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  • Foto del escritorIB La Molina

Si te sientes afligido

"Enmudecí con silencio, me callé aun respecto de lo bueno; y se agravó mi dolor. Se enardeció mi corazón dentro de mí; en mi meditación se encendió fuego, y así proferí con mi lengua: Hazme saber, Jehová, mi fin, y cuánta sea la medida de mis días; sepa yo cuán frágil soy. Ciertamente como una sombra es el hombre; ciertamente en vano se afana; amontona riquezas, y no sabe quién las recogerá. Y ahora, Señor, ¿Qué esperaré? Mi esperanza está en ti. Oye mi oración, oh Jehová, y escucha mi clamor. No calles ante mis lágrimas." Salmos 39


Cuando te sientes afligido, es difícil tener esperanza, si alguien me dice que está muy triste y que no encuentra solución ni salida a su dolor, no puedo llenarlo de textos bíblicos para que reaccione y de inmediato se alegre. La aflicción es una emoción que todos hemos sentido, creo que el Señor puso en evidencia las emociones de congoja de personajes como Job, Ana, Noemí, David e incluso Jesús para no juzgar al que sufre sino atender a su dolor con comprensión y amor.

Este hermoso salmo fue escrito en un momento de aflicción, el autor estaba atormentado por problemas serios, sus pensamientos lo llevaban cada vez más al fondo de la depresión, así que en esa condición de desánimo, incluso se preguntó por qué Dios lo trataba así.

Estos pensamientos tristes se volvieron rencorosos, entonces decidió mejor callarse, trató de no pensar, como si su mente pudiera quedarse en blanco, no pensar en nada, reprimir sus emociones, cerrar la boca para callar su impotencia:

“ Yo dije: Seré cuidadoso con lo que haga, cuidaré mis palabras; mantendré mi boca cerrada cuando esté rodeado de perversos. Así que no dije nada. Ni siquiera dije cosas buenas. Pero me sentía aún peor. Estaba furioso, y entre más lo pensaba, más molesto estaba.”

Creo que este Salmo expresa los sentimientos fuertes que pasan por la mente de creyentes, cuando están sufriendo por algo que no entienden: “Y ahora, Señor, ¿Qué espero?”

Y ahora, Señor, ¿Qué esperanza me queda?

Como mamá, quisiera estar al lado de mis hijas si me necesitan, si algo les provoca dolor o frustración, estoy dispuesta a dejar todo lo que hago y correr al lado de ellas. Dios es millones de veces más misericordioso cuando sus hijos lo llaman en la aflicción.

El Salmista escribió este y otros capítulos, turbado, triste, rendido, y sin esperanza, pero en el fondo, muy en el fondo sabía que sólo Dios podía mirarlo con el deseo de socorrerlo de inmediato, sólo el Padre puede mirarte con ojos de inmensa ternura y apenas escucha tu lamento, su voluntad es ayudarte para que dejes de sufrir.

“Mi esperanza está en ti”

La frase mi esperanza está en ti, puede entenderse como: "Mi confianza está en ti"; "Mi expectativa eres tú" Como les dije, si mis hijas se ponen triste, yo me pongo diez veces más triste, pero el Señor no sólo llora cuando lloramos, Él resuelve la prueba. Por eso si estás afligido, pon tu expectativa en el Señor.

La solución a la aflicción no viene de este mundo, no es lo que puedan ayudarme las personas que me estiman, tampoco el mejor trabajo del mundo, no es mi educación y capacidades superiores las que resolverán mi vida, no hay nada que exista en este mundo que resuelva mi felicidad. Sólo mi felicidad y paz está en Dios. De Él viene mi esperanza.

Con amor te digo, sigue confiando en Dios, él ve tus lágrimas y atiende tu oración.

Martha Vílchez de Bardales

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