Saltar al contenido principal

Las huellas de la devastación seis meses después de los terremotos en Turquía y Siria

Hace medio año, dos devastadores sismos sacudieron 11 provincias en el sur de Turquía y varias regiones del noroeste de Siria, dejándolas en las ruinas. El mayor desastre natural en las últimas dos décadas en esa región se cobró la vida de más de 50.000 personas y unos 125.000 heridos, así como miles de personas desplazadas y sin hogar que ahora esperan los avances de la prometida reconstrucción.

Un joven pasa junto a unos excavadores que trabajan para limpiar los escombros de los edificios derrumbados, seis meses después de que una sacudida de magnitud 7,8 en el sureste de Turquía.
Un joven pasa junto a unos excavadores que trabajan para limpiar los escombros de los edificios derrumbados, seis meses después de que una sacudida de magnitud 7,8 en el sureste de Turquía. AFP - OZAN KOSE
Anuncios

Hace seis meses la tierra se sacudió con tal ferocidad que arrasó con edificios, agrietó las calles y catapultó a miles de personas bajo el polvo y los escombros. Medio año después de los devastadores terremotos en la frontera entre Turquía y Siria: polvo, escombros, lápidas sin nombre y heridas visibles en las paredes de cientos de hogares, pero también en la mente de los turcos y sirios.

Durante la madrugada del lunes 6 de febrero, dos terremotos —el primero y más devastador de magnitud 7,8 en la escala de Richter— azotaron varias provincias del sur de Turquía y el noroeste sirio. Los 82 millones de habitantes turcos enmudecieron con el crujido de la tierra, recordando tragedias anteriores como el sismo de 1999, que dejó 18.000 víctimas mortales en un país atravesado por dos fallas tectónicas, con tendencia a desestabilizar la superficie.

“Podríamos haber preparado a toda Turquía para un terremoto, no solo a Estambul, si hubiéramos comenzado a trabajar con el ministerio para hacer que nuestras provincias en riesgo sean resistentes a los terremotos. Si nos hubiésemos distanciado de la política, si las políticas no se hubieran dejado al antojo de las nuevas administraciones, y si hubiera habido un presupuesto serio y decidido”, argumentó Naci Gorur, geóloga y miembro de la Academia de Ciencias.

Esta vez, el mayor desastre natural en las últimas dos décadas en esa región se cobró la vida de más de 50.000 personas y 125.000 heridos, según estimaciones de la agencia Reuters; desplazando a miles de personas de las ruinas que un día fueron sus viviendas y generando una crisis humanitaria que todavía no ha sido resuelta por las autoridades turcas. Más de 300.000 edificios resultaron dañados y, seis meses después, muchos barrios y localidades siguen sin contar con los servicios básicos de agua o electricidad.

Dos mandatarios “más fuertes” después de los sismos

Faltaban entonces apenas dos semanas para que el presidente turco convocara la primera vuelta electoral. Una que se llevó a cabo antes de lo previsto, a pesar de los sismos, y que daría una nueva victoria a Recep Tayyip Erdogan. Ni la devastación ni las críticas por la falta de previsión a la hora de edificar, por las irregularidades en las construcciones que no contaban con medidas de emergencia en caso de sismo, le pasaron factura política al mandatario. En cambio, Erdogan prometió durante la campaña electoral una reconstrucción total y viviendas nuevas para los afectados.

Hasta el momento, el Gobierno turco ha mandado inspeccionar los edificios dañados tanto dentro como fuera de las 11 provincias afectadas por el terremoto. Y prometió compensar a las víctimas con ayuda financiera y la oportunidad de reasentarse en proyectos de vivienda pública, pero cientos de afectados continúan viviendo en precarias carpas, mientras exigen una acción más rápida.

En el noroeste de Siria, según AP, más de 2.000 edificios se derrumbaron y unos 4.000 quedaron marcados como “inseguros”. Esto, en una región que ya contaba con una deficiente infraestructura y sin apenas servicios básicos debido al conflicto interno.

Pese a esto, la popularidad de Bashar al-Assad, aferrado al poder hace más de 20 años, tampoco se vio afectada. En cambio, utilizó los terremotos para limpiar su imagen de cara a la comunidad internacional después de 12 años de guerra en Siria. De este modo, se benefició de la tragedia para controlar a la población a través de las ayudas humanitarias en uno de los pocos bastiones rebeldes que quedan en el norte del país.

Precisamente, la reconstrucción y el acceso de asistencia humanitaria internacional sigue siendo un desafío en el noroeste de Siria, en la región de Idlib, un área controlada por grupos islamistas y opositores al régimen de Al-Assad. Desde hace un mes, los camiones de Naciones Unidas que trasportaban alimentos, material para la reconstrucción y medicinas a través de los puntos de acceso humanitario en la frontera dejaron de llegar, pese a que más de cuatro millones de personas dependen de esto para su supervivencia.

En medio de esta nueva crisis humanitaria, sumada a la ya precaria situación para la población siria por más de una década de ataques indiscriminados y combates, Al-Assad y su aliado Rusia vetaron en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas la resolución para extender la entrega de ayudas. “No solo tenemos seis meses desde que ocurrió el sismo, sino también un mes desde que fracasó la resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU y el 13 de agosto tenemos la expiración del acuerdo para los otros dos cruces", advirtió Jennifer Higgins, coordinadora del Comité Internacional de Rescate.

Nacer y renacer de entre las ruinas

Las horas posteriores al temblor, entre gritos ahogados por el polvo y el dolor, se vivieron momentos de angustia y desesperación, pero también de humanidad. Rescatistas, supervivientes, militares o insurgentes… todos removían los escombros en busca de vida. Los hallazgos con vida de jóvenes, ancianos, niños eran motivo de celebración y aliento. Los medios de comunicación de todo el mundo pusieron la mirada en el sur de Turquía, una región que acoge a miles de refugiados sirios desplazados por la guerra civil en su país, y el noroeste de Siria.

 

La bebé que nació entre las ruinas durante los terremotos.
La bebé que nació entre las ruinas durante los terremotos. AP - Ghaith Alsayed

 

Entre el dolor, también celebraron las historias positivas de resiliencia. Diez horas estuvo Afraa, todavía conectada a través del cordón umbilical a su madre, bajo el cemento y los ladrillos en la ciudad siria de Jinderis, poblada por desplazados de la guerra interna. La “bebé milagro” nació en medio del temblor que aplastó a sus padres y cuatro hermanos. Seis meses después, recuperada de las heridas físicas, sonríe en los brazos de su tío. "Estamos muy contentos con ella porque nos recuerda a sus padres y hermanos", exclamaba Khalil al-Sawadi, su padre adoptivo.

Naciones Unidas calcula que el 43% de los heridos son mujeres y niñas; y el 20% son niños de entre 5 y 14 años. Muchos de ellos han logrado sobreponerse a las heridas físicas, pero las secuelas psicológicas siguen haciendo mella en estas poblaciones vulnerables, sin acceso a una sanidad digna ni tratamientos para proteger la salud mental. "Mi hijo es todo lo que me queda. Es lo único que me ha permitido seguir viviendo. Si, Dios no lo quiera, Ibrahim hubiera muerto también, yo habría muerto definitivamente poco después que él”, dice Jomaa Biazid, un padre sirio que perdió a toda su familia, menos a su hijo menor.

¿Dónde van a parar los millones de toneladas de basura y escombros que dejaron los terremotos?

Algunas excavadoras trabajan a contrarreloj en Hatay, epicentro de los sismos en el sur de Turquía, sostenidas sobre pilas de cemento, barro, cables y restos de los elementos que forman un hogar: electrodomésticos, sillas, vidrios... Mientras los equipos de limpieza mueven de un lado a otro todo ese material inservible, una nube de polvo gris envuelve la ciudad. Los residentes están preocupados y comienzan a sentir las secuelas de la nube tóxica. "Hemos sobrevivido al terremoto, pero este polvo nos matará con enfermedades respiratorias y cáncer, sobre todo de pulmón. Porque todas estas sustancias son muy peligrosas", dice Michel Atik, ingeniero geólogo jubilado, fundador y presidente de la Asociación de Protección Medioambiental de Samandag.

Más de 200.000 edificios en Turquía fueron demolidos por riesgo de derrumbe.
Más de 200.000 edificios en Turquía fueron demolidos por riesgo de derrumbe. AP - Metin Yoksu

La ONU estimó que los terremotos generaron 210 millones de toneladas de escombros y más de 200.000 edificios en Turquía fueron demolidos por riesgo de derrumbe. Con los vertederos saturados por la cantidad de residuos extraídos en los últimos meses, los grupos ecologistas están preocupados por las consecuencias para la salud de los ciudadanos y las afectaciones medioambientales de los terremotos. “Además del amianto, hay plomo en la pintura y metales pesados en equipos electrónicos como televisores y electrodomésticos. Por supuesto, también hay mercurio, que es una sustancia muy nociva que tiene efectos en el cerebro”, alarma Ali Kanatli, representante de la Asociación de Médicos Turcos en Hatay.

Las altas temperaturas registradas en las últimas semanas también están golpeando a los supervivientes de la región, mientras proliferan nuevas enfermedades en los improvisados campamentos donde viven, enfrentándose también a la falta de agua. “El agua del grifo no es potable, pero la gente la usa para lavarse. Las tuberías revientan todos los días y la energía se corta dos o tres veces al día”, explicaba un residente.

Este es el panorama seis meses después de los terremotos más devastadores en Medio Oriente en los últimos años. Una vez los focos mediáticos se apagaron, la ayuda internacional llega ahora a cuentagotas; las autoridades trabajan más por su imagen política que por la reconstrucción y la población civil, en duelo, se siente abandonada y busca la forma de volver a una cotidianidad que se resquebraja como sus paredes.

Con AFP, AP y medios locales

Boletín de noticiasSuscríbase para recibir los boletines de France 24

Lleve las noticias internacionales a todas partes con usted. Descargue la app de France 24

Compartir :
Página no encontrada

El contenido que solicitó no existe o ya no está disponible.