ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Martirena

«Tengo ideas nuevas, tengo ganas de hacer, pero cuando intento cambiar las cosas, siempre aparece alguien que me dice que hay que adaptarse, que las cosas son como son o en el peor de los casos, que soy autosuficiente. Es fácil entender que las cosas, porque se hayan hecho siempre igual, no significa que estén bien».

Así reflexionaba en voz alta el muchacho, sin dar detalles, pero sumando la suya a otras situaciones similares: lamentablemente, todavía existen quienes prefieren la inmovilidad del acomodamiento a los impulsos de la creatividad.

Por lo general, cuando un joven recién graduado, u otro que llega a un centro laboral determinado, decide solicitar su baja y cambiar de institución, la primera justificante que alegan quienes lo rodean son las cuestiones económicas.

Son necesarios también los análisis profundos y autocríticos dentro del entorno laboral sobre si la atención fue la más adecuada, o si se sucumbió al imperio del «no» sobre cada iniciativa suya, esos frustrantes «no» que ensayan como autómatas algunos decisores, incluso antes de escuchar y dialogar.

Y esta actitud, téngase claro, no está asociada a cargos ni a jefaturas. La negación que daña porque frena tiene que ver con cierta inercia de la voluntad, de la motivación, y se da perfectamente en el sentido inverso: del jefe creativo y propulsor, que ha de vencer la resistencia del subordinado estático, arrellanado en tal estado de confort, que hace muecas al empuje novedoso.

Lo que preocupa en este tipo de situaciones es que la Cuba de hoy reclama pensamiento, actividad, reordenar los procesos, hacer más objetivas las metas.

Cada día hay muestras irrefutables: nos actualizamos como sistema social, nuestro modelo económico se fortalece, se ordena y eso depende en gran medida de asumir ese principio que nos legó Fidel de cambiar, no sin sentido, no por un mero deseo de cambio, sino por la necesidad objetiva de transformar.

Ciertamente, no todo el que proponga un cambio a los modos de hacer tendrá siempre la razón; ni las ideas deberán implementarse a fin de complacer o evitar herir sensibilidades, pero lo que no debe pasar nunca es que mentalidades cerradas, resistentes a abandonar su zona de confort, limiten iniciativas que pueden convertirse en motores impulsores para metas más elevadas.

Toca a los más experimentados encauzar el espíritu creador, abrir espacios, propiciar las condiciones para su desarrollo, pero jamás anteponer barreras infranqueables que conduzcan a la desmotivación o el desinterés.

Los nuevos tiempos demandan abrir puertas, no cerrarlas; los nuevos tiempos impelen a escuchar, no a hacer oídos sordos; los nuevos tiempos convocan a estrechar los espacios al acomodamiento de aquellos que eligieron permanecer sentados en sillas peligrosas, ancladas a la orilla del camino.

NO CERRAR LA PUERTA, NI MATAR LA IDEA

Malo es que se pongan frenos –es verdad– a la iniciativa ajena. Sin embargo, es peor que no exista la idea. Si así pasara, entonces no habrá qué entorpecer, porque tampoco habrá para alentar.

¿Cuánto tiempo llevará el debate popular preguntando y condenando los bloqueos manifiestos de aquellos personajillos que arrellanados en la silla, de espaldas tras el buró de su acomodado sitio, acuñan el más legible «no» sobre la idea nueva, fresca en lo original y fresca en lo atrevido?

Lleva bastante tiempo. Tanto, como el que dura ya la indiferencia de los expertos en negar, de esos que levantan barricadas a los otros con los mismos coágulos absurdos que les estrechan el cerebro propio, mientras repiten de bocas para afuera, con instinto de autoconservación, la urgencia de abrir las mentes.

Hay que entender, por fuerza de lo visto, que ni la crítica al pie de una parada, ni la denuncia recurrente del fenómeno en la prensa, bastan para extirpar las actitudes cotidianas de los que ponen peros.

Es preciso comprender que solo el peso conjunto de un cúmulo apretado de ideas creadoras, será capaz de hundir la resistencia de lo cómodo-obsoleto.

Los que hacen estrellar o boicotean la propuesta del que innovó la pieza que faltaba, del que agiliza en un programa de su laptop personal el engorroso papeleo de un trámite, del que sugiere una solución más rápida al cuello de botella de la empresa y se brinda para ejecutarla él mismo, a pesar de no ser todavía «acuerdo discutido en alguna reunión»; aquellos, no han entendido bien que el pensar como país no es decreto dirigido a quienes deciden, para pedirles que consideren soluciones que, por favor, generen la participación, la inclusión.

La invitación a pensar la nación es la convocatoria a participar, a autoincluirse desde la voluntad para aportar al razonar o al hacer, sin hacerse preceder de nombramientos, de prerrogativas, sin otra condición que el ser cubano natural y cordial (del corazón).

Son más, por tanto, los que tienen el derecho y la oportunidad de crear para aportar, que aquellos que se abrogan la facultad de «conceder o anular». Solo así, y como consecuencia del empuje, deberán imponerse las ideas, que nos inunden la cotidianidad y venzan los cansancios que promueven los egoístas o los mezquinos.

Otra cosa peor, sin embargo, es la carencia de ideas, la inmovilidad, la conformidad que también resulta a veces de los vicios de encartonar las decisiones, creer que hay formularios o proformas para todo cuanto se pueda hacer, vender a los demás la concepción de que es inútil innovar, variar los métodos, romper estilos, porque «hay gente para eso» y las propuestas distintas a lo común despiertan recelos y «pueden mirarse mal».

¿Será posible? Absolutamente. Hay personas, grupos de ellas, de vecinos, de estudiantes, de obreros, que matan al nacer sus propias ideas, aun cuando salieron del concilio colectivo: «Es que ahora seguro dicen que el presupuesto no da, que el combustible, que para la innovación no hay financiamiento, que por años ha funcionado así, que, en fin, mejor no lo proponemos…», y entonces chocan de bruces con la carreta que atravesaron delante de los bueyes.

Días atrás, los vecinos de un reparto residencial de la ciudad de Bayamo, colmado de edificios, promovían ante su delegado, «por enésima vez, el problema de las cisternas que se nos desbordan todas las madrugadas».

«¿Cuántas veces habremos dicho esto?», dijo uno;  «Los niños tienen que dar mil vueltas para llegar a la escuela», clamó el del 35; «Caridad ya resbaló y cayó sentada ayer en la acera, cuando buscaba el pan», alegó la de tercera; «Con tanta gente sin agua en otros repartos y aquí botándose. Es una lástima. ¿Qué hace Acueducto?», calzó quien colmó la copa.

En medio de los reclamos, a un joven nuevo en el barrio se le ocurrió preguntar al representante de Acueducto –ya rojo como un tomate– cómo era la acometida que llegaba a estas cisternas.

«¿Y eso ahora para qué?», «¿cómo ayuda eso?», «el planteamiento anterior, que se eleve al Gobierno, no se distraigan», dijeron varias voces a la vez.

Pero el enviado de Acueducto respondió, tal vez porque era la única ocasión en que se sentía escuchado, sin reclamos nuevos. Y el joven, que esperaba tal respuesta, levantó en su mano un globo plástico acoplado a un tubito de bronce con rosca en el extremo y una válvula simplísima.

«Me costó 15 pesos en el punto de venta de El Bosque, a cuatro cuadras. Se llama boya. Yo puse una cuando hice la cisterna de mi casa, que tiene una acometida igual, y nunca se ha desbordado.

«No se me había ocurrido pedírsela al Gobierno. A lo mejor me ahorraba los 15 pesos, que tuve que pagar yo solo. Ustedes son varios apartamentos para reunir 15 pesos por edificio y resolver el asunto, pero el problema es de Vivienda, claro, y 15 pesos son 15 pesos, no los culpo.

«¿Ah, y Acueducto? Según conozco, está haciendo las redes del norte de la ciudad, donde la gente recibe el agua en pipas porque no tiene. Pero de lo que sí estoy seguro, es de que si andamos así, sin mover un dedo por nosotros mismos, si nos quedamos tan quietos, padeciendo y esperando a que el país piense por nosotros, no habrá boya en el mundo que nos salve de la absurda inmovilidad».

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PMG (Pedro Muñoz) dijo:

1

5 de diciembre de 2019

07:57:16


Excelente artículo, que falta hace que muchos cambien de mentalidad y no frenen más el desarrollo, siguen siempre con lo mismo, incluso salen nuevas disposiciones y documentos estableciendo cosas nuevas y ni siquiera los leen y mucho menos los dan a conocer a sus subordinados y a la masa de trabajadores, siguen con la rutina de siempre, que daño hacen. Nuestro presidente lo ha dicho: Inercia, dejadez, desidia. Tengo 75 años y cada vez que oigo a alguién diciendo "la juventud está perdida", le respondo "acaso cuando tu eras joven no se decía lo mismo". ¿Quien hizo esta Revolución sino los jóvenes?, ¿quienes tienen que seguirla y llevarla adelante, sino los jóvenes?. ¿Serán malos los jóvenes o seremos nosotros que no somos capaces de escucharlos, oirlos, seguir sus ideas, edicarlos, trasmitirles nuestras experiencias?. Es hora de que razonemos, de otra forma no pensaremos como país como nos dice nuestro Presidente, no haremos Cuba y no iremos por más. Tenemos un reto antes de dejar esta vida, hay que cumplirlo. Adelante, nunca es tarde para recapacitar. Sabemos que no será fácil, pero sabemos que valdrá la pena. Saludos de un Revolucionario que lleva casi 50 años en esta lucha sin arrepentirse.

MJNR dijo:

2

5 de diciembre de 2019

08:57:16


Muy buen escrito en el se reflejan muchas personas sin mencionar categoría ocupacional que estan sentados sobre su acomodamiento y para cualquier iniciativa que resuelva el problema le hechan la culpa al bloqueo para mantener sus ideas o simplemente decir no para no hacer nada y ya es hora de hacer a lo que nos esta llamando nuestro presiente pensar como país y buscar soluciones a nuestros problemas por nosotros mismo.

Fermín Manuel Fornaris Campa dijo:

3

5 de diciembre de 2019

09:09:11


De acuerdo con este razonamiento, y aunque desde que triunfó la Revolución oficialmente todos somos iguales ,es verdad que a los jóvenes se les descrimina, pero también a los viejos, y a los negros, y a los homosexuales, y hasta a los incapacitados de algo. Y lo ha dicho Raúl, que si todos hacemos lo que tenemos que hacer, todo funcionará bien. Y lo ha dicho Diaz - Canell, que no podemos estar acomodados ni cansados. Y como vamos a salir de la pobreza económica si no trabajamos todos en todo lo que tenemos que hacer? Si no atendemos a los jóvenes y los guiamos en el trabajo, como vamos a lograr un trabajador ejemplar? Si no oimos a los más viejos, como van a coger experiencia los demás? Como ha dicho nuestro presidente, hay que ligar la Universidad con los centros de trabajo. Hay miles de ponencias engavetadas que no se aplican, y podrían dar saltos a la economía. Por ejemplo, un director de una UEB no sabe diariamente lo que gana o pierde, y hay diversas fórmulas para conocer este importante dato. Hace 500 años que cuba importa trigo y hasta los aborígenes hacían su pan de yuca. Y así en la ANIR, los Forums y en la mente de jóvenes y otros, hay ideas que pueden revolucionar la economía y no se aplican por esos que están acomodados o cansados. Por ejemplo, hay una Resolución del MITRANS , que indica que los carros estatales transporten pasajeros de las paradas. Cuando el Presidente recordó esta acción y la Policía ayudaba, se hizo. Ya no se hace. Como es posible que un cubano, compañero de otro cubano, pase por una parada, manejando un carro que es del Estado (entiéndase Pueblo) y viaje con asientos vacíos y no pare en la parada y traslade a otros cubanos que van para un trabajo u otra gestión igual que él? Así tambien es en el trabajo. Debemos ayudar a los jóvenes y oir a todo el mundo con sus ideas imnovadoras y así cumplimos con ¨ cambiar todo lo que debe ser cambiado¨ y que ¨somos continuidad¨. Además cuando en ¨un lugar no se oye a todos, la verdad se queda afuera¨.

UnKnown dijo:

4

5 de diciembre de 2019

09:17:32


Saludos. El primer párrafo ilustra muy bien a lo que se ha tenido que enfrentar todo aquel que ha intentado hacer algo y se encuentra con los argumentos de quienes "saben muchísimo" a costa de haber ganado fama, haciendo lo mismo indefinidamente, y es por eso que se vuelven expertos en hacer solo eso que saben hacer (Nota: repetir el quinto grado 6 veces, te convierte en experto del 6to. grado, pero eso no quiere decir necesariamente algo bueno). Muchas veces sabén "qué" se hace y no "por qué se hace", y por eso, no son capaces ni siquiera de discutir algo que esté mal hecho o que se pueda mejorar, pero que nadie espere que una persona así diga esas cosas. En ese sentido la fórmula es que quien ostente el poder, debería tener mente abierta a las nuevas propuestas, si de todas formas algo se mejora, parte del mérito será para él o ella por haber tenido luz larga.

Omar Medina dijo:

5

5 de diciembre de 2019

09:22:51


Creatividad contra acomodamiento. Muy bien hilvanado el tema, ciertamente la iniciativa popular es la que mueve a nuestro entorno, unas veces para hacerlo bien otras para hacerlo mal ; pero siempre resulta la matriz más renovadora de nuestro entorno. Entonces la pregunta no es solo la de los 15 pesos y el inmóviismo que se genera en torno a ello para resolver un problema. Y aunque es innegable el gigantesco esfuerzo que se hace con las conductoras hidráulicas en zonas poco favorecidas por el clima y en las de importancia económico social. Lo menos comprensible y sin justificación alguna es el innmovilismos de las estructuras administrativas locales y de otro tipo , quienes reciben en muchos casos salarios y contraen compromisos de mucho mayor valor socio-político que los a quienes pedimos recolectar los 15 pesos; sobre todo en lugares cuando no hayan establecimientos como lo es "El Bosque" de Bayamo donde la solucion cueste 15 pesos. Las referencias que tenemos es que en muchos lugares una simple presilla de manguera hecha de lata vale entre 20 y 24 pesos (cup). La pregunta es por qué esperar que alguien resvale y se caiga 11 veces. Mi conclusión es que sí, es legitimo pensar en la iniciativa de los 15 pesos; pero a la vez tomar la iniciativa de sustituir o cambiar la estructura ineficaz incapaz de resolver problemas que cuesten 15 pesos. Gracias

Eugenia Fajardo Ramírez dijo:

6

5 de diciembre de 2019

09:53:16


Buenos dias, ciertamente y para tristeza de todos eso sucede y no solamente con los jóvenes, también sucede con otro personal, que llega a un lugar y quiere cambiar cosas que ven obsoletas o mal hechas, y no puede hacerlo, porque hay otros que están entorpeciendo con ideas muy viejas y casi sin conocimientos, no dejan que otros cambien y asi no aplicamos el concepto de revolución, siempre pienso en esto por dos razones, si lo llevamos a la práctica de como esta escrito y como fue pronunciado todos dejamos las ideas viejas y no porque sean viejas dejan de ser ideas, pero siempre deben llevar con ellas la nueva creación de la generación que nos sigue y de los que cambiamos para ser mejores, entonces sera entonces bien llevado este concepto.dejemos a los jovenes y a los que quieren cambios para renovar el pais hacer mejor esta Cuba de todos..

Carlos E López Sánchez dijo:

7

5 de diciembre de 2019

10:30:34


Hola , me a interesado este debate sobre las ideas , vivo en trinidad , una ciudad turística , hace varios años intentamos yo y mi amigo abrir un centro de snorkeling ,fuimos a todos los órganos pertinentes , y al final no nos dieron la oportunidad , mi amigo y yo somos pescadores submarino profesional , trabajamos en barcos estatales como buzos de langosta , mi amigo aun ejerce esta profesión , es decir que tenemos mucha experiencia en el agua , tengo títulos omi de González lines , me preguntó por que no es legal poder ejercer esto por cuenta propia , cuando hay personas realmente cualificados con títulos y experiencia que buscamos otro tipo de oportunidades . Estoy recuerdo que se trata de algo que necesita de normas y equipos para prevenir riesgo a la vida humana , pero los turistas lo hacen por su cuenta con mismos riesgos , creo que esto abriría oportunidad a personas como yo y mi amigo que amamos el mar y a la vez poder aportar a este pais .

Memoria Cubana dijo:

8

5 de diciembre de 2019

13:06:03


Estimados periodistas Yo estoy próximo a cumplir 60 años y a mis 31 me fue otorgada la condición de Vanguardia Nacional por La Obra de Toda la Vida como Innovador entre 1986 y 1990. Desafortunadamente Ustedes han descrito lo que sucedía en los años 80 del pasado siglo XX, es decir, que desde entonces hasta hoy mismo NADA HA CAMBIADO y ese ha sido el mayor componente del BLOQUEO INTERNO que desde siempre ha existido y sobrevive en Cuba, a pesar que desde entonces han cambiado los rostros dirigentes. Estos asuntos se reproducen como el marabú, solo que esta planta ha resultado ser útil pero ¿cuándo ha sido útil el bloqueo interno y a quién? Llevo muchos años diciendo que solo le ha sido útil... AL IMPERIALISMO YANQUI. Les recomiendo que entren a Cubadebate, Granma y Juventud Rebelde y que les entreguen los post de Memoria Cubana. Sobre ese asunto del agua, aquí tienen el enlace a un fórum. Verán primero lo que allí expresé pero tómense el trabajo de leer todas las opiniones. Y entonces Ustedes, los jóvenes, apliquen por allá las soluciones brindadas por personas que estuvimos debatiendo. http://www.cubadebate.cu/especiales/2019/09/27/reordenamiento-de-tarifas-una-politica-por-el-ahorro-y-mayor-calidad-en-el-servicio-de-agua/comentarios/pagina-3/?unapproved=6979277&moderation-hash=5eb7fe2ab5b5ad991a5c15a1063119ac#comment-6979277

Sandra dijo:

9

6 de diciembre de 2019

11:08:33


Buenos días. Desafortunadamente el discurso del Presidente va por un lado y el de algunos Dirigentes a diferentes niveles e inclusive de Especialistas, trabajadores simples, en fin pueblo va por otro. Nos invitan a pensar como país, a poner nuestro grano de arena en motivar el cambio, en solucionar los problemas pero estamos tan acostumbrados a que nos digan lo que debemos que hacer, que no damos ese salto obligatorio de vida o muerte que tenemos que dar si queremos salvar nuestro proyecto social. Muchas personas como mismo dice en su artículo no llegan siquiera a expresar su idea sobre algo que debe cambiar porque saben de sobra que la primera respuesta de algunos decisores será negativa, otros se atreven a expresar sus ideas y no les falta quien le ponga la talanquera. Hay mucho intelecto en nuestro país, muchos queremos ver que avance y prospere pero a otros muchos les conviene que siga funcionando mal porque viven de las ineficiencia. No obstante aunque parezca algo derrotista mi comentario, soy de las personas que estas barreras no las detienen. Apuesto por los cubanos que quieren ver que su país avance y que trabajan en función de ello y no somos pocos.

Rolando dijo:

10

8 de noviembre de 2020

15:28:20


Muy interesante el artículo y muy importante el tema. La creatividad es una cualidad que podemos añadir a cualquier actividad que hacemos. Pero la vocación y/o el compromiso son esenciales para poder ser creativos. Si hacemos algo con pasión ya sea por vocación o por compromiso es muy probable que nuestra creatividad se manifieste. La creatividad se basa en la curiosidad y la observación detallada. El desafío actual de las organizaciones es encontrar la forma de despertar el espíritu curioso y creativo en procesos rutinarios, puramente operativos. Las personas que son observadoras y curiosas tienden a resolver problemas complejos y pueden tomar decisiones más rápidamente aplicando el conocimiento natural -intuición, sensaciones corporales como “escuchar las tripas”- como estrategias complementarias para crear una nueva experiencia de conocimiento. Esto es posible porque se abren a lo nuevo y son curiosos en todo momento. Hay rasgos comunes que definen a las personas que son curiosas y creativas. Por lo general tienen una mente más abierta, están dispuestas a experimentar con cosas nuevas y también combinan fórmulas conocidas para producir un nuevo resultado. Evitan prejuzgar porque saben que el logro final es el resultado de un proceso. Priorizan lo importante sobre lo superfluo. Pueden visualizar caminos más veloces para alcanzar sus objetivos. Cuando el tema les interesa se concentran más rapidamente. Su curiosidad e intuición se encargan de dirigir su atención hacia lo que sea de utilidad. Se interesan en gran variedad de temas, leen mucho, escuchan e intercambian opiniones. Son hábiles conectando informaciones de diferentes fuentes. Pueden flexibilizar paradigmas con relativa facilidad. Reconocen cuando están siendo reactivos en lugar de proactivos. Pasan por alto esquemas que ya no les sean útiles en el presente. Reconocen las creencias limitantes, y se animan a traspasarlas. Este proceso es fundamental para dar espacio a su espíritu curioso e innovador.