La lista definitiva de los coches más icónicos del cine
Elegir coche para una película no es tarea baladí. Tanto si el vehículo es fundamental en la historia como si no, es capaz de convertirla en legendaria. Los directores son conscientes de ello: si el vehículo hubiera sido otro, la película podría no haber tenido tanto éxito o, en el peor de los casos, nadie se acordaría de ella. ¿Qué habría pasado si Bob Gale y Robert Zemeckis hubieran elegido para “Regreso al futuro” otro coche distinto al DeLorean? ¿Y si el coche de los Cazafantasmas hubiera sido un 4x4 en lugar del Cadillac Miller-Meteor? Vehículos míticos que hemos conocido a través de la gran pantalla y, nada más verlos, hemos deseado vender el coche y todo lo que tengamos a mano con el fin de hacernos con uno de ellos. Elaborar una lista como ésta no ha sido fácil. En el cine ha habido automóviles memorables. Tantos, que no podemos incluirlos todos, pero hemos intentado elaborar un catálogo que incluye maravillas de cuatro ruedas generalmente olvidadas. Te presentamos los coches más épicos en la historia del cine para nosotros… ¿estás de acuerdo con nuestra lista?
Bond, James Bond
El agente secreto más famoso del mundo ha dispuesto de numerosos vehículos en sus películas, algunos tan fantásticos como el Lotus Esprit submarino que usó Roger Moore en “La espía que me amó”. Pero si hay uno que destaque, es, sin duda alguna, el Aston Martin DB5. El coche más emblemático de James Bond apareció en seis películas, desde 1964, en “Goldfinger”, hasta 2012 en “Skyfall”. Con 382 CV y una velocidad máxima de 228 km/h, el Aston Martin DB5 es el sueño de todo fan de James Bond y amante de los coches clásicos deportivos.
Difícil de olvidar
El “muscle car” que eligió Tarantino para su película “Death Proof” es otro asiduo al hablar de épicos automóviles de la gran pantalla. No es para menos, ya que el Chevy Nova SS de 1970 con el que Kurt Russell busca a sus guapas y jóvenes víctimas es uno de los indiscutibles protagonistas de la cinta. Seguramente, este vehículo producido por la división Chevrolet de General Motors no sería tan especial de no ser por todas las modificaciones que se le realizaron para la película: la calavera con los dos rayos del capó, la figura del pato de metal que preside el frontal del coche, los refuerzos y la jaula de seguridad en los asientos traseros, hasta los característicos asientos baquet… hacen de él un vehículo verdaderamente difícil de olvidar y altamente deseado.
Con vistas al futuro
El Lexus 2054 Concept que conducía Tom Cruise en “Minority Report” nos transporta hacia un futuro apasionante. A petición del mismísimo Steven Spielberg para la adaptación cinematográfica del relato de Philip K. Dick, y con una inversión de 5 millones de dólares, Lexus diseñó el que posiblemente sea el coche que conduciremos a mitad de siglo XXI. Ya en la película pudimos ver cómo este biplaza de 680 CV era capaz de levitar sobre carriles magnéticos, trepar por las paredes y soportar todo tipo de choques o caídas, además de poder cambiar el color de la carrocería a nuestro antojo, recibir órdenes de voz y contar con piloto automático. Y lo mejor de todo, ¡funciona con baterías ecológicas! Ojalá no tengamos que esperar hasta el 2054…
Un coche de otro mundo
Junto con el DeLorean de “Regreso al Futuro”, el Ecto-1 es uno de los vehículos más buscados y replicados de la historia. Y es que el Cadillac Miller-Meteor “tuneado” con el que los Cazafantasmas atravesaban Nueva York para dar caza a entes paranormales es una auténtica maravilla. Un vehículo que en en los años cincuenta sirvió en EE.UU. para transportar pacientes a los hospitales, realizar servicios funerarios o como lujosa limusina, fue aprovechado por Ivan Reitman para crear un auténtico icono dentro de la historia del cine. Los dos coches originales de los Cazafantasmas, uno por cada parte de la saga, se encuentran en los estudios Sony Pictures. Se comenta que para el “remake” que se lanzará en 2016 se ha utilizado una versión de 1983 del mismo modelo.
Mítico y ochentero
El coche más mítico que hemos visto en la gran pantalla, sobre todo para aquellos que vivieron su niñez durante los años ochenta, es el DeLorean DMC-12 de “Regreso al Futuro”. La máquina creada por el doctor Emmett L. Brown se ha convertido en un incontestable icono cinematográfico. El DeLorean DMC-12, o simplemente DeLorean, se produjo entre 1981 y 1982, tres años antes de la primera entrega de “Regreso al futuro”. Considerado un coche excéntrico y de diseño imposible, el Dr. Emmett Brown decía: “Si vas a construir una máquina del tiempo en un coche... ¿Por qué no hacerlo con clase?”. De todos los modelos utilizados durante la grabación de la saga, se conservan tres: dos de ellos son propiedad de Universal Studios, mientras que el tercero fue subastado en 2011 por 423.788 euros.
La realidad supera a la ficción
Si por algo es recordada “Yo, robot” es por el espectacular coche que conduce Will Smith: el Audi RSQ Concept. Diseñado por la marca alemana exclusivamente para la película, este superdeportivo del futuro nos dejó con la boca abierta a todos. Un interior de ensueño que contaba con un volante abatido que se adaptaba a la posición de las manos del conductor al dar éste la orden. Y un exterior propio de un “ultra concept car”, con apertura de puertas estilo “alas de mariposa”, entradas de aire sobredimensionadas y esferas en lugar de ruedas convencionales. Un coche para la ciudad de Chicago de 2035 creada por Isaac Asimov y que se convirtió en la semilla del actual Audi R8. ¡Aquí si que la realidad superó a la ficción!
Apocalíptico
El Interceptor V8 de “Mad Max” no podría faltar en esta lista. El Ford Falcon Coupe XB GT de 1973, un coche exclusivo para el mercado australiano y del que se fabricaron menos de mil unidades, fue el elegido por Byron Kennedy y George Miller para la primera película de la saga “Mad Max”. Para la segunda entrega, le hicieron algunas modificaciones y le añadieron unos enormes depósitos supletorios sobre el maletero. El Interceptor estuvo en el Museo nacional del motor de Australia hasta en 1993, cuando pasó al Cars of Stars Museum, en Keswick, Reino Unido.
Majestuoso
Otro gran olvidado en este tipo de monografías, seguramente por el poco éxito que tuvo la película, es el espectacular vehículo del Capitán Nemo que aparece en “La Liga de los Hombres Extraordinarios”. Creado por el diseñador de la película, Carol Spider, a partir de un Land Rover Defender, el Nautilus es una maravilla de automóvil difícil de olvidar. Un descapotable color marfil de seis ruedas y 6,62 metros de longitud, con la carrocería decorada en oro envejecido y un majestuoso frontal que destaca gracias a la ornamental e imponente rejilla y las dos representaciones del dios hindú Ganhesha a cada lado. En julio del año pasado, se subastó en Oxford uno de los dos coches que se usaron para la película, a un precio que rondaba entre los 25.000 y los 35.000 euros.
Mecánica legendaria
Quizá nadie se acuerde de este futurista vehículo al que Kubrick echó el ojo para la adaptación de la novela distópica de Anthony Burguess “La naranja mecánica,” pero el Durango 95, tal y como lo bautizaban Alex y sus drugos en la película, es un vehículo realmente único. Tan único que sus creadores, los hermanos Adams, tan solo llegaron a fabricar tres unidades del comercialmente llamado Probe 16. Con una altura de apenas 86 centímetros, una carrocería de fibra de vidrio estirada y plana, un chasis de madera y una cabina como la de un avión de combate a la que se accedía mediante una trampilla deslizante, el Probe 16 se ha convertido en una pieza fundamental de la historia del automóvil y, gracias a Stanley, en otro coche legendario del cine.
Corre, salta... ¡vuela!
Coches con papel protagonista en una película hay pocos, y vehículos en la historia del cine como el Match 5 de “Speed Racer” hay menos aún. El biplaza que presentaron los hermanos Andy y Lana Wachowski para la adaptación al cine de la serie animada japonesa “Mach Go Go Go” (“Meteoro” en español) es una réplica real perfecta. Muy fiel al original de la serie anime, el Mach 5 es un bólido aerodinámico, en blanco y rojo, con un morro larguísimo que acaba en tres puntas y con una M dibujada en el capó. Cuenta con ocho botones que, al accionarlos, le permiten dar saltos, sumergirse en el agua, volar, cambiar a unos neumáticos especiales o protegerse contra balas e impactos. ¿Cómo podríamos olvidarnos de esta maravilla tecnológica?
De miedo
“Christine” es una habitual en estas listas de coches míticos del cine. Para representar al automóvil asesino creado por Stephen King, John Carpenter eligió un Plymouth Fury del año 1958, fabricado por Chrysler. Y, aunque el director no estaba muy convencido de que éste fuera a dar miedo al espectador, está claro que el Fury bordó el papel de coche endemoniado, convirtiéndose en uno de los iconos del cine de terror de los ochenta. Debido a que Chrysler fabricó muy pocas unidades de este modelo y gracias a la película, en la cual se destrozaron casi 20 coches, el Plymouth Fury es una pieza realmente deseada entre coleccionistas, aquellos que no tienen miedo a poner sus manos en su volante… Merece la pena correr el riesgo, ¿no crees?
Donde termina la ley
En esta clásica película de Sylvester Stallone de 1986, y con permiso de Brigitte Nielsen, nos quedamos con el rústico y a la vez elegante automóvil que conducía el duro de Marion Cobretti: el Mercury Monterey modelo de 1950, con inyección de ácido nitroso en negro y customizado para la película. "Aquí es donde termina la ley, y empiezo yo", decía el teniente de policía conocido como “Cobra”. Y no es de extrañar, con ese coche. Un gran olvidado de estas listas, el Mercury Monterey, y que hoy en día es objeto de culto, con un valor en el mercado de hasta 100.000 dólares.
Coche de reyes
En la película “Moonwalker”, de 1988, Michael Jackson huía de sus perseguidores transformándose en un imponente vehículo. Esta máquina que eligió el Rey del Pop no fue otra que el extraordinario y futurista automóvil diseñado por Bertone en 1970, el Lancia Stratos Zero. Aunque se trataba de Michael Jackson, Bertone rechazó venderle el prototipo. Eso sí, le cedió una copia de la carrocería exacta del prototipo original, con la cual trabajó el artista británico Andy Saunder para realizar la réplica del Stratos Zero que se usó en la película. Para la película se le cambió el color bronce anaranjado original a gris, y se le añadieron unos tapacubos cromados y cuatro tubos de escape. ¿Cómo íbamos a olvidarnos de esta joya de diseño?
Más allá de la imaginación
Sería muy injusto no incluir en esta lista al fantástico vehículo creado por el inventor Caractacus Potts, el inigualable “Chitty Chitty Bang Bang”. Es posible que a muchos les suene a chino pero este memorable automóvil que da nombre a la película de Ken Hughes de 1968 era capaz de volar, flotar sobre el agua y viajar a mundos más allá de nuestra imaginación. En la novela, Ian Fleming se inspiró en el automóvil de carreras Chitty Bang Bang construido por Louis Zborowski a comienzos del siglo XX y que usaba el motor de un zepelín. Para la película, se crearon seis coches diferentes, incluyendo uno totalmente funcional con matrícula del Reino Unido “GEN 11” y que desde 2011 se conserva en Nueva Zelanda, en el garaje del mismísimo Peter Jackson.
Un coche de altos vuelos
Superar al Batmóvil de la serie televisiva de los sesenta, el mítico Lincoln Futura de Ford Motor, era realmente difícil y, aunque “El Acróbata” de la saga de Christopher Nolan, fue otro gran espectáculo, si hay un Batmóvil que ha marcado la diferencia y con el que todos hemos soñado alguna vez es el que creó Tim Burton para “Batman” y “Batman Returns”. Completamente negro y con una turbina de jet por motor, este magnífico carro reflejaba a la perfección la atmósfera art decó de la ciudad de Gotham Burtoniana. Un vehículo largo, bajo y liso, que combinaba el diseño del Bugatti Tipo 57 con el del Porsche 962, y todo ello sobre el chasis de un Chevrolet Impala. Todos lo queremos.
Galáctico
Quizá por su ausencia de ruedas no debería estar en la lista, pero, al tratarse del vehículo de un Jedi y porque todos hemos soñado con conducirlo en una vida futura no tan lejana como la galaxia de la que proviene, mención especial merece el Landspeeder X-34. Este deslizador terrestre que aparecía en el episodio IV de la saga galáctica fue diseñado y construido por Ogle Design a partir de un Bond Bug, un característico biplaza de tres ruedas creado en los años 70 por Bond Cars Ltd. El Landspeeder X-34 de Luke Skywalker es el broche de oro perfecto para cerrar este catálogo definitivo de coches de película, ¿no te parece?
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