Galicia se encuentra bajo la influencia de un anticiclón que, a mediados de julio, trae por fin el verano.

Ayer, el calor apretó en casi toda la comunidad y, de nuevo, Ourense fue la ciudad que registró la temperatura más alta, con 39ºC de máxima. En Vigo y Pontevedra, las temperaturas rozaron los 33º, mientras que en Santiago se alcanzaron los 35º.

Como de costumbre, el norte de la comunidad fue el menos afectado por esta ola de calor procedente de África. Aun así, en A Coruña se registró una máxima de 28º, mientras que en Viveiro y Ribadeo a penas llegaban a los 22º, según los datos de Meteogalicia.

Con este tiempo, fueron muchos los que por fin se animaron a acercarse a la playa y darse un chapuzón, tras un comienzo de verano poco alentador. En Samil, por ejemplo, la ocupación rozaba el 90% a pesar de ser martes y no fin de semana, días en los que suele registrarse la mayor afluencia.

La jornada de hoy se espera algo más tranquila, aunque gran parte de la provincia de Ourense permanece en alerta amarilla, ya que se prevé que las máximas lleguen a los 36º.

No obstante, las temperaturas experimentarán un descenso ligero pero generalizado, que dejará las máximas en 28º en Vigo, 31º en Pontevedra o 29º en la capital gallega.

En cuanto al cielo, se mantendrá despejado en prácticamente toda la comunidad, exceptuando algunas nieblas en el extremo septentrional y, por la tarde, podrán registrarse vientos moderados en el litoral sur.

Mañana se aguardan cielos prácticamente despejados en toda Galicia y máximas que continuarán sin cambios en el norte y en moderado descenso en el resto.

En cuanto al fin de semana, que viene se esperan pocos cambios tanto el viernes como el sábado y, el domingo se intensificará la influencia de las altas presiones que, según el pronóstico, harán que el calor y el buen tiempo permanezcan unos días más en el sur de la comunidad gallega.