Heraldo del Campo

Nuevos aromas en la ribera del Gállego

Un grupo de cooperación coordinado por la cooperativa Gallicum ha investigados las posibilidades de cultivar plantas aromáticas y medicinales y utilizar sus aceites esenciales para la fabricación de piensos.

Parcela situada en la localidad zaragozana de Zuera en la que se han realizado ensayos para analizar la posibilidad del cultivo de la plantas aromáticas en la zona.
Parcela situada en la localidad zaragozana de Zuera en la que se han realizado ensayos para analizar la posibilidad del cultivo de la plantas aromáticas en la zona.
S.G.

Son los campos de cereal y forrajes los que tradicionalmente han dibujado el paisaje de las tierras agrícolas de la ribera baja del Gállego. Una imagen que podría cambiar en un futuro no muy lejano gracias a los avances de una investigación multidisciplinar (con las plantas aromáticas y medicinales como protagonistas) que echó a andar en 2019 para buscar la ‘Diversificación y búsqueda de alternativas a los cultivos de secano y regadío en ribera baja del Gállego. Innovación, km 0, venta directa, economía social y cultural’.

Ese es precisamente el nombre del proyecto en el que ha trabajado durante los últimos cuatro años el grupo de cooperación creado al calor de las ayudas del Plan de Desarrollo Rural de Aragón (PDR) impulsado por la cooperativa Gallicum (surgida de la fusión de la cooperativa San Licer de Zuera y la de San Mateo Apóstol de San Mateo de Gállego), que además es coordinadora de la iniciativa; Cooperativas Agroalimentarias de Aragón y SATGanadera Parda de Montaña. Con ellos, han participado también como socios colaboradores Oviaragón-Grupo Pastores, el Ayuntamiento de Zuera, el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria (CITA), la panificadora Nuestra Señora del Salz, la Asociación de amas de casa el Sauce de Zuera y la asociación de mujeres demócratas y progresistas '8 de marzo'.

En estos cuatro años, en los que el grupo de cooperación ha tenido que lidiar con adversidades climáticas, con una pandemia e incluso con la disolución del grupo alimentario Arento –uno de los potentes socios del proyecto– no solo se han analizado las posibilidades que ofrece las tierras bañadas por el Gállego para el cultivo de tomillo, romero, orégano, ajedrea o salvia en la tierras. También "y para cerrar el círculo" se ha buscado una salida comercial a dichas producciones. Si bien es cierto que las plantas aromáticas y medicinales se utilizan en industrias como materia prima para la herboristería, farmacéutica, medicinal, cosmética y de perfumería y para industrias químicas naturales como bioherbicidas, biofungicidas y bioplaguicidas, esta investigación se ha centrado en la posibilidad de utilizar los aceites esenciales de dichas plantas para la fabricación de piensos para la ganadería en los que este ingrediente pueda suplir a los antibióticos.

Aún más, y dada la tradición cerealista de la zona, el proyecto ha centrado también sus esfuerzos en el análisis del trigo duro que se produce en la zona para elaborar harinas que permitan fabricar panes diferenciados y de calidad para su venta directa al consumidor.

El grupo de cooperación, que ha contado con financiación pública (Unión Europea y Gobierno de Aragón) ya ha cumplido el periodo para el que fue creado. Y sus primeros resultados están ya sobre la mesa para que los agricultores tengan a su disposición la información necesaria para valorar en un futuro dedicar una parte de sus tierras a estos cultivos, hasta ahora inexistentes en la zona. Eso sí, sus promotores y socios colaboradores reconocen que queda trabajo por hacer e investigaciones por concluir por lo que dejan la puerta abierta a una colaboración futura.

La idea de investigar la posible implantación de cultivos de plantas aromáticas en la tierras de la ribera del Gállego surgió para dar respuesta a una inquietud del propios sector agrario. "Somos una zona tradicionalmente cerealista y forrajera pero vemos la necesidad de anticiparnos a las demandas del mercado y a las exigencias de las nuevas normativas, de readaptarnos o reinventarnos", explica David Gregorio, técnico de la cooperativa Gallicum, coordinadora del proyecto.

David Gregorio, técnico de Gallicum, durante la presentación de resultados de la investigación, en la que se mostró uno de los panes artesanos.
David Gregorio, técnico de Gallicum, durante la presentación de resultados de la investigación, en la que se mostró uno de los panes artesanos.
G.C.

Si se decantaron por este tipo de plantas es porque consideraban, como luego demostraron las analíticas, que cuentan con unos suelos propicios para este tipo de producciones.

Los ensayos se realizaron en dos zonas de secano y regadío situadas en el término municipal de Zuera (Zaragoza) lo suficientemente amplias (entre 8.000 y 10.000 metros) para que fueran lo más representativas y objetivas posibles, sobre las que se han cultivado tomillo, romero, ajedrea, salvia y orégano.

Los resultados han sido dispares. "Una de las conclusiones que hemos obtenido es que estos cultivos no son viables en zonas de secano", explicaba durante la presentación de resultados Juliana Navarro, investigadora del CITA, el centro aragonés de investigación que se ha encargado de la planificación, siembra, cosecha y destilación de las muestras para su posterior análisis en el laboratorio. Pero Gregorio añade un matiz. "Estamos empezando y se nos han juntado muchas circunstancias", explica y señala entre ellas las constantes adversidades del clima, pero también una inesperada pandemia que, especialmente durante el complicado 2020 "ha impedido realizar determinadas labores con más continuidad".

Muy diferente ha sido el comportamiento de las aromáticas en el regadío, donde las plantas se han adaptado "bastante bien", dice Gregorio, que señala que, además, estas producciones "solo necesitan agua para su implantación y a partir de ahí solo si la necesitan". De hecho, explica el técnico de Gallicum, "como en el cereal y las alfalfas exigen más riegos, por esta costumbre el primer año incluso pecamos de excesivo riego y tuvimos problemas de malas hierbas, pero de eso también aprendemos".

Los ensayos realizados a lo largo de esta investigación han demostrado además que de las variadas especies de aromáticas la que ofrece mejores cualidades en los cultivos de la ribera baja del Gállego ha sido el orégano. No solo ha dado muy buenos resultados sino que además sus rendimientos en campo son elevados y sus aceite muestra grandes cualidades, recuerda Gregorio.

Alimento que sana

Este grupo de cooperación ha ido más allá del estudio de la adaptación agronómica de estos cultivos en las tierras de la ribera del Gállego, acostumbradas a producir cereal y forrajes. Sus investigaciones han incluido además la realización de ensayos para estudiar la posibilidad de producir alimento para el ganado que tuviera como base los aceite esenciales extraídos del romero o el tomillo.

"Jugamos con una ventaja, ya que como disponemos de fábrica de piensos podíamos probar la utilización de los aceites esenciales para la producción de alimentación animal y así dar salida a estos cultivos con un producto final en caso de llegar a grandes producciones", explica Gregorio.

Y es que estos aceites tienen un cierto poder desinfectante y protector de las paredes de las mucosas intestinales que podrían evitar la fijación de parásitos, sobre todo los coccidios, que es el más afecta en la edad temprana al cordero, al que produce diarreas e incluso paradas de crecimiento, paradas de crecimiento.

Lo explica Leticia Riaguas, veterinaria de Oviaragón-Grupo Pastores, el grupo cooperativo de ovino más grande de Aragón y uno de los mayores de España, que ha trabajado codo con codo con Gallicum para avanzar en "la formulación de un pienso especial con el que controlar tanto el crecimiento como la sanidad de los corderos", explica Riaguas.

Hasta ahora, detalla la veterinaria, para estas dolencias se utilizan antiparisitarios como el decoquinato, que si bien no se acumulan en carne ni tienen ninguna acción nociva ni para el consumidor ni para el cordero están siendo considerados por la nueva ley del medicamento en la que trabaja Bruselas como antibióticos. Por eso, el cultivo de las plantas aromáticas no solo sería una alternativa para los agricultores, sino también la posibilidad de disponer de piensos "menos sintético, más naturales e incluso que puedan tener efectos superiores a los del decoquinato", añade.

En colaboración, ambas cooperativas analizaron los principios y aditivos aromáticos que existen en el mercado para determinar cuáles eran los adecuados para su objetivos. Juntos han trabajado en la formulación de los piensos, en los ensayos de campo y en su aplicación a la ganadería.

Dos explotaciones ejemplares

Dos fueron las explotaciones seleccionadas –una en Villanueva de Gállego y la otra situada en Alfamén– para ir ajustando las dosis y los tiempos, para ir calculando los consumos, para analizar el crecimiento de los animales con ellos alimentados así como otros parámetros asociados también a la salud de los corderos. "Elegimos estas granjas por su forma de trabajar y por la capacidad de trabajo, porque la realización de estas pruebas implican la identificación de corderos y que se hagan varias pesadas, que se lleven bien los lotes y los pesos y todo ello es un trabajo costoso que hay que hacer en explotaciones en las que haya instalaciones adecuadas, mano de obra y una capacidad de trabajo importante por parte de los ganaderos", matiza Riaguas.

Así, durante tres años se ha trabajado con cuatro lotes de cada una de estas dos explotaciones para comprobar las diferencias existentes entre pienso sin medicar, uno antiparasitario, un pienso con los principios activos de romero y otro de tomillo. "Lo que hacíamos era controlar los crecimientos, el consumo y las patologías presentes", detalla Riaguas.

La jedrea y el orégano son dos de los cultivos aromáticos y medicinales que se han analizado.
La jedrea y el orégano son dos de los cultivos aromáticos y medicinales que se han analizado.
G.C.

Es cierto que con estos ensayos no se han conseguido demostrar diferencias entre una alimentación que incorpora aceites esenciales de plantas aromáticas y otra que no los lleva, pero la veterinaria de Oviaragón cree que quizá sea porque no se han obtenido resultados concluyentes. "Sería necesario seguir ensayando y estudiando el uso de estos piensos. Hay que trabajar mucho para ver exactamente qué aceites tenemos que utilizar, en qué concentración y en que dosificación en los piensos y hay que ir trabajando también para que aporten más de lo que supone el coste de su aplicación en la alimentación animal. Queda mucho por hacer", añade Riaguas. Una frase con la que deja una puerta abierta a continuar con esta colaboración en programaciones futuras del Plan de Desarrollo Rural. Así lo cree también el técnico de Gallicum, que reconoce que los socios del proyecto tendrán que valorar ahora si interesa seguir investigando, aunque en su opinión "y es personal", señala, si la línea de supresión de antibióticos va a ser una realidad "hay que buscar una alternativa y estas plantas lo son tanto para los agricultores como para los ganaderos". Cree además Gregorio que si se puede demostrar que este tipo de pienso es equiparable "aunque no mejore resultados" a aquel que lleva medicamento, es también una razón para su sustitución. "Pero sería necesario seguir investigando", advierte.

El pienso con aceites esenciales se ha probado en la alimentación de corderos de dos explotaciones.
El pienso con aceites esenciales se ha probado en la alimentación de corderos de dos explotaciones.
G.C.

El cereal también se investiga

La presencia de plantas aromáticas en las ribera del Gállego no se plantea como un cultivo con el que desplazar el cereal. Todo lo contrario, el grupo de cooperación ha trabajado también con trigos duros producidos en la zona para elaborar harinas con las producir después panes artesanales, formulados y elaborados con productos locales. "Ahora tienen que ser las empresas las que opten, por sus características y su disponibilidad, a este tipo de ingrediente", señala Gregorio.

Es ciertos que estos ensayos, en los que también se ha trabajado para adaptar la maquinaria disponible al manejo de las nuevas producciones son "un primer paso" que, como asegura el técnico de la cooperativa con sede en Zuera, "ya ha comenzado a despertar el gusanillo entre los agricultores".

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