La ola de calor que sofoca a la península ibérica está adquiriendo dimensiones históricas, tanto por su intensidad como por su duración. En Vigo, en concreto, ya ha dejado al menos un dato para los anales climáticos: la noche del 13 de julio ha sido la más calurosa desde que existen registros. La temperatura más baja en el centro urbano se quedó en 29,1 grados Celsius, que supera con claridad a la mínima más alta anterior, los 27,5º anotados el 7 de julio de 2013.
Los datos se corresponden a la estación de MeteoGalicia en la avenida de Madrid, que se instaló en 2010, por lo que no es posible establecer comparaciones exactas más allá de una docena de años. Sin embargo, en una nota de prensa de agosto de 2013, el instituto meteorológico explicaba que aquellos 27,5ºC del mes anterior suponían "la mínima más alta desde 1961". Ese año es cuando empieza la serie histórica de la estación de la Agencia Español de Meteorología (Aemet) en Peinador; según ha cotejado FARO ningún valor se le acerca en estas seis décadas.
Durante toda la noche, el mercurio ha merodeado alrededor de los 30 grados en el centro de la ciudad. Esos guarismos se quedan cortos para referir lo registrado en el campus universitario, en Marcosende, donde la mínima fue de 31º. Son 0,8 grados más que el anterior récord, en este caso apuntado el 4 de agosto de 2018. Esa fecha, en cambio, mantiene la mínima más alta para la estación del puerto: aquel día se registraron 24,4º, por los 23,5 de la pasada noche.
Racha de noches tropicales
Más complicado, pero todavía no descartable, es que en esta ola de calor se bata la racha de noches tropicales —aquellas con una mínima no inferior a 20 grados— seguidas en Galicia. Según una investigación universitaria de la alumna de la USC Iris Figueira Castro, el récord está en siete días consecutivos registrado por el observatorio de Corrubedo en Ribeira, entre el 5 y 11 de agosto de 2006. Le siguen Monforte de Lemos, Fornelos de Montes y Oia con seis noches tropicales consecutivas.
En el arranque de este episodio, el pasado jueves, Vigo sumó tres noches seguidas por encima de los 20 grados, hasta que la entrada de niebla el domingo rebajó sensiblemente las mínimas. Ahora, de acuerdo con la previsión de MeteoGalicia, quedan por delante al menos otras cuatro noches tropicales más.
¿Por qué las tres estaciones de Vigo arrojan datos distintos?
La diferencia se debe a dos factores. Primero, el efecto del mar, que tiende a suavizar las temperaturas, tanto las más elevadas como las más bajas. Segundo, la altura, que en estos casos de jornadas de mucho calor juega un papel distinto al más frecuente. Lo habitual es que a más elevación —como los casos de las estaciones de la avenida de Madrid (100 metros sobre el nivel del mar) y, de manera aún más marcada, del campus (460 metros)—, más frío. Pero cuando se acumulan temperaturas tan elevadas, la superficie terrestre se enfría más rápidamente, mientras que la capa de aire cálido se queda estacionada en latitudes más elevadas. Como tienen diferentes densidades, no se mezclan, y esta situación —denominada inversión térmica— no se corrige hasta que el sol vuelve a calentar la superficie.
