En 976, al morir al-Hakam II, estalló una violenta lucha por la sucesión. El difunto califa había dispuesto que le sucedería su hijo Hish a pesar de tener tan sólo unos once años, pero diversas personalidades de la corte estaban decididas a impedir que un niño se sentara en el trono de los omeyas. Respaldada por poderosos d