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Así podemos ahorrar aunque la inflación no nos dé tregua

Así podemos ahorrar aunque la inflación no nos dé tregua

Así podemos ahorrar aunque la inflación no nos dé tregua

Aunque los precios ya no suben de manera tan desorbitada como hace un año, lo cierto es que tampoco bajan, así que estamos en una situación donde cada vez nos cuesta más hacer frente a todas nuestras obligaciones financieras. Los alquileres no dejan de subir, la cesta de la compra sigue estando muy alta, y cada vez son menos las familias que pueden permitirse reemplazar los electrodomésticos que llegan al final de su vida útil.

En un contexto tan exigente, encontrar maneras de ahorrar en cada pequeña compra que tengamos que hacer resulta esencial para poder llegar a final de mes sin entrar en números rojos. Por eso, aquí tienes algunos consejos que puedes aprovechar para tratar de ahorrar en las compras esenciales, prescindir de las compras que no son tan necesarias, y seguir manteniendo un nivel de vida digno en los tiempos que corren.

Solo debemos comprar lo esencial

La primera medida –y la más evidente– pasa por comprar solamente lo más esencial, y esto incluye todo tipo de artículos. Cuando estamos pasando por dificultades para pagar nuestras facturas, debemos prescindir de compras más superfluas como la renovación del vestuario, el cambio de móvil, o cualquier otro gasto que podamos dejar para otra ocasión. Y esto es especialmente importante si no disponemos de capacidad de ahorro.

Guardar algo de dinero en nuestra cuenta para poder afrontar gastos imprevistos –por ejemplo si se nos estropea la lavadora, o si necesitamos ir de forma urgente al dentista– es una medida esencial, así que tenemos que evitar este tipo de gastos que solo responden al afán de estar un poco más a la moda. Lo más importante es que podamos hacer frente a nuestras necesidades básicas. Y ya habrá tiempo para todo lo demás.

La cesta de la compra puede marcar la diferencia

No podemos negociar el alquiler de nuestro apartamento, pero sí que podemos elegir cuánto gastamos en la cesta de la compra –al menos hasta cierto punto. En los folletos ofertas de los principales supermercados podremos ver cuáles son los mejores precios de cada producto, lo que nos permitirá organizar nuestra compra en función de nuestras posibilidades económicas. Además, podemos consultar estos folletos fácilmente por internet.

La selección de los artículos que compremos en los supermercados también marcará mucho el alcance de nuestro presupuesto. En líneas generales, se considera que una dieta abundante en verduras es mucho más económica y saludable que las que tienen un mayor contenido de carbohidratos, especialmente si abusamos de los alimentos precocinados, los aperitivos, y las golosinas. ¡Cuantos más alimentos frescos compremos, mejor!

Al optar por una mayor cantidad de verduras y frutas –se entiende que en detrimento de snacks y otros alimentos industriales–, también podemos diversificar nuestra canasta básica para comprar más en comercios de proximidad. De esta manera no solo apoyaremos el tejido comercial de nuestro barrio, sino que además podremos ahorrar de forma considerable en nuestras compras, sobre todo si acudimos a los mercados tradicionales.

Una pequeña inversión en el hogar puede ayudarnos en el ahorro

Por otra parte, también hay algunas medidas que podemos adoptar para reducir el importe de nuestras facturas del agua y de la luz, sobre todo si hace tiempo que no invertimos en electrodomésticos y en pequeños arreglos para el hogar. Algunas medidas pueden ser tan simples como la instalación de nuevos cabezales de ducha o de grifos que permiten una mejor distribución del agua en el fregadero de la cocina.

Otro de los grandes avances en los últimos años son las bombillas LED, que cuestan muy poco y permiten un ahorro extraordinario en comparación con las bombillas clásicas. Además, no es necesario que compremos todas las bombillas de casa a la vez, sino que podremos simplemente irlas cambiando poco a poco a medida que nos lo podamos permitir. De esta manera podemos reducir nuestra factura de la luz de forma considerable.

Eliminar el gas de la ecuación, un gran acierto histórico

Los precios del gas natural se dispararon hace dos años por culpa de la invasión de Rusia a Ucrania. Las familias que habían optado por reemplazar sus antiguas cocinas y calentadores de gas para optar por soluciones eléctricas apenas se vieron afectadas por este problema. Además, a medida que en España se acelera el despliegue de centrales de energías renovables, el precio del kilovatio/hora irá bajando cada vez más en nuestro país.

Por eso es tan recomendable optar por soluciones como los calentadores eléctricos y las cocinas de inducción. Además, en este último caso, la solución es mucho más segura que las vitrocerámicas, y también consume mucha menos electricidad. ¡Incluso es posible comprar pequeñas cocinas de inducción portátiles por menos 80 €, que se pueden instalar en cualquier punto de la casa para cocinar sin necesidad de gastar en bombonas de gas!

Hay soluciones para todos los gustos y para todos los bolsillos, así que solo es cuestión de empezar a implementarlas en la medida de nuestras posibilidades. Con un poco de disciplina, y adoptando decisiones inteligentes, podremos reducir de forma considerable nuestros gastos mensuales, ¡y enseguida veremos que nuestro sueldo nos alcanza para mucho más!