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Red Internacional

En homenaje a Florencio Sánchez, autor de la obra de teatro “Canillita”. Oficio con origen en la explotación infantil, por parte de las empresas para abaratar la distribución de los diarios.

Lunes 7 de noviembre de 2022 | 08:00

"Soy Canillita,
gran personaje,
con poca guita
y muy mal traje;
sigo travieso,
desfachatado,
chusco y travieso,
gran descarado;
soy embustero,
soy vivaracho,
y aunque cuentero
no mal muchacho.

(...)

Muy mal considerado
por mucha gente
soy bueno,
soy honrado
no soy pillete
y para un diario
soy un elemento
muy necesario".

Cada 7 de noviembre, se celebra en todo el país el Día del Canillita, una jornada dedicada a homenajear a los vendedores de diarios y revistas.

El origen de esta celebración se remonta a la ciudad de Buenos Aires y al periodista y dramaturgo Florencio Sánchez, autor de la obra de teatro rioplatense titulada precisamente “Canillita”, estrenada en 1904.

El 7 de noviembre de 1910 Sánchez falleció a la edad de 35 años, por una neumonía. Recién en 1947, 37 años después, se instauró la fecha en su homenaje.

¿Qué significa canillita?

El término canillita proviene del latín canella, diminutivo de canna que quiere decir caña. En lunfardo se le dice canilla al hueso largo de las piernas. Por eso a las piernas flacas se les dice canillitas.

Esta palabra se asocia a los primeros vendedores callejeros de diarios, porque estos eran niños o adolescentes que entre fines del Siglo XIX y principios del Siglo XX acostumbraban a usar pantalones cortos y lucían sus “canillitas”.

Con el correr de los años, el concepto es aplicado para referirse a los vendedores de diarios de todas las edades, que pasaron de ser ambulantes a instalarse en puestos fijos callejeros.

¿Cómo surgieron los canillitas?

Según el diario Tribuna, “en enero de 1868 tras la fundación del diario La República en la ciudad de Buenos Aires, a los propietarios, Manuel Bilbao y José Alejandro Bernheim, se les ocurrió que la venta de cada ejemplar se podía hacer a través de jóvenes que se pararan en las calles y en esquinas estratégicas de la ciudad, tal como ocurría en otras ciudades del mundo. El costo de esto para los propietarios del diario era mucho menor que pagarle al correo y al mismo tiempo acortaba el tiempo de espera de los lectores”.

“Esa forma de vender ejemplares por parte de los niños fue la gran novedad porque antes de ese momento los diarios se comercializaban sólo por correo, por suscripción o comprándolos directamente en el lugar de la impresión”, sostiene Clarín.

Podría decirse entonces, que el oficio del canillita surge como una de las tantas formas de explotación infantil que las empresas, en este caso de diarios, aprovechaban para abaratar costos. El contexto era de mucha pobreza y desempleo en el país y los niños colaboraban así con los ingresos de sus familias.

¿De qué se trata la obra de teatro “Canillita”?

Según el diario Tribuna “el periodista y dramaturgo Florencio Sánchez radicado en la capital observaba cada jornada a niños y jóvenes vendiendo diarios en las calles. Una mañana notó que uno de los vendedores que veía habitualmente llevaba unos pantalones que le quedaban cortos y se le veían sus piernas flacas. Fue en ese momento que decidió nombrar a su reciente obra terminada ‘Canillita’. Desde ese momento, se popularizó el término para los repartidores de diarios”.

De acuerdo a Clarín, en Rosario, “el 1° de enero de 1898 comenzó la distribución del diario La República, creado por el senador, escritor y abogado, Lisandro de la Torre. (...) La aparición del diario fue celebrada y se convirtió en un acontecimiento. Un grupo de niños irrumpió las avenidas rosarinas, llevando los ejemplares bajo el brazo al grito de ¡La República a medio peso! (...). Florencio Sánchez, era un periodista y dramaturgo nacido en Uruguay, que tenía 23 años y una militancia anarquista cuando se convirtió en jefe de Redacción de La República”.

La obra que da origen a esta efeméride fue escrita en Rosario. El personaje de Canillita es un adolescente apodado de esa manera, que trabaja para colaborar con su madre y su hermano menor. La historia transcurre en conventillos. La familia sufre el acoso y el maltrato del padre. "¿Mi padre?... ¡Si se afeita!... ¡Mi padre, un atorrante que vive de la ufa!... ¡Mi padre un sinvergüenza que se hace mantener por mí y por ella y hasta por esa criatura que apenas camina", sostiene en el texto el propio Canillita.

La obra breve de un solo acto, muestra a través de Canillita a la juventud y a la niñez pobre de la época, que vivía expuesta a todo tipo de violencias: machista y física (eran permanentemente castigados físicamente), a la explotación laboral y a la persecución policial que detenía niños en la calle por cualquier cosa.

Sobre Florencio Sánchez

Florencio Sánchez nació el 17 de enero de 1875 en Montevideo. Según IProfesional, "a los 16 años inició una carrera prominente dentro del periodismo que lo llevó a buscar nuevos rumbos en la Argentina. En 1892 se instaló en La Plata, donde comenzó a escribir obras de teatro. En 1902, se mudó a Rosario para trabajar como redactor en el diario La República. (No el diario de Bilbao y Bernheim, sino uno fundado por Lisandro de la Torre).

Según la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, "¡Ladrones!" fue la primera obra dramática de Florencio Sánchez estrenada en un círculo anarquista de Montevideo ante un público libertario. La crítica la ha presentado como un borrador o esbozo de lo que luego fue Canillita, estrenada en Rosario en 1902 y reestrenada -con ligeros cambios- en Buenos Aires dos años más tarde.

El 4 de enero de 1904, aparece «Canillita» en Buenos Aires. Anunciada como «sainete en un acto», la interpreta en el Comedia la compañía de Gerónimo Podestá. De su estreno en Buenos Aires -el inmediato a «M´hijo el dotor» dijo «La Nación»: «Florencio Sánchez supo ser Florencio Sánchez».

Juan Pablo Echagüe juzgó a la pieza como superior a la anterior: «No hay una sola pieza en el teatro nacional compatible con ésta», y agregó: «Si Florencio Sánchez sólo hubiera escrito esta obra, ella le bastaría para destacarse a la vanguardia de los dramaturgos nacionales».

Fragmento de “Canillita”

Soy Canillita,
gran personaje,
con poca guita
y muy mal traje;
sigo travieso,
desfachatado,
chusco y travieso,
gran descarado;
soy embustero,
soy vivaracho,
y aunque cuentero
no mal muchacho.
Son mis amigos
Pulga y Gorrita,
Panchito Pugos,
Chumbo y Bolita
y con ellos
y otros varios
mañana y tarde
pregonando los diarios
cruzo la calle
y en cafés y bares
le encajo a los marchantes
diarios a mares.
Me tienen gran estrilo
los naranjeros
pues en cuanto los filo
los caloteo;
y a los botones
les doy yo más trabajo
que los ladrones.
A mí no hay quien me corra
yo le garanto.
Deshago una camorra
con tres sopapos
y al más manate
le dejo las narices
como un tomate.
Muy mal considerado
por mucha gente
soy bueno, soy honrado
no soy pillete
y para un diario
soy un elemento
muy necesario.


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