Entre los muchos movimientos religiosos que surgieron en la Baja Edad Media hubo algunos que tenían una concepción radical del Cristianismo. Ahí estaban los Flagelantes, Valdenses o los Hermanos del Espíritu Libre que casi siempre fueron vistos con ojos de sospecha por el entorno del Papa de Roma y la jerarquía católica, y en muchos casos fueron condenados por heréticos.

Jan Hus, un sacerdote checo reformista, fue condenado por herejía y ejecutado en 1415. Desde entonces, sus seguidores manifestaron mucho más su descontento con la Iglesia Católica y rechazaron su autoridad. Este grupo, denominado los Hussitas, se habían radicalizado ya hacia 1420, demandando el final de algunas de los dogmas de fe del Catolicismo como la veneración de los santos o la transubstanciación, es decir, que en la comunión estaba realmente el cuerpo y la sangre de Jesucristo. Algunos de ellos también propugnaban el establecimiento de una sociedad comunal, donde no hubiera señores y sirvientes, sino que todos los hombres fueran iguales.

El Papado lanzó cuatro cruzadas contra los Hussitas entre 1419 y 1434 que se contaron por derrotas pero ellos tenían serias disputas entre sí, disgregándose en varios grupos como los Taboritas, Orebitas y Ultraquistas, además de los más radicalizados, los Adamitas, que tomaron su nombre del personaje bíblico de Adán, el primer hombre.

Los Adamitas podrían ser un equivalente a una cultura Hippie del siglo 20, cómo las comunas surgidas en los años 60 del siglo pasado. Un grupo de hombres y mujeres que poco tenían que ver con las gentes de la Edad Media.
El cronista Laurence de Brezova escribió sobre ellos:

Vagando por bosques y colinas, algunos de ellos cayeron en tal locura que hombres y mujeres se quitaron la ropa y quedaron desnudos, diciendo que vestirse era una costumbre que siguió al pecado de los primeros padres, pero que ellos estaban en un estado de inocencia. Con la misma locura ellos creían que no pecaban si alguno de sus hermanos tenían relaciones con una de sus hermanas, y si la mujer quedaba embarazada ella decía que había sido concebida por el Espíritu Santo.

También el erudito Enea Silvio Piccolomini, que sería después el papa Pío II (1458-1463), también comentó sus supuestas actividades sexuales:

Ellos se entregaron a las relaciones sexuales promiscuas pero ninguno podía tener relaciones sin el consentimiento de Adam, su anciano jefe. Cuando uno de esos hermanos deseaba ardientemente a una hermana él la cogía de la mano y la llevaba ante el anciano jefe diciendo: mi alma está ardiendo de amor por esta mujer. A lo cual el anciano respondería: ve, sed fecundos y multiplicaos y llenad la tierra.

Las posturas de los Adamitas no era nuevas ya que en los primeros siglos del Cristianismo hubo una secta también llamada con el mismo nombre que mencionó San Agustín. De ellos decía que practicaban el nudismo y rechazaban el matrimonio. Algunas de sus ideas habían sobrevivido en la Edad Media y habían servido para fundamentar las bases teológicas de este grupo checo.

Las actividades de los Adamitas fueron demasiado radicales para los Taboritas y en 1421 fueron expulsados de esta comunidad junto a su líder, un sacerdote llamado Peter Kanis. Los 200 o 300 seguidores de los Adamitas establecieron su propio lugar de convivencia a pocos kilómetros, pero pronto los Taboritas les acusaron de asaltar y atacar a sus gentes.

Durante el verano y el otoño de 1421 el comandante militar Taborita, Jan Žižka, lanzó ataques contra los Adamitas, matando y capturando a casi todos sus seguidores. Los cautivos fueron quemados como herejes. Aunque éste no parece que fuera el final de los Adamitas porque se comentó que se habían visto a algunos de sus miembros vagando por el territorio checo en años siguientes.

El mismo destino sufrieron los Taboritas poco después, en 1434 fueron arrasados en la batalla de Lipany por su radicalismo. Pero las tierras checas fueron un semillero para los movimientos religiosos durante el siglo XV, considerándolos como precursores de la Reforma Protestante. Como curiosidad, algunos polígrafos creen que El Bosco fue un Adamita y su obra El Jardín de las Delicias es una resumen en imágenes de su ideología: defensa del nudismo y la regeneración del hombre para llegar al Paraíso.

Vía: Medievalists.net


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