En Mauritania, Intermón Oxfam trabaja con organizaciones locales como la Asociación Mauritana de Autodesarrollo (AMAD), para apoyar proyectos que garanticen la seguridad alimentaria y mejoren los ingresos de la población rural, especialmente de las mujeres. Estos proyectos también sirven para ofrecer a las comunidades herramientas para combatir las emergencias que afectan a la región del Sahel. Véronique Andrieux es coordinadora regional para el Magreb y África del Oeste en Intermón Oxfam.

AFKAR/IDEAS: A grandes rasgos, ¿qué labor realiza Intermón Oxfam en Mauritania?

VERONIQUE ANDRIEUX: Intermón Oxfam trabaja en Mauritania desde 1996 a través de programas de desarrollo rural y de apoyo a las organizaciones de mujeres en las ciudades. Algunos de nuestros objetivos esenciales son mejorar los medios de vida, la seguridad alimentaria y el incremento de los ingresos y el autoempleo. Además, en el marco de la nueva coyuntura política, estamos contribuyendo al proceso de fortalecimiento de la sociedad civil, para que actúe como un actor de cambio; a promover una gestión transparente y equitativa de los recursos petroleros y de las industrias extractivas en general, y de la inversión prodesarrollo de los beneficios que generen.

A/I: Como conocedora de la situación del país, ¿cuáles son, en su opinión, los principales problemas que sufre Mauritania?

V.A.: Desde nuestro punto de vista, las principales preocupaciones en el país son la inseguridad alimentaria, el desempleo y la inestabilidad de los ingresos, los niveles de pobreza, que afectan a más del 50% de la población, el proceso de construcción de la unidad e identidad nacional –que aún tiene que resolver deudas históricas– y la debilidad de las estructuras democráticas. Actualmente, Mauritania está viviendo un periodo de transición, con un gobierno provisional que está haciendo esfuerzos a favor del buen gobierno económico y la puesta en marcha de un proceso electoral.

A/I: ¿Cómo evalúa la actitud de las autoridades gubernamentales mauritanas en relación con la labor que ustedes realizan?

V.A.: Es una valoración positiva. Por ejemplo, en la zona del Río Senegal, las organizaciones con las que trabajamos en asuntos de seguridad alimentaria y emergencias cuentan con el apoyo de las autoridades locales y nos invitan a participar en talleres de definición de estrategias, planificación o coordinación en estos ámbitos. Es el caso también de otros actores, como la Agencia Española de Cooperación Internacional, y otras ONGs con las que coincidimos en las mismas zonas de trabajo.

A/I: Como organización que trabaja sobre el terreno, ¿cuáles son, en su opinión, las consecuencias más importantes de esta nueva ruta de emigración subsahariana hacia Europa a través de Mauritania?

V.A.: Se ha producido una afluencia masiva de inmigrantes ‘sin papeles’ que se encuentra con problemas de acceso a los servicios esenciales, y se enfrentan a situaciones de marginación y discriminación. Las autoridades no tienen capacidad para acoger y gestionar esta población, y para ofrecerle las condiciones necesarias. Esta situación ha favorecido la aparición de bandas de “passeurs” y la creación de circuitos de paso, así como el desarrollo de un mercado ilegal en auge. De hecho, en algunas zonas, los pescadores han optado por alquilar sus barcas y dejar de salir a faenar. Reforzar la vigilancia y el control conlleva problemas para la libre circulación de paso que había entre Mauritania y sus países vecinos (se pone a todo el mundo en el mismo saco), con el consiguiente riesgo de que ello afecte negativamente a los intereses económicos o sociales que existen entre las poblaciones de ambas partes de las fronteras.

A/I : Teniendo en cuenta el caso de Marruecos (caso de referencia), país con el que se ha establecido una estrecha colaboración policial y judicial, con convenios de readmisión, así como la implantación de sistemas de control y vigilancia, ¿considera que esta experiencia es aplicable al contexto mauritano?

V.A.: Las medidas adoptadas por el gobierno mauritano, respecto a reforzar la vigilancia y la atención a los emigrantes y la decisión de entregar a las embajadas, para su repatriación, a los inmigrantes recogidos en sus costas, da a entender que es probable que Mauritania se oriente hacia una réplica de la experiencia marroquí. Esto ha provocado la aparición de otros puntos de paso en el país o desde Senegal, como por ejemplo San Luis y Dakar. En este sentido tenemos que insistir en que cualquier solución que se centre en los aspectos policiales será una solución temporal. Tenemos que afrontar las causas principales de la emigración, que no son otras que la pobreza y la falta de oportunidades.