Nadie de la familia sabe la antigüedad de este apodo, pero mi amigo Miguel lo lleva con mucho orgullo. Actualmente es el más antiguo de la familia, es como el patriarca. Este empresario puntaumbrieño es una persona muy conocida y querida en nuestro pueblo. Hasta hace poco él recuerda a su abuelo como el más antiguo en llevar este mote, a parte de su padre, claro. Es una familia amplia y respetada de origen cartayero. La madre de Miguel, sin embargo, vino de Extremadura, más concretamente del bonito pueblo de Jerez de los Caballeros, y era de familia de Carabineros. Yo mismo fui muy amigo de su tío Miguel, que es precisamente por quien lleva su nombre nuestro personaje de hoy.

Su padre era maestro pala, que es como se llamaba al panadero experimentado que con ayuda de la pala introducía el pan en el horno. Trabajó en varias panaderías como la de Campos, la de la Berrenda y la del Río. Pero no solo se dedicó a eso, también hizo de carbonero en un solar de la calle María Auxiliadora, conocida como la calle de Los Tarantos por un bar que hubo en este mismo sitio y que ya tampoco existe. Su padre puso un negocio de frutas en el marcado antiguo que estaba en la calle Ancha a la altura del hotel Emilio junto a la plaza de Al-Bakri.

El pequeño Miguel aprendía sus primeras letras en el Colegio de La Cabrita, que estaba situado en la orilla de la ría y del que recuerda el nombre de todos los maestros, especialmente el de don Acacio. Luego pasó al colegio que hoy llamamos Caracola, pero que en aquella época era conocido como los Grupos Escolares y del que también recuerda a sus maestros, sobre todo a don Joaquín Calderón y don Julián Zarayo, un calañés del que dice que era muy exigente.

Una vez terminados sus estudios primarios había que ir a Huelva en la canoa a estudiar Bachiller. Un grupo de maestros y otros profesionales montaron una academia en Punta Umbría. Fueron don Eustaquio, el medico don Emilio Morales, don Joaquín Calderón y don José de las Casas. Y a Miguel lo apuntaron sus padres en esta nueva academia local y empezó el Bachiller, pero cuando terminó Primero lo dejó porque él quería ser carpintero. Entonces empezó como aprendiz con Nevado en la carpintería que tenía en la calle Ancha, donde hoy está la oficina de La Caixa.

Miguel Franco Maestre, conocido en Punta Umbría como 'el Porras'.

Nevado era todo un señor, un profesional que ha fallecido recientemente, un caballero que también había sido Carabinero y había estado destinado en el cuartel de la Isla de Saltés. Cuando Miguel consideró que ya había aprendido lo suficiente emprendió la gran empresa de su vida, montar su propio taller de carpintería en la calle Carpa, donde sus padres tenían un comercio que su hijo, medio en broma, medio en serio, dice que es una ONG porque vendía todo fiado hasta fin de mes y lo apuntaba en papel de estraza. Muchos de esos préstamos no se cobraron jamás.

Miguel tuvo su taller desde 1972 hasta 1980, cuando se trasladó a un gran taller en la nueva Zona Industrial y fundó en el centro del pueblo, en la Avenida de Andalucía, un comercio denominado Muebles Franma, que aún hoy ofrece muebles de calidad y artículos de decoración. Se trata de un negocio puramente puntaumbrieño que colabora con todo lo que se le proponga. Por ejemplo con los Carnavales, los cuales financió durante muchos años en los que se veían todos los bombos de las agrupaciones con el anuncio de Muebles Franma. También financió la Semana Santa local con trabajaderas en los pasos. Realizó aportaciones económicas a las hermandades de la Santa Cruz y del Rocío y aparecía en los carteles del equipo de fútbol.

Desde pequeño ha sido siempre socio del Recreativo de Huelva, y ahora que ha sido nombrado presidente su buen amigo José Antonio Sotomayor, está seguro de que va a ir hacia arriba. Porque Sotomayor, tan vinculado a Punta Umbría, socio de nuestra Peña Flamenca y con tantos amigos aquí, es un gran trabajador y Miguel le desea mucha suerte en esta nueva singladura.

Miguel se presentó a las elecciones municipales por el Partido Andalucista, partido que yo, bromeando con él y otros compañeros suyos de partido, llamo el partido de los niñatos, porque todos eran chicos jóvenes y algún político de más edad de otros partidos les llamaban así. Miguel y Juan González, el librero, salieron elegidos y hablaron con el alcalde José Hernández Albarracín ofreciéndose para trabajar. Les dieron concejalías, a Miguel le tocó la de Parques y Jardines. Esta aventura terminó pronto porque al confeccionarse los presupuestos, las dos concejalías no recibieron la cantidad económica que creían necesaria para desarrollar sus trabajos con dignidad y presentaron su dimisión como concejales delegados, pero continuaron como ediles hasta terminar la legislatura.

Miguel fue nombrado Persona Distinguida, el día 26 de abril, día de Punta Umbría, por toda su labor desarrollada en favor de su pueblo. Para terminar de hablar de esta etapa política, decir que pidieron préstamos para hacer las campañas electorales, préstamos que tardaban años en devolver con sus sueldos de concejales que eran mínimos por estar en la oposición. Pero Miguel, a pesar de estar jubilado ya, no deja de preocuparse por su pueblo y está pendiente de todo y sufriendo por todo aquello que ve mal.

Miguel Franco Maestre, conocido como 'el Porras'.

Miguel se casó con Manuela Hernández, de la familia de los Caenas, con la que tuvo dos hijos, una niña llamada Ana María y un niño llamado Miguel, que es quien regenta el taller. Su hija regenta la tienda ayudada por su tía Ana María. Por cierto, que su hija canta estupendamente y aún recuerdo emocionado una obra de teatro en formato de ópera flamenca que se celebró en el Teatro del Mar con motivo del 50 aniversario de la Independencia de Punta Umbría. En ella actuaron cantaores de la localidad y entre ellos estaba Ana María, dirigidos por Diego López Silva. Esta obra jamás se volvió a representar, pero queda pendiente que algún día se vuelva a hacer.

Miguel el Porras, “ha hecho pueblo” con su trabajo diario en favor de la Punta Umbría de su alma. Hoy se dedica a pasear, a leer la prensa y a cuidar de su mujer y de sus nietos, al niño lo acompaña a todos los partidos de fútbol que juega y se emociona cada vez que el nieto mete un gol y se acerca a dedicárselo.