Desesperante carta de una ucraniana de 80 años a su familia argentina

“Tiran bombas hasta en hospitales y viviendas”, escribió Angela en una extensa misiva de tres hojas donde narra cómo vivió los primeros 4 días de la invasión rusa

Guardar

Nuevo

Angela, justo en el momento en que le escribía una carta a su familia argentina
Angela, justo en el momento en que le escribía una carta a su familia argentina

La ciudad ucraniana de Lviv, en el rincón más occidental del país, es la más cercana a la frontera con Polonia. Hoy, su estación de tren es el punto de referencia para los que intentan huir de la invasión rusa. Las imágenes son impactantes: cientos de personas hacen lo imposible para conseguir un lugar en las formaciones y escapar del horror.

A pocos kilómetros de allí vive Angela, una ucraniana de 80 años que tiene familiares en Argentina y que aún se resiste a abandonar su casa y convertirse en refugiada. Es que su edad tampoco le permite adentrarse en una aventura de ese tipo y mucho menos amontonarse en los andenes junto a cientos de mujeres y niños dispuestos a encontrar la salvación en las ciudades polacas de Melyka o Rzeszów.

“No sé si podés imaginar cómo estamos. Los rusos nos atacaron a las 4 de la madrugada, así como Hitler. Ucrania quiere ser libre y Putin quiere volvernos a la Unión Soviética. Bombardea nuestras ciudades y quiere apoderarse de Kiev”, le contó la anciana a su sobrino argentino Andrés, en una carta de su propio puño y letra a la que tuvo acceso Infobae. Se preserva el apellido de ambos por un pedido expreso de los protagonistas.

Angela está en contacto con su sobrino Andrés desde hace 5 años y forjaron un relación epistolar
Angela está en contacto con su sobrino Andrés desde hace 5 años y forjaron un relación epistolar

El día del arribo del ejército ruso coincidió con el cumpleaños de una de sus hijas. “Vinieron con tanques, aviones, artillería y barcos. Tiran bombas hasta en los hospitales -donde hay niños y la gente dona sangre para los heridos-, viviendas y escuelas”, relató la mujer al narrar el absurdo de los blancos de guerra que tienen los rusos.

“Nuestros soldados luchan como héroes y toda la gente los ayuda”, agregó.

Mientras algunas mujeres se encuentran en la línea de acción, el resto hace lo imposible para resguardar a sus hijos de los bombardeos. “Todas las noches suenan sirenas para que las mujeres y los niños se escondan en los subterráneos”, escribió Ángela en una extensa misiva de tres páginas. Sin embargo, dijo que los hombres no corren la misma suerte: “Ellos tienen que defender sus ciudades”.

Primera hoja de la extensa carta que Angela le envió a su sobrino argentino
Primera hoja de la extensa carta que Angela le envió a su sobrino argentino

Desde hace 4 días, Angela observa desde su ventana la misma postal: un masivo éxodo hacia Polonia. “Vivimos a 15 kilómetros de la frontera y en ese camino hay una cola de 20 kilómetros de autos . También veo mujeres caminando con los cochecitos de bebés y llevando valijas en los hombros”, describió en medio de la desesperación y el miedo que inunda a la ciudad de Lviv.

“Escribo esta carta y estoy llorando. El televisor está encendido todo el día. Nos dicen que hay muchos terroristas, que tengamos cuidados”, contó en alusión a los infiltrados rusos en puntos claves de Ucrania.

A Angela lo que más le preocupa es la integridad física y emocional de los varones de su familia ya que los mayores de edad tienen prohibido salir del país y fueron convocados para sumarse al ejército ucraniano. El marido de una de sus nietas está en el grupo de defensa de su ciudad y otros dos de sus nietos se pusieron al servicio del gobierno: uno ya está alistado esperando que le designen un destino y el que tiene apenas 17 años ayuda con la provisión de víveres y agua en las escuelas, donde contienen a la gente que se quedó sin hogar tras los ataques rusos con bombas y misiles.

infobae

Por lo pronto, el barrio donde vive Angela está intacto y a salvo de la invasión. “No sé qué vamos a hacer si empiezan a bombardear aquí. Tenemos mucho miedo. Si llegamos a estar vivos cuando todo esto se termine te voy a escribir para contarte cómo nos fue”, prometió Ángela al final de la carta que lleva la fecha y hora en que fue escrita: domingo 27 de febrero a las 14.47 horas.

“Las fotos de la carta llegaron a mi cuenta de Facebook desde el perfil de una vecina de Ángela”, contó a Infobae Natalia, la hija de Andrés, quien no tenía noción de su existencia hasta cinco años atrás.

infobae

“Sabíamos que mi abuelo había venido desde Ucrania pero desconocíamos si todavía quedaba alguien allá de su familia. Ángela es la hija del hermano de mi abuelo y estaba empecinada en reconstruir sus raíces latinoamericanas. Incluso, hasta fue a pedir ayuda a un programa de TV. Así fue cómo finalmente tomó contacto con mi papá, que es su sobrino”, recordó Natalia.

El primer contacto fue por carta postal y su papá le respondió de la misma manera. Le contó cómo estaba conformada su familia y hasta le mandó una foto. Allí aparece Natalia abrazada por su marido, su hermano junto a su mujer, y su mamá y su papá sentados cada uno en una silla.

infobae

Esa misma foto es la que utilizó Angela como fuente de inspiración para sentarse al borde de su cama y relatarle a Andrés su día a día en medio de la invasión. De hecho, junto a la carta que le envió a Natalia a través del Messenger de Facebook de su vecina también le mandó dos fotografías de ese momento.

“Apenas empezó la guerra mi papá intentó comunicarse con ella en varias oportunidades y finalmente ayer lo atendió. Entre un ucraniano raro y un español un poco cruzado le contó lo mal que la tiene la guerra y que espera poder sobrevivir a ella”, concluyó Natalia con un tono esperanzador mientras sigue atenta a sus redes por si recibe más novedades de ella.

SEGUIR LEYENDO:

Guardar

Nuevo