La 46ª edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro ofrece este fin de semana espectáculos como ‘Me trataste con olvido’, a cargo de La Otra Arcadia en el Palio de Juan Jedler, y ‘Al son’, a cargo de Sara Cano Compañía de Danza en el Palacio de los Villarreal.
Son dos trabajos que, a juicio de la directora del Festival, Irene Pardo, comparten “el deseo de visibilizar a las creadoras, dramaturgas e intérpretes que se inspiran en el Siglo de Oro”.
Las voces de grandes autoras del Renacimiento y el Siglo de Oro dan forma a la dramaturgia de ‘Me trataste con olvido (clásicas en rebeldía)’, un viaje que rescata textos de autoras como María de Zayas, Sor María de Santa Isabel, Leonor de Cueva y Silva, Catalina Clara Ramírez de Guzmán, Ana Caro de Mallén y Florencia del Pinar. Se trata, expuso Raúl Losánez, quien firma la versión, de “un espectáculo que nace del interés por defender la palabra poética en el escenario y esa palabra escrita por grandes mujeres que, tristemente, fueron sepultadas injustamente por la posteridad”.
“He hecho –señaló- una dramaturgia para que esos poemas puedan dialogar sin renunciar al espíritu que rige la compañía, que no es otro que hacer un teatro muy poético. Son poemas que tienen plena entidad y unidad” y donde la música, que ha compuesto e interpreta en directo Miguel Huertas, “tiene un gran protagonismo”. Para su directora, Ana Contreras, ese diálogo se construye en torno al “amor y el placer”, sumando los “textos de dieciséis autores distintas que hablan sobre las relaciones amorosas de una forma que escapa a esa imagen clásica que tenemos hoy. Son mujeres activas en el amor, que hablan sobre el poliamor o las relaciones entre mujeres”, señaló. Natalia Millán, quien comparte escenario con María Basant, defendió el valor de una obra que “es una fiesta de palabras, movimiento y música; una fiesta estética y emocional del espacio que ese espacio que es la danza y el tiempo que es la música”.
Por su parte, las tres intérpretes que llevan a escena ‘Al son’, Verónica Garzón, Begoña Quiñones y Yolanda Barrero, reivindican el espíritu que inspiró a su coreógrafa Sara Cano para firmar una propuesta que surgió como “un homenaje a esas mujeres que fueron silenciadas, que permanecieron en la sombra”. Dos conceptos, folklore y feminismo, vertebran una pieza que, en palabras de la Yolanda Barrero “combina danza contemporánea y tradicional, pero que también da cabida a la palabra”.
“Lanza –subrayó- un mensaje de empoderamiento y fuerza”, que se nutre con los versos de un poema de Marcia Belisarda y una música “compuesta específicamente para este espectáculo por el grupo Vigüela, ingredientes que dan vida a “esa danza ritual que Sara Cano ha imaginado”. “Muchas veces, en la danza se ha buscado un canon y Sara Cano ha roto con todo esto. Son cuerpos danzando y hablando desde su cuerpo y su bagaje”, explicaron.