Los malos resultados de la administración de Federico Gutiérrez, incluyendo la captura de Gustavo Villegas, pueden deberse a rasgos de su personalidad como alcalde.

El Alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, incumplió su deber de diligencia al designar como secretario de seguridad a una persona de la que había noticias que podría tener relaciones indebidas con organizaciones criminales que operan en esa ciudad. Gutiérrez desatendió las advertencias y por tanto es responsable de ese error ahora que la justicia dictó medida de aseguramiento contra Gustavo Villegas por esos hechos.

Fico, como le gusta que le digan, ha construido una imagen de hombre cercano a la gente, para eso se hace llamar así, se viste de manera informal y se despeina cuidadosamente. Es el típico “chachito”, que quiere aparecer como arriesgado y valiente. Cultiva, como en la canción de Ruben Blades, “el tumbao que tienen los guapos al caminar” y está listo a comprar cualquier pleito en el que pueda aparecer “bravito” y exigiendo respeto.

Hace alharaca permanente con sus acciones como Alcalde. La seguridad es el área preferida para la actuación. Seguramente sin saberlo, según la Fiscalía, Gutiérrez recibió ayuda de bandas delincuenciales de la ciudad para algunas de sus puestas en escena . El ente acusador dijo que cuando el alcalde personalmente se montó en una moto para perseguir a tres ladrones se logró la captura porque así lo dispusieron alias El Viejo y alias Pichi y no -como tal vez él alcanzó a creerlo- por su valentía y decisión.

Fico no ha explicado porqué nombró a Villegas. Se limitó, al mejor estilo de Uribe, a decir que él “pone la cara”, lo que no quiere decir que responda lo que la gente espera que responda. Hizo un video en el que dice eso, con énfasis, para remarcar “lo frentero” que es, pero no dice por qué desechó las advertencias que recibió.

Gutiérrez goza de una altísima favorabilidad entre los medellinenses. Más del 80% de los habitantes de la ciudad apoyan su gestión, pero si nos atenemos a los resultados del programa Medellín, ¿cómo vamos? su prestigio no coincide con sus resultados.

En materia de seguridad, en su primer año de gobierno logró un resultado inesperado: después de siete años el número de homicidios subió, lo que el alcalde explica con la extraña teoría de que eso demuestra que se están golpeando las bandas criminales.

Todos los indicadores de seguridad empeoraron según las cifras oficiales: el secuestro aumentó en más del 100%. El número de denuncias para el conjunto de las modalidades de hurto creció en 26% y ¡el hurto a personas en la calle aumentó en 49%!

El número de personas que fue víctima de un delito pasó del 12 al 15% según la encuesta de percepción ciudadana que aplica Medellín, ¿cómo vamos?

Los indicadores han mejorado en el primer semestre de 2017, pero la Fiscalía dice que no es gracias a la cacareada actividad del Alcalde sino a las instrucciones de El Viejo y de Pichi dadas en el marco de lo que ese órgano de la justicia califica de “acuerdos siniestros”.

Según el reporte de calidad de vida que se presentó hace unas tres semanas: en Medellín, durante el 2016, se redujo la inversión pública por habitante y después de ser primero en ese indicador durante años ahora es superada por Barranquilla. Hay 13000 pobres más en la ciudad si se compara con el número de personas que se encontraban en esa condición en el 2015 al final del período de Aníbal Gaviria. Cayeron los ingresos tributarios, cuya gestión es responsabilidad de la Alcaldía, en aproximadamente un 6%. Las brechas de calidad de vida entre las comunas de la ciudad aumentaron. La cobertura en educación bajó y en educación superior se estancó. En fin.

La lista sigue: la inversión en salud disminuyó en más de 50 mil millones si se le compara con la de 2015. Aumentó levemente el desempleo y la tasa de informalidad creció en casi un punto porcentual. El déficit cualitativo de vivienda en los estratos 1 y 2 pasó de 42.000 unidades a 47.000.

En materia ambiental la situación que describe el informe es dramática: i) la calidad del aire en el área metropolitana no mostró mejoras significativas. …..se confirma la tendencia al aumento en la concentración anual y se evidencian los efectos de la contingencia ambiental de 2016, ii) El agua del río Aburrá conservó sus patrones de contaminación, iii) los niveles de ruido en el valle de Aburrá siguen siendo superiores a los permisibles y iv) aumentó el número de viviendas destruidas en desastres naturales, pasando de 791 a 1.319.

Esos son los resultados de ese alcalde “frentero” en su primer año de gobierno, según las cifras de un programa serio que monitorea los indicadores en casi una decena de ciudades de Colombia.

Hay dos o tres cifras positivas en áreas particularmente importantes, por ejemplo, mejoró el índice Gini que mide la desigualdad y disminuyó el embarazo adolescente, pero el balance global es claramente negativo a pesar de que todas las encuestas registran que los medellinenses sienten mayoritariamente que las cosas en su ciudad van por buen camino.

Yo no vivo en Medellín y tengo la des fortuna de ir poco a esa maravilla de ciudad y por tanto no tengo percepción propia y me toca atenerme a los datos puros y duros, a los resultados objetivos que gracias a la Fundación Corona, la Cámara de Comercio y otras instituciones se miden con rigurosidad y que dieron lo que resumí arriba.

Para explicar la situación vale la pena incluir en las variables los rasgos de personalidad del alcalde, cosa que claro los académicos rechazaran, pero que a mí me parece que resultan más relevantes de lo que se acepta: no es lo mismo tener un alcalde pantallero a uno recatado, no es lo mismo tener un alcalde estudioso a uno hablador, no es lo mismo tener un alcalde vanidoso a uno modesto, no es lo mismo tener un alcalde alharaquero a uno serio.

Por ahora esperamos las explicaciones de Fico sobre el nombramiento de Villegas que no sea una imagen de valiente con las mangas recogidas diciendo que pone la cara y aguardamos la explicación de la alcaldía sobre los resultados del informe de calidad de vida que está previsto se dará el próximo viernes. Estaré atento.

Héctor Riveros Serrato es un abogado bogotano, experto en temas de derecho constitucional, egresado de la Universidad Externado de Colombia, donde ha sido profesor por varios años en diversos temas de derecho público. Es analista político, consultor en áreas de gobernabilidad y gestión pública...