Cuando te enfrentas a una ola de enfermedad, puede ser difícil recordar cómo se sentía estar sano y sentirse abrumado por la pregunta: “¿por qué me enfermo tan seguido?”.
A veces, simplemente puedes atribuirlo a la mala suerte, especialmente si estás en contacto con muchas personas en tu rutina diaria. Esto es especialmente cierto durante el otoño e invierno, cuando todos parecen tener un resfriado, gripe o Covid-19.
Pero si has estado teniendo infecciones recurrentes en el oído, los senos paranasales, los pulmones, e incluso en la piel una y otra vez, eso podría ser una señal potencial de que hay algo mal con tu sistema inmunológico, según Patrick Jackson, médico especializado en enfermedades infecciosas en UVA Health en Charlottesville, Virginia. El sistema inmunológico de una persona promedio debería ser inherentemente bueno en su trabajo, así que si eres una persona joven y aparentemente sana, pero terminas en el médico con neumonía más de una vez al año, eso es una señal de alarma importante, dice el experto.
Tu sistema inmunológico está compuesto por células especializadas, proteínas y órganos diseñados para protegerte cuando detectan un “invasor”, como bacterias o virus, por ejemplo. Incluso si te enfermas mientras tu cuerpo se defiende, no deberías sentirte tan mal si te encuentras con el mismo germen en el futuro. Tu sistema inmunológico debería recordarlo y entrar en acción rápidamente.
Si has estado enfermo con frecuencia últimamente, no deberías asumir automáticamente que tienes un problema grave con tu sistema inmunológico, pero no estaría de más que revises tus síntomas. Aquí hay algunas cosas que debes saber si te preocupa una reciente cadena de infecciones.
¿Cómo pueden verse o sentirse las infecciones recurrentes?
No hay una definición única de infecciones “recurrentes”, pero tu médico podría usar este término en general si tus enfermedades son frecuentes, graves, difíciles de tratar o duran más de lo esperado. Tener dos o más infecciones graves en un año o tres o más infecciones respiratorias en un año podría apuntar potencialmente a un problema del sistema inmunológico. Lo mismo ocurre si necesitas al menos dos tratamientos de antibióticos al año o si necesitas regularmente antibióticos intravenosos para eliminar una infección.
Los expertos consultados prestan atención a los casos frecuentes de neumonía y otras infecciones pulmonares, bronquitis y otras infecciones respiratorias superiores, infecciones sinusales, infecciones de oído, infecciones del tracto urinario e infecciones por hongos.
Si eres adulto, un episodio de neumonía “no provocaría automáticamente una evaluación médica”, dice Juan Salazar, médico especialista en enfermedades infecciosas y médico jefe en Connecticut Children’s. Pero si tienes dos infecciones pulmonares recientes bien documentadas, “eso es más preocupante”.
Además, ciertos tipos, como las infecciones de oído, son mucho más comunes en los niños, dice Yasmin West Khan, médica, profesora asistente de alergia pediátrica, inmunología y medicina pulmonar en el Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt. Tu médico probablemente comenzará a hacer preguntas si te enfrentas a ellas al menos dos veces al año.
Por supuesto, todas estas cosas pueden hacerte sentir realmente mal. Los expertos dicen que, dependiendo de tu infección específica, es posible que tengas síntomas típicos de resfriado y gripe, como tos, fiebre o dolores corporales; problemas de digestión como calambres, náuseas o diarrea; dolor; pérdida de peso repentina; y fatiga. Estos síntomas, entre muchos otros, pueden derivar directamente de las infecciones o de la necesidad frecuente de tomar ciertos medicamentos como antibióticos, según Kara Wada, médica, alergóloga e inmunóloga en el Centro Médico Wexner de la Universidad Estatal de Ohio.
Enfermarse con frecuencia también afecta tu capacidad para ir regularmente a la escuela o al trabajo, cuidar de tu familia o de ti mismo, atender tus relaciones y simplemente vivir tu vida cotidiana, dice Jackson. Todo esto puede comprensiblemente tener un impacto emocional, desencadenando sentimientos como el estrés, la irritabilidad, la tristeza y la ansiedad.
¿Cuáles son algunas de las causas de las infecciones recurrentes?
Algunos hábitos pueden aumentar tus probabilidades de enfermarte con más frecuencia, como fumar, no dormir lo suficiente y no manejar el estrés intenso o crónico, pero estos factores no causarán directamente infecciones recurrentes.
En primer lugar, tu anatomía podría ser la culpable. Por ejemplo, la investigación muestra que tener un problema “estructural”, como un tabique nasal desviado (un desplazamiento de la pared de cartílago y hueso entre tus fosas nasales) puede causar problemas en tus conductos nasales y exponerte a infecciones sinusales más frecuentes.
Algunas condiciones subyacentes, como la diabetes mal controlada o el asma, también aumentan tu riesgo, según el doctor Jackson. Si tienes una enfermedad crónica, ciertos tratamientos que pueden ayudar a controlarla, como la quimioterapia o medicamentos inmunosupresores como los esteroides orales, pueden debilitar las defensas de tu sistema inmunológico.
Y aunque son bastante raras, debes conocer las enfermedades de inmunodeficiencia primaria (IDP), que se caracterizan por una mayor susceptibilidad a las infecciones. Este es un grupo diverso de casi 500 condiciones que a menudo tienen un componente genético, y cada una afecta al menos una parte de la capacidad del sistema inmunológico para funcionar. Pueden pasar fácilmente desapercibidas y a los médicos les puede llevar años confirmar un diagnóstico cuando identifican una.
“Muchas IDP llevan a infecciones repetidas o profundas que ocurren en lugares inusuales”, dijo anteriormente Barrie Cohen, médico, inmunólogo y profesor asistente en la Facultad de Medicina Robert Wood Johnson de Rutgers en Nueva Jersey. “Sin embargo, el tipo de infección, ya sea bacteriana, viral o fúngica, variará según qué parte del sistema inmunológico no esté funcionando correctamente”.
¿Cuándo debo ver a un doctor si me enfermo seguido?
Si te sientes regularmente agotado y faltas a menudo al trabajo o a la escuela, no puedes cumplir como cónyuge o padre, o notas en general una disminución en tu calidad de vida debido a tus infecciones, es hora de hablar con tu médico sobre lo que está sucediendo. Comienza con un médico de atención primaria, ya sea que hayas estado yendo durante años o un proveedor en una clínica de bajo costo en tu área. Deberían preguntarte sobre tu historial de salud personal y familiar y realizar un examen físico, junto con ciertas pruebas como análisis de sangre, según Wada. A partir de ahí, es posible que te deriven a un inmunólogo u otro especialista si es necesario.
Además de hacer todo lo posible para blindar tu sistema inmunológico, como alimentarte bien, mover tu cuerpo y mantenerte al día con las vacunas, hay tratamientos disponibles que pueden ayudar si te diagnostican una condición que te hace más susceptible a enfermedades.
Todos nos enfermamos, ¡es solo una parte de la vida! Pero lidiar con una infección tras otra no es normal para la mayoría de los adultos. Hablar con un médico te ayudará a darle respuesta a tu pregunta de “¿por qué me enfermo tan seguido?”, y puede ayudarte a llegar al fondo del problema más pronto que tarde, para que tengas un plan claro la próxima vez que un desagradable virus decida provocar síntomas
Artículo publicado originalmente en SELF.
