Influir en políticas públicas, reto de activistas feministas

Se realizó la Conferencia Anual de la Red Latinoamericana Interdisciplinaria de Género

Enfrentar el reto de influir en la construcción de políticas públicas con perspectiva de género a partir de las múltiples expresiones y manifestaciones que las activistas feministas muestran en las calles, es uno de los principales desafíos de los estudios académicos en esa área, reconocieron expertas en género reunidas por la UNAM y la Universidad de Yale, Estados Unidos.

En la Segunda Conferencia Anual Cuerpo Profesional/Cuerpo Político: Cruzando Fronteras entre la Academia y el Activismo Feminista, María Isabel Belausteguigoitia Rius, directora del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) de la UNAM, dijo que el encuentro propone establecer un espacio de reflexión para crear propuestas académicas a partir de la realidad que se expresa en las calles.

La Conferencia Anual de la Red Latinoamericana Interdisciplinaria de Género (LAING, por sus siglas en inglés) reúne esfuerzos de investigadoras feministas del CIEG y la Universidad de Yale. En la organización del evento participó también la Sede UNAM-Boston (Centro de Estudios Mexicanos).

“Esta red espera generar conversaciones que contengan a la academia en los límites del activismo y a éste en los bordes de la academia. Esto significa trabajar con lo que ha sido desaparecido, destruido y marginado, nombrándolo”, explicó.

Imaginar convergencias

Esta segunda conferencia propone un espacio donde reconocer e imaginar las convergencias entre academia y activismo. La academia como espacio ahuecado, cóncavo, oblicuo, puede activar el conocimiento. Esto es, generar espacios para nombrar y definir aquello que nos falta en la escena de la transformación, y recuperar y acrecentar esa fuerza especulativa y enunciativa que es propia de la academia, señaló.

Esta participación, puntualizó Belausteguigoitia, forma parte de una reflexión mayor que el CIEG realiza con el propósito de entender la función de la academia, “una academia creativa, que vamos a llamar imaginativa y ahuecada, que permita analizar las formas de protesta de mujeres en contra de la violencia de género, a favor del cambio social organizado por diferentes colectivos feministas”.

Su finalidad es ubicar a la academia, y en particular al salón de clase y algunos espacios contiguos de las universidades, como zonas de reflexión y, sobre todo, de construcción de alianzas y relaciones que puedan contribuir a la formación de un imaginario político-pedagógico.

Asimismo, destacó que las jóvenes feministas han interrumpido consistentemente el espacio público con un gran coraje y rabia, muchas veces creativa, otras violenta y sofocante.

Recordó que en el espacio universitario, cinco meses y seis días, de noviembre 3 de 2019 a abril 14 de 2020, estuvieron tomadas 33 instalaciones de la UNAM con activistas académicas dentro protestando contra la violencia de género. “Más de 80 mil estudiantes vieron tomados sus salones de clase e interrumpido su proceso formativo por casi seis meses. De esa toma surgieron increíbles iniciativas, incandescentes protestas y propuestas que hoy nos llevan a concretar asignaturas, espacios de conversación y protocolos contra la violencia de género, entre otras acciones”.

Más adelante, la ponente ejemplificó algunas dinámicas que su grupo de trabajo realiza con mujeres presas, dentro del proyecto Mujeres en Espiral, que se traducen en trasladar a un trabajo colectivo sus historias de vida, sus experiencias y temores.

En el evento también participaron Amneris Chaparro Martínez, secretaria académica del CIEG, y Claudia Valeggia, del Consejo de Estudios Latinoamericanos e Ibéricos de la Universidad de Yale.

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