Alcauciles: ideas riquísimas para comer la flor más sana

Alcauciles: ideas riquísimas para comer la flor más sana

Es tiempo de alcauciles, la flor de un cardo del género Cynara que tiene muchas propiedades benéficas para la salud y que es muy versátil.

07 Septiembre 2016

Ya están, turgentes y poderosos, los alcauciles en los mercados; esos “cardos de comer”, como los llaman en España, acorazados por fuera, pero con corazón sabroso y tierno. La alcachofa es la flor de cierto cardo del género Cynara que enamora no precisamente por su aspecto visual, sino por su sabor delicado entre rústico y delicado.

Además, las alcachofas poseen la virtud de aumentar la secreción biliar y ayudar a bajar el colesterol; también tienen efectos diuréticos. Ricas y sanas... ¿qué más podemos pedir?

Es cierto que llegar a su corazón cuesta un poco (como con ciertas personas); pero con paciencia y teniendo un poco de cuidado (de nuevo, como con las personas) se puede.



Lo primero que hay que saber es que, bajo la capa de hojas duras, que sirven de protección, la carne de los alcauciles se oxida con facilidad.

Por eso para prepararlos primero hay que garantizar que se tienen unos cuantos limones a mano. También hay que saber que el tronco de las alcachofas es comestible, así que ¡a no tirarlo! Tanto la flor como el grueso tallo necesitan perder su escudo protector, para lo cual hace falta un cuchillo chico pero muy filoso.

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Por lo demás, son versátiles: basta una vinagreta para hacer de los alcauciles una delicia; claro que también pueden rellenarse, transformarse en salsa, envasarse al escabeche... Te proponemos algunas alternativas.


 Preparar un bol grande con agua y jugo de dos limones. Añadir también las mitades de los limones. Allí pondrás los alcauciles ya pelados.
 Quitar con las manos varias capas de las hojas exteriores (hasta que aparezcan las hojas más tiernas, más amarillentas).
 No quitar el tronquito; solo cortar apenas el extremo seco.
 Una vez listo, poner cada alcaucil en el bol con agua y limón.
 Ponerlos en agua hirviendo y cocinarlos hasta que se puedan separar las hojas con facilidad. Sacarlos inmediatamente del agua y ponerlos a escurrir, boca abajo, en un colador.
 
rellenos con jamón crudo
Limpiá los alcauciles, hervilos hasta que estén tiernos y colocalos sobre una rejilla “boca abajo” para que escurran el agua. Aparte, prepará un sofrito con aceite de oliva, cabecitas de cebollín y jamón crudo picado bien chiquitito; cuando la cebollita esté dorada, agregá un poco de sus hojas verdes y los tallos picados de las alcachofas, aplastá todo con un tenedor hasta que se haya formado una pasta. Añadí un par de cucharadas de harina, revolvé, y diluí con un poco de leche, hasta que quede una bechamel espesa. Poné las alcachofas en una bandeja de horno con la base hacia abajo, abrí un poco las hojas y rellená con la pasta. Gratiná hasta que la superficie quede dorada.
 
Simplemente salteados
Una vez limpios (la cantidad que quieras) los cortás en cuartos, longitudinalmente, los salteás en aceite de oliva con un diente de ajo bien picadito. Agregá sal, pimienta, una pizca de azúcar (para que caramelice un poco) y luego una cucharada de harina y jugo de limón. Deja que se cocinen un par de minutos, añadí un vaso de agua, tapa y termina la cocción a fuego lento hasta que los alcauciles estén blanditos (¡ten cuidado de que no se pasen!).
 
Rellenos con queso azul
Pelá y herví en agua con limón cuatro alcauciles grandes. Quitales las fibras del centro y separá con la mano las hojas para hacer ligar para el relleno. Mezclá 100 gramos de queso azul, 3 cucharadas de queso blanco y un yogur natural, y añadí unas gotas de tabasco; rellená y llevá al horno hasta que se gratinen.
 
en microondas
Cortá el tronco de los alcauciles y sacales las primeras hojas. También podés cortar la punta solamente del resto de las hojas empleando un tijera. Rocialos con jugo de limón y ponelos en bolsa para microondas con 3 cucharadas de agua por cada alcaucil. Se calcula 4 minutos, aproximadamente, por cada alcaucil.

Cómo pelarlos y cocinarlos
 Preparar un bol grande con agua y jugo de dos limones. Añadir también las mitades de los limones. Allí pondrás los alcauciles ya pelados.
 Quitar con las manos varias capas de las hojas exteriores (hasta que aparezcan las hojas más tiernas, más amarillentas).
 No quitar el tronquito; solo cortar apenas el extremo seco.
 Una vez listo, poner cada alcaucil en el bol con agua y limón.
 Ponerlos en agua hirviendo y cocinarlos hasta que se puedan separar las hojas con facilidad. Sacarlos inmediatamente del agua y ponerlos a escurrir, boca abajo, en un colador. 

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Rellenos con jamón crudo

Limpiá los alcauciles, hervilos hasta que estén tiernos y colocalos sobre una rejilla “boca abajo” para que escurran el agua. Aparte, prepará un sofrito con aceite de oliva, cabecitas de cebollín y jamón crudo picado bien chiquitito; cuando la cebollita esté dorada, agregá un poco de sus hojas verdes y los tallos picados de las alcachofas, aplastá todo con un tenedor hasta que se haya formado una pasta. Añadí un par de cucharadas de harina, revolvé, y diluí con un poco de leche, hasta que quede una bechamel espesa. Poné las alcachofas en una bandeja de horno con la base hacia abajo, abrí un poco las hojas y rellená con la pasta. Gratiná hasta que la superficie quede dorada. 

Simplemente salteados

Una vez limpios (la cantidad que quieras) los cortás en cuartos, longitudinalmente, los salteás en aceite de oliva con un diente de ajo bien picadito. Agregá sal, pimienta, una pizca de azúcar (para que caramelice un poco) y luego una cucharada de harina y jugo de limón. Deja que se cocinen un par de minutos, añadí un vaso de agua, tapa y termina la cocción a fuego lento hasta que los alcauciles estén blanditos (¡ten cuidado de que no se pasen!).

Rellenos con queso azul

Pelá y herví en agua con limón cuatro alcauciles grandes. Quitales las fibras del centro y separá con la mano las hojas para hacer ligar para el relleno. Mezclá 100 gramos de queso azul, 3 cucharadas de queso blanco y un yogur natural, y añadí unas gotas de tabasco; rellená y llevá al horno hasta que se gratinen.

En microondas

Cortá el tronco de los alcauciles y sacales las primeras hojas. También podés cortar la punta solamente del resto de las hojas empleando un tijera. Rocialos con jugo de limón y ponelos en bolsa para microondas con 3 cucharadas de agua por cada alcaucil. Se calcula 4 minutos, aproximadamente, por cada alcaucil.

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