Intercambio, obrajes y esclavitud en Ambato

Algunos obrajes se mantuvieron incluso con la república.
Explotación. Algunos obrajes se mantuvieron incluso con la república.

Ambato estuvo habitada mucho antes de la llegada de los españoles, sitios como Pasa, Quisapincha e Izamba tenían poblaciones importantes con su propia estructura, sistema económico y cultura.

Pedro Reino, cronista oficial y vitalicio de Ambato, aseguró que las culturas que habitaban el territorio no fueron estáticas, pues poseían un nivel de desarrollo que tenía varios elementos. “Se nota en la época aborigen que elementos como los spondylus que son de la Costa se encuentran en las tumbas de los caciques en Quisapincha, lo que nos muestra que había un intercambio y comercio entre las zonas”, aseguró Reino.

 

 

Una red de caminos

El Cronista enfatizó también en la red de caminos que existían antes de la conquista de los incas, como la Qhapaq Ñan.

“Si hay caminos indudablemente estamos hablando de que la gente tenía movilidad, que da pasó al intercambio de productos, entonces por decirlo así los pueblos de lo que hoy es Tungurahua estaban conectados con la Costa y la Amazonía”, comentó.

 

 

“Los indígenas fueron esclavizados y vendidos. Eran marcados con sellos de las familias como si fueran ganado, de la misma forma que se hizo con los afros”.

Pedro Reino 

Cronista oficial y vitalicio de Ambato

 

 

Para Reino una de las evidencias de que existió esta red de caminos que servían para el intercambio comercial con otros pueblos es la llegada de Pedro de Alvarado hasta Pasa y Quisapincha. “La respuesta es obvia, no vinieron como nos decían en el colegio abriendo trocha, porque ni con motosierras actuales en 10 años hubieran podido llegar, pero vinieron siguiendo las rutas ancestrales que ya existían y seguramente con informantes que fueron capturados en el camino”, aseguró.

Estos caminos posibilitaban el intercambio de productos agrícolas, tejidos y oro que era un elemento simbólico relacionado a las ritualidades. “La cultura de los orfebres estaba más desarrollada al parecer en la Costa, en Jama y Coaque, aquí se han vistos muchos elementos de oro, esmeraldas, los espondylus, entre otros elementos rituales, también están las plumas de aves exóticas que siempre fueron un atractivo en las representaciones primitivas, estas eran elementos muy llamativos para las culturas andinas”, aseguró.

 

 

TOME NOTA
El Qhapaq Ñan, también conocido como sistema vial Andino, 
fue declarado por la Unesco como Patrimonio Mundial de la 
Humanidad. Esta red de caminos de aproximadamente 30 mil 
kilómetros de largo conecta a seis países sudamericanos.

 

 

Reino aclaró que se debe tomar en cuenta que no eran sociedades estáticas y prueba de esto son las señales que se mantienen hasta ahora en las ritualidades más profundas. “La cultura de los plumajes, del agua, de los monos, la denominación de yumbos y de las mismas culturas de las guacamayas, estamos hablando de una interrelación bien profunda”, aseguró.

Otra de las evidencias de este intercambio entre pueblos antes de la colonia es la cerámica, donde se han encontrado vasijas y elementos que provienen de la Costa y Oriente en territorio identificado como Puruhá y Panzaleo.

“Habían los centros artesanales desde donde salían a intercambiar y comerciar con los objetos, aquí hay ciertas divergencias con la arqueología y yo lo hago desde lo lingüístico, porque dicen aquí vivían Puruhaes porque encuentran una olla o vasija, los objetos han viajado por interés”, manifestó.

Reino contó que parte de este comercio era movido también por la sal que venía desde diferentes puntos para ser intercambiado por objetos. “Incluso entrada la época de la república este elemento resultaba apetecible y se aprovechaban de esto para extorsionar a los indígenas, a quienes incluso se les quitaba tierras a cambio de esto y existen documentos de juicios por los abusos alrededor de este tema”, aseguró.

El Cronista insistió en que se debe desvirtuar la idea de que con la conquista inca se dinamizó el comercio y la cultura de la zona, pues los pueblos que ya existían en Tungurahua tenían su propia estructura y organización social.

“Con esto decimos que las estructuras sociales eran bastante fuertes y tenían jerarquías que estaban respaldadas por posiciones económicas”, manifestó.

 

EL DATO
Pedro Reino es el cronista oficial y vitalicio 
de Ambato, además, de Miembro Correspondiente 
de la Academia Nacional de Historia.

 

 

La colonia y producción

Dentro de lo que ahora es Tungurahua se encontraba el obraje de San Idelfonso en Patate que funcionó en base a una estructura de explotación y esclavitud hacia los indígenas. “Los indígenas fueron esclavizados y vendidos. Eran marcados con sellos de las familias como si fueran ganado, de la misma forma que se hizo con los afros, estos incluso eran vendidos en Panamá”, aseguró.

Los obrajes y batanes se instalaron desde las zonas de Quinchicoto que aprovechaba una laguna que existió en los pies del Carihuayrazo. “Los Galarza y Núñez de Bonilla cogieron todos los páramos del Carihuairazo y Chimborazo como puntos para criar las ovejas de castilla, estas lanas eran trasladadas a los batanes para lavarla,  en Ambato, por ejemplo, esto se hacía en las laderas del Pilisurco”, comentó.

Los obrajes se instalaron en varios sectores de la provincia, incluso en Huachi, donde existen historias de esclavitud y explotación a los indígenas.

Los obrajes producían tal cantidad de paño que eran enviados a Lima en decenas de mulas, cuyo viaje demoraba hasta cuatro meses para llegar. “Haciendo los cálculos de cuantas sargas de telas llevaban en uno de estos viajes se dice que fueron 40 kilómetros de paños, una cantidad increíble, junto a esto también había una cantidad de joyas que se mandaban ocultando entre las telas”, aseguró.

 

 

“No vinieron como nos decían en el colegio abriendo trocha, porque ni con motosierras actuales en 10 años hubieran podido llegar, pero vinieron siguiendo las rutas ancestrales que ya existían”.

Pedro Reino 

Cronista oficial y vitalicio de Ambato

 

 

Reino comentó que la implementación de batanes y obrajes en la provincia fue muy fuerte debido a las condiciones geográficas. “En las orillas del Pachanlica, en la zona de la ex planta de la Coca Cola, habían unos seis molinos, el cauce del río era captado para mover los aparatos”, aseguró.

Otra de las actividades importantes de Ambato fue la elaboración de cabuya que tenía a la zona de Picaihua como el lugar de su producción. “Hay muchos elementos para entender el dinamismo y la cantidad de producción que se encontraba en la provincia”, comentó Reino.

Pasa, Quisapincha y Samanga también fueron lugares donde se implementaron obrajes y batanes para la elaboración de los tan apreciados textiles.

 

 

Comercio de esclavos en Ambato

Parte de la actividad comercial de la época pasaba por el comercio de esclavos traídos desde África, que en su tormentoso camino se encontraban a Ambato como un punto de reventa, a través de la ruta Cartagena, Popayan, Quito y Ambato desde donde se los distribuía a Catamayo, Guayaquil y hasta Lima.

“Habían un comercio soterrado, porque aquí se comerciaba con mulas que se criaban en Bolívar y Tungurahua, se vendían aquí y se camuflaban con la venta de los negros, estas costaban 300 pesos que era el precio similar al de un esclavo”, aseguró Reino.

Prueba de este comercio se lo puede encontrar en el libro ‘El Componente Africano Colonial en Tungurahua’, en uno de los capítulos donde se habla de la compra de esclavos por parte del padre de Olmedo en 1781.

Muchos de los ambateños que se dedicaban a este negocio no firmaban los papeles y tenían a un delegado que frente a las autoridades realizaba todos los trámites pertinentes.

En esta transacción se vende a Don Miguel de Olmedo dos esclavos, uno joven de 20 y una mayor de la cual no se conoce la edad. “Los esclavos llamados Nicolasa y Norberto, este de unos 20 años y aquella ya vieja según su aspecto, ambos sujetos a servidumbre del apoderante”, es parte del texto que se incluye en la venta.