista, que solo quiere ser admirado, pero es incapaz de admirar.

“Cuando llegan a terapia parejas que ya no se admiran, que no creen que el otro tenga nada de especial, es demasiado tarde. Pasaron por crisis y conflictos, pero en vez de aprender de ellos se hundieron más y, en algunos casos, pasaron de la admiración a la aversión, a odiarse”, advierte Rosales. Y Funes coincide: “No admirar a la pareja es un problema en cuanto puede generar formas de trato mutuo que se alejan de lo amoroso o amable”.

¿Qué me gusta de mi pareja? ¿Por qué lo destaco entre los demás? A veces es bueno hacer el ejercicio de recordarlo.

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