Se conoce como 'hombro congelado' o capsulitis adhesiva, pero médicamente se llama hombro rígido idiopático. Se trata de una patología que puede afectar hasta un 5% de la población y es más común en mujeres entre 40 y 70 años, en pacientes con diabetes o con patologías tiroideas y en fumadores.

Tal como explica el Dr. Óscar Balboa Arregui, exjefe de Servicio de Radiodiagnóstico del Complejo Asistencial Universitario de León y miembro de la Sociedad Española de Radiología Vascular e Intervencionista (SERVEI), en la gran mayoría de casos aparece de forma espontánea, sin causa conocida.

"Esta afección se produce por el engrosamiento inflamatorio crónico y fibrótico de los tejidos que forman la cápsula que envuelve a la articulación glenohumeral del hombro. Esto lleva al desarrollo de nuevos y finos vasos arteriales y capilares que provocan irritación sobre las terminaciones nerviosas adyacentes, y también facilitan la llegada y acúmulo de factores inflamatorios en estas zonas", indica el experto. Se trata por tanto, un dolor y rigidez en la articulacióndel hombro.

Suele ser además "bastante incapacitante", ya que el 'hombro congelado' suele comenzar ocasionando un importante dolor en el hombro, incluso en reposo y de predominio nocturno, lo que dificulta el sueño y el descanso del paciente. Después, continúa con una creciente limitación en la movilidad, presentando los afectados una gran dificultad para levantar el brazo o separarlo del cuerpo, lo que les impide llevar a cabo acciones sencillas como peinarse o abrocharse el sujetador.

"Generalmente no se conoce la causa concreta de la lesión y por ello, a veces resulta muy difícil establecer una solución específica y eficaz", indica el especialista. Por regla general -añade- "a las fases de dolor y limitación de la movilidad del hombro (que en algunos casos pueden prolongarse durante 2 o 3 años), les suele seguir otra fase de recuperación.

En esta fase, contribuyen las opciones de tratamiento conservador que, tal como revela el doctor, "acostumbran a ser los primeros tratamientos que se aplican en pacientes con 'hombro congelado'. Entre ellos, estarían la medicación analgésica y antiinflamatoria oral, el tratamiento de fisioterapia y de técnicas de rehabilitación, las infiltraciones locales o la hidrodilatación de la cápsula articular.

Embolización arterial para tratar el hombro congelado

En 2014, se describió en Japón un nuevo procedimiento conocido como embolización arterial, una intervención que suele durar alrededor de unas 2-3 horas y puede hacerse con anestesia local y sin necesidad después de ingreso hospitalario.

El doctor Balboa fue uno de los pioneros en España en realizar esta intervención, desde mediados del año 2015. Tal como explica el experto, "hasta hace relativamente poco, si no se conseguía una mejoría clínica en el 'hombro congelado' con los tratamientos conservadores -indicados anteriormente- las únicas alternativas eran la manipulación forzada de la articulación bajo anestesia general y/o la cirugía para la resección de la cápsula engrosada.

Pese a esto, hasta un tercio de los pacientes no responden bien a estas soluciones o recidivan, por lo que se han ido desarrollando nuevas alternativas terapéuticas, entre las que se encuentra la embolización arterial: "Esta alternativa terapéutica puede realizarse cuando las medidas conservadoras no han resultado efectivas y antes de los procedimientos quirúrgicos, y consiste en bloquear el flujo sanguíneo de las arteriolas que dan riego a la cápsula articular inflamada mediante el uso de finos catéteres guiados con imagen radiológica", explica el experto.

Este doctor que empezó a aplicar la técnica en el Complejo Asistencial Universitario de León ha observado "una mejoría clínica en una media de 8 de cada 10 pacientes tratados con embolización y que continúan posteriormente con tratamiento rehabilitador. Además, "la mayoría de estos más de 400 pacientes tratados con embolización se recuperan satisfactoriamente entre uno y tres meses tras el tratamiento", apunta.

Así, en aquellos con hombro congelado que no responden al tratamiento conservador convencional, se puede considerar la embolización como alternativa terapéutica porque "hemos visto que puede conseguir disminuir el dolor y aumentar el rango de movimiento articular si se mantiene el tratamiento rehabilitador tras la embolización. Además, se trata de un procedimiento seguro que podría realizarse de modo ambulatorio y con muy escasas recurrencias tras la mejoría clínica", finaliza el doctor Balboa.