Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Desafíos globales

Estamos matando nuestros bosques, ¿podremos recuperarlos?

Los bosques del futuro deberán enfrentarse a unas condiciones climáticas muy duras. ¿Qué semillas plantadas hoy se adaptarán mejor a lo que les espera pasado mañana? Depende de cada lugar. Por primera vez se han analizado diferentes estrategias de fuente de semilla de pino silvestre bajo un escenario de cambio climático en diversos emplazamientos, evaluando lo ocurrido 15 años después de la plantación.

El cambio climático seca nuestros bosques. En la imagen, un pino.
El cambio climático seca nuestros bosques. En la imagen, un pino.
CITA

La base de datos global de mortalidad de árboles debida a los efectos del cambio climático producido por el ser humano publicada recientemente por la revista ‘Nature’ habla del destino de nuestros bosques. Calentamiento, sequías, eventos extremos, alteración de los ciclos del agua, del carbono, etc. y cambios de patrones de temperaturas, precipitaciones o de las propias estaciones se constatan entre los efectos de esta nueva era denominada Antropoceno y se traducen, sencillamente, en destrucción.

"En general, podemos decir que sí, que debido a la acción del ser humano estamos destruyendo los bosques (y el planeta) de manera directa, como se refleja en los informes del IPCC", afirma Eduardo Notivol, jefe del Departamento de Sistemas Agrícolas, Forestales y Medio Ambiente del Centro de Investigación en Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA).

Los bosques del futuro serán sin duda diferentes a como los estamos viendo ahora, y "la ciencia puede intentar ayudar a conformar nuevos bosques si se tienen en cuenta algunas consideraciones y recomendaciones".

La clave está en la resiliencia, en la capacidad de adaptarse a los cambios venideros, y ya hay trabajos científicos que indican que, "en algunos casos, ya no va a ser posible mantener la estructura de los bosques tal y como los conocemos ahora, lo cual implicará en algunos casos su cambio y, en otros, se intuye su desaparición".

El pino como modelo

A mayor variabilidad genética, más oportunidades de adaptación a diversas situaciones. Y en ello se centran muchas investigaciones. "El pino silvestre (Pinus sylvestris L.) es una especie magnífica para este tipo de estudios y se ha usado como modelo para muchos trabajos genéticos a diferentes escalas geográficas –explica–. Vive desde el norte de Finlandia hasta Sierra Nevada en Granada y desde León hasta Kamchatka. Es la especie arbórea de mayor distribución mundial y eso implica una gran variabilidad genética que hemos estudiado y que podemos aprovechar como herramienta adaptativa manejada por el ser humano ante estos indeseables cambios".

En busca de las mejores estrategias para seleccionar las semillas en los programas de forestación y restauración forestal, se ha estudiado la variabilidad genética y su respuesta ante las predicciones proporcionadas por la ciencia del cambio climático. Esta es, destaca Notivol, "la primera experiencia basada en datos reales con simulaciones climáticas futuras".

Porque, con visión de futuro, plantar pinos, reforestar sin más, no es suficiente. Es crucial elegir bien la semilla. En principio, la semilla de procedencia local "nos garantiza que esas poblaciones están o han estado adaptadas a las condiciones en las que habitan en el presente, por eso, por principio de precaución, suele ser una buena opción, pero si consideramos que las condiciones del futuro no van a ser las mismas que las actuales, debemos contemplar también otras opciones para evitar fracasos".

Cada caso ha de examinarse de manera particular y con los plazos temporales adecuados. Por eso, en 1990 se plantaron las poblaciones de este ensayo –con semillas de 16 procedencias españolas– y se han analizado datos de crecimiento a los 15 años, un período adecuado para que el material se aclimate a las condiciones locales de cada sitio de ensayo. Los lugares elegidos son cinco: Aragüés del Puerto (Huesca), Baza (Granada), Cureño (León), Gúdar (Teruel) y Navafría (Segovia). Una de las estrategias consiste en elegir semillas procedentes de lugares con condiciones ambientales actuales similares a las condiciones futuras esperadas en la zona a reforestar. Los resultados muestran que, "en algunos casos, utilizar fuentes de semilla procedente de variedades adaptadas a climas futuros puede ser más recomendable".

Pero también advierten que si el cambio climático sigue el escenario de altas emisiones, "en algunos sitios las condiciones climáticas del futuro no permitirán la existencia de esta especie. Es posible que ese nicho sea ocupado por otra especie adaptada a esas condiciones o sufran una degradación a formas no boscosas con una pérdida importante de biodiversidad y recursos genéticos de la especie y de otras que conviven en estas formaciones, incluyendo desapariciones", asegura el investigador.

En general, "para 2050 todavía algunas de las poblaciones serán adecuadas para las condiciones futuras de las diferentes ubicaciones, pero no para 2100". Así, los pinos que hoy crecen al sur de España podrán seguir creciendo más al norte, pero no en su zona de origen. En Baza, la población más al sur, sea cual sea la semilla plantada, "en un escenario de cambio climático sin reducción de emisiones como el ensayado, para el fin de siglo XXI, el clima en esa zona será tal que es altamente probable que dicha población o desaparezca o no se pueda regenerar adecuadamente, que es lo mismo". Por el contrario, "en Aragüés y Cureño todavía habrá diferentes poblaciones aptas en esas condiciones".

Producción de planta forestal
Producción de planta forestal
CITA

Diversidad genética

  • En el primer mundo, la destrucción de los bosques por cambio de uso del suelo (deforestación) no es una amenaza, más bien lo contrario, el problema surge en el mantenimiento y en asegurar la resiliencia de nuestras masas forestales.
  • La reforestación o restauración son actividades forestales importantes, en las que se utilizan semillas o plantas para establecer un futuro bosque.
  • Una herramienta clave para lograr la resiliencia de los bosques del futuro es el uso de material genéticamente diverso, ya que está relacionado con la adaptación futura y la provisión de bienes y servicios. Como consecuencia, interesa mucho definir y tener en cuenta las características genéticas del material desplegado en selvicultura.

Alicia en el país del cambio climático: "Para quedarte donde estás, corre lo más rápido que puedas"

Adaptación y mitigación como única solución son palabras que están en el discurso pero cuesta encontrar en la práctica real. En opinión de Eduardo Notivol, "hemos sobrepasado la paradoja del conejo de 'Alicia a través del espejo': ‘Para quedarte donde estás tienes que correr lo más rápido que puedas. Si quieres ir a otro sitio, deberás correr, por lo menos, dos veces más rápido’. Y en esas estamos…".

Tenemos un problema de velocidades. La aceleración en la modificación del clima causada por el ser humano no deja tiempo a que las especies se adapten. De ahí que las principales amenazas debidas al cambio climático sean, "no tanto la elevación de temperatura o disminución de la precipitación (que también), sino la alteración de sus ritmos y frecuencias, que incide gravemente en los patrones fenológicos que son resultado de procesos evolutivos y adaptativos a climas que ya no se corresponden con el actual", señala.

Al igual que en el resto de las especies vegetales, "un adelanto de la ‘primavera’ inductora de floración seguida de unas heladas impide la regeneración, pero con el agravante de que los ciclos vitales generacionales de las especies forestales son muy superiores a los de las especies agrícolas y esto dificulta (cuando no impide totalmente) los procesos adaptativos normales de la evolución".

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