Acuciar no es sinónimo de agravar, enseña la RAE

El significado del verbo acuciar es ‘apremiar’ o ‘inquietar’, no así ‘agravar’, para lo que se emplea agudizar.


Fuente: Fundéu RAE

Sin embargo, es posible encontrar ejemplos en los que se usa de forma imprecisa el primero de estos verbos: «Lejos de subsanarse, uno de los grandes males de la competición se acucia», «El afán de pronunciar el tabú se acucia a los 6 años» o «Las fricciones se acuciaron durante la campaña».

El Diccionario de la lengua española recoge agravar con el sentido de ‘hacer algo más grave o molesto de lo que era’. Por su parte, está asentado el uso de agudizar para referirse a las enfermedades que se agravan, y puede extenderse para aludir en general a aquello que se hace más grave o se intensifica, como señala la Real Academia Española en su cuenta de Twitter.

Acuciar, pese a que etimológicamente está relacionado con la noción de ‘agudo’, no conserva esta idea en ninguna de sus acepciones, entre las que sí se encuentra la de ‘apremiar’: «Los críticos le acuciaron para que diera el salto al modernismo». No conviene, por tanto, emplear esta voz para indicar aquello que se hace más intenso, para lo cual hay alternativas como agravaragudizar intensificar, si la intensificación no tiene un sentido negativo, como en «La diputación ha intensificado el trabajo con los ayuntamientos para reforzar los servicios sociales».

Así pues, en los ejemplos del principio lo adecuado habría sido escribir «Lejos de subsanarse, uno de los grandes males de la competición se agudiza», «El afán de pronunciar el tabú se agudiza a los 6 años» y «Las fricciones se agravaron durante la campaña».

El uso de la “y” en vez de la “i” en apodos: ¿por qué es incorrecto escribir Mary?

Las designaciones cariñosas o abreviadas de los nombres propios, en ocasiones utilizan la “y” al final, como una cuestión de estilo y elección personal, ejemplo, Dany para Daniel. Sin embargo, el empleo de esta letra está sujeto a una regla del español. Sepa por qué está mal escribir “Dany”.

Lo que coloquialmente conocemos como apodo, lingüísticamente recibe el nombre de hipocorístico, definido por el diccionario de la RAE como: dicho de un nombre que, en forma diminutiva, abreviada o infantil se usa como designación cariñosa, familiar o eufemística.

Para la escritura de ciertos hipocorísticos, muchos optan por utilizar la “y” al final, como por ejemplo en: Gaby, Mary, Yany, Dany y un sinfín de casos. Esta forma de utilizar la y es incorrecta.

En español, la letra «y» solo ocupa la posición final cuando va precedida de vocal: «rey», «Uruguay», «hoy». Por esta sencilla explicación, los hipocorísticos como «Dani», «Ceci», «Susi» o «Gabi» deben escribirse con «-i».

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En esos casos y en todos en los que el fonema «-i» vaya precedido de una consonante, siempre deberá escribirse con «-i» o lo que conocemos como “i latina”. La regla la expuso la Real Academia Española ante una consulta específica al respecto.

La sección RAE del diario HOY tiene como fin promover el buen uso del idioma español, con el sustento de lo que dicta la RAE, máxima autoridad de la lengua que, con el correr de los años, va cambiando algunas reglas y proponiendo adaptaciones, según la necesidad.

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Personaje, un sustantivo masculino, aunque se trate de una mujer

Decir “la personaje” para hacer alusión a la protagonista de una obra no es correcto. Lejos de una cuestión de machismo o feminismo, esta regla tiene su explicación lingüística. Conózcala.

Los sustantivos epicenos son aquellos que, teniendo como género gramatical el masculino o bien el femenino, pueden, sin embargo, designar indistintamente a seres animados de uno y otro sexo.

Este es el caso de personaje, un sustantivo epiceno masculino, lo cual implica que, aunque se haga referencia a una mujer, la forma apropiada será siempre “el personaje”, según explica la Real Academia Española.

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Entonces, si se quiere especificar el sexo, se deben añadir los especificativos masculino o femenino. Por ejemplo: “Ese novelista se destaca en la creación de personajes femeninos”.

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¿Se dice «concienciación» o «concientización»?

A la hora de hablar de generar conciencia sobre un tema determinado, para muchos salta la duda sobre el término adecuado: concienciación o concientización. La RAE responde al respecto.

Al introducir las palabras concienciación o concientización en el diccionario panhispánico de dudas de la Real Academia Española (versión digital), los resultados derivan directamente al término conciencia.

Allí, la tercera acepción explica que, el verbo correspondiente a la palabra conciencia, cuando se refiere a hacer que alguien sea consciente de algo, es “concienciar”, no concienzar.

«Se conciencia a los padres del estado de su hijo». Además, la acentuación es la equivalente a anunciar.

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No obstante, esta misma explicación agrega que, en América se usa también la forma “concientizar”. Ejemplo: «¡Aquí necesitamos gente como ustedes para concientizar al pueblo!»

Al aparecer como segunda y última opción, se da a entender que la más apropiada es la primera, es decir, “concienciar”.

Sin embargo, en su espacio habitual denominado consultas de la semana, la propia RAE contesta que ambos términos son válidos, aclarando que la diferencia está en la geografía, o sea, en los lugares en los que cada vocablo es de uso más frecuente.

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