Home / Salud y bienestar relacionados con el mundo del aceite de oliva / ¿Cómo ahorrar después de las vacaciones?

El verano, las vacaciones, los viajes… la temporada estival suele traer consigo más gastos de los previstos y, con la llegada de septiembre y la “vuelta al cole” toca volver a cuidar un poco la economía doméstica. Te dejamos cinco consejos sencillos que te permitirán ahorrar después de las vacaciones sin necesidad de realizar grandes esfuerzos.

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Menús planificados

Planificar los menús es un método estupendo para evitar el desperdicio alimentario y, por lo tanto, ahorrar dinero en la comida. Podemos planificar los menús de manera semanal o, incluso, mensual, y conoceremos de antemano los productos que tenemos que comprar, sobre todo si se trata de alimentos frescos o aquellos con una fecha de caducidad más reducida. Además, nos permite aprovechar ofertas puntuales de alimentos no perecederos o con una caducidad más larga, como es el caso del aceite de oliva.

A la hora de comprar, una lista de la compra

Esa planificación nos facilitará, además, poder preparar una lista de la compra antes de acudir al mercado o supermercado, con lo que evitaremos comprar a lo loco sin tener muy claro lo que necesitamos. Y no solo eso, sino que, al llevar dicha lista, podemos ir comprobando que hemos comprado todo lo necesario para no tener que volver a por productos olvidados, con el consiguiente gasto de gasolina, si nos desplazamos al lugar de compra en coche, y de tiempo.

Evita gastos superfluos

No hablamos de tener que renunciar a todos los “pequeños placeres”, pero sí de hacer una reflexión sobre los diferentes gastos, ya sean fijos o esporádicos, que hemos adquirido por costumbre, y de los que podríamos prescindir. Un buen método puede ser plantearse si ese gasto corresponde a algo que utilizamos menos de una vez por semana porque, si solo lo usamos 3 o 4 días al mes, a lo mejor no es tan necesario como creíamos y podemos renunciar a él para ahorrar dinero o para dedicárselo a algo más necesario. Lo mismo ocurre con las compras compulsivas. Antes de comprar algo no estrictamente necesario para el día a día, aunque a priori parezca una ganga, párate, reflexiona y decide si merece la pena afrontar el gasto.

Anota todos los gastos

Ya sea en un cuaderno de papel o, si manejas la informática, en una tabla de Excel, anotar los gastos fijos y variables que tienes cada mes te ayuda a ver de manera más clara por dónde se va el dinero y a decidir qué partidas podrías reducir o, incluso, suprimir del todo. Aunque al principio parezca tedioso, a la larga es muy útil.

Contar con un presupuesto… y cumplirlo

Si has anotado todos los gastos puedes saber con qué presupuesto cuentas cada mes para cada partida, ya sea hipoteca, alquiler, gastos del hogar (luz, agua, calefacción), gasolina, etc., e intentar ajustarte a ese presupuesto todos los meses, en la medida de lo posible. Esto te permitirá ahorrar para afrontar imprevistos o, por qué no, para poder darte un capricho o disfrutar de unas vacaciones más adelante.

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