Tiene Daniel Sánchez Arévalo (Madrid, 1970) un círculo íntimo de amigos, en su mayoría directores, desde Elías León Siminiani, autor de 'Mapa' (todo lo que sé de cine lo he aprendido de él, dice), a Amenábar, pasando por Óskar Santos, Mateo Gil o David Serrano, a cuyo veredicto suele someter sus películas antes de la poda final, que en el caso de 'La Gran Familia Española' estuvo en torno a la media hora de metraje, ahí es nada. Forman ya parte de ese círculo íntimo sus actores Raúl Arévalo (esta vez en un divertido guiño a 'El Guateque', de Blake Edwards, como camarero en la boda), Antonio de la Torre y Quim Gutiérrez, además de su productor José Antonio Félez, al que llama afectuosamente JAF. Pero esto sería el final. Empecemos por el principio.

DEL CORTO AL LARGO
No es la primera vez en su filmografía que una boda se interrumpe porque al padre de familia le da un jamacuco y en la tensa espera salen a fote las miserias familiares. Ocurría en su corto 'Traumalogía' (2007), donde quien se casaba era el hermano mayor, Antonio de la Torre, que en 'La Gran Familia Española' no levanta cabeza desde que su mujer lo abandonó. Aquí es el menor, Efraín (Patrick Criado), quien se casa, con la final del Mundial de fútbol como inapropiado contexto. Me gusta poner obstáculos a los personajes. Y así fue como se me ocurrió el título, complicado por la palabra español, que a mucha gente le suena a rancio, pero que hace referencia a lo que nos ocurrió a muchos españoles en esa final de fútbol en la que se vivió una especie de catarsis colectiva, de unión callejera, que nos llevó a convertirnos en algo parecido a una gran familia.

LA FAMILIA Y YO
¿Cuánto ha salido de la propia mochila del director a la hora de escribir? ¿Cuánto de muy personal ha puesto en su película? Siempre vuelco mucho de mí en mis personajes, pero me gusta llevármelos a otro lado. El personaje del padre, que después de vivir un gran amor en su vida y tener el gran sueño de una familia renuncia a cualquier otro tipo de relación y se aisla, es mi padre (el pintor José Ramón Sánchez). Que le guste pintar, aunque nunca se le vea pintar, es otro guiño a él. Todos los cuadros de caballos que aparecen son suyos. Y la pareja de mi madre (la actriz Carmen Arévalo) desde hace 20 años (Héctor Colomé) es quien interpreta ese personaje. Cuando mis padres se separaron, mi madre empezó a salir con Héctor. Mi padre y él se llevan muy bien. En el rodaje estaba todo mezclado: ellos, mi madre, que hace de abuela de la novia; mi hermano, mi hermana con mi sobrina... Uno de los personajes (el de Miquel Fernández) se llama Dani: Ese chaval responsable que se echa muchas cosas a su espalda, que lo sufre todo y en silencio, es con el que más me identifico.Soy el mediano de tres, pero, como mi hermano fue más rebelde, me tocó ser el bueno; ahora es al revés, porque él ya tiene hijos y ha vuelto a adquirir el rol de hermano mayor. En 'Primos' me hizo el making of y me sentí muy protegido por él.

QUITANDO CAPAS
Lo normal en una familia es que no hay nada normal. La frase la pronuncia la madre (Pilar Castro) de la (embarazada) novia (Arancha Martí). Me gusta indagar, descubrir las capas, ver qué hay debajo de lo que aparece a primera vista, y, una vez que lo descubro y lo pongo encima de la mesa, decido qué hago con todo eso. Primero vemos cómo se compone esa familia, luego cómo se descompone y finalmente su recomposición. Para mí la película tiene que ver con aceptar de una manera positiva lo que te ha tocado vivir, en este caso la familia que te ha tocado. Tienes que aprender a vivir con ello y asumirlo.

LAS BODAS Y YO
Daría para un estudio la (mala) relación de Sánchez Arévalo con las bodas: la irreal, onírica de 'Gordos'; el plantón en el altar de 'Primos'; la no-boda de 'La Gran Familia Española'. Dice el cineasta: Me encanta el caldo de cultivo de las bodas, donde todo está muy compuesto al principio y luego se va descomponiendo y acaban aforando todas las mierdas de las familias, porque se mezcla gente muy variopinta que no se habla desde hace tiempo. Siempre me ha parecido fascinante.

FLIRTEANDO CON EL DESASTRE
Como su admirado Alexander Payne ('Los Descendientes', 2011), Sánchez Arévalo disfruta en ese territorio indefinido a caballo entre el drama y la comedia. La mejor comedia sale de lo dramático. Me gusta flirtear con el desastre, con lo que está al borde de lo inverosímil, pero desde un lugar cotidiano, con personajes muy reconocibles, de carne y hueso, aunque desde el momento en que uno de los hermanos tiene retraso mental (el que interpreta Roberto Álamo) es difícil no pasarte ni quedarte corto. Me gusta correr esos riesgos.

HOMENAJE CINÉFILO
'Siete novias para siete hermanos' (Stanley Donen, 1954) es la película que más veces he visto en una sala de cine, en las sesiones contínuas de mi infancia. Me daba mucha alegría de vivir, me hacía muy feliz. Desde que tengo uso de razón estoy en un cine, y el culpable de eso es mi padre, cinéflo empedernido. Mi madre nos criticaba, decía que vivíamos nuestras vidas a través de las películas, y al final yo he llevado eso hasta sus últimas consecuencias, que es vivir haciendo cine, cuenta.

ECHEGUI, MI OTRO YO
Con Verónica me he encontrado con lo más parecido a mi álter ego femenino, he sentido algo similar a cuando trabajo con Quim (Gutiérrez), Antonio (de la Torre) o Raúl (Arévalo), asegura el cineasta.

¿HAPPY END?
No me gusta resolver. En apariencia todo vuelve a estar colocado, en orden, pero... ¿lo está?, remata.

ENTREVISTA EN VIDEO CON DANIEL SÁNCHEZ ARÉVALO, ARANCHA MARTÍ, PATRICK CRIADO Y SANDRA MARTÍN

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ENTREVISTA EN VIDEO CON QUIM GUTIÉRREZ, MIQUEL FERNÁNDEZ Y VERÓNICA ECHEGUI