algeciras

El Acebuchal, el barrio casi independiente

  • El Acebuchal se sitúa en el norte a los pies del río Palmones. Residen unas 6.000 personas en un núcleo marcado por el paro y la promoción vecinal de sus señas de identidad

E l alma de un barrio está en las personas que lo habitan y de eso sabe bastante El Acebuchal. Este vecindario con calles con nombres de aves y una Comisaría de la Policía Nacional se ha levantado a espaldas de El Rinconcillo como si de una pedanía ajena al resto de la ciudad se tratase. La asociación de vecinos El Embarcadero ha llenado de vida, cultura y sentido esta república independiente del norte de la ciudad.

El barrio, con unos 6.000 habitantes, limita con el río Palmones y la autovía A-7 e integra también a La Ermita, zona que se conocía antiguamente como El Acebuchal Alto. Aunque muchos algecireños crean que El Rinconcillo es un todo, hay una gran diferencia entre el barrio de las huertas y el marinero y de ahí esa distinción de nombres.

El Acebuchal que hoy se conoce empezó a levantarse a mediados del siglo XX. Muchos ciudadanos de Vejer y Barbate se instalaron en la zona movidos por el boom de la construcción, alimentándose otros también de los frutos de la empresa papelera Celupal. La crisis irrumpió en España y en el barrio, cayendo la oferta de empleo y cerrando la fábrica, desestabilizando a cientos de familias y dejando en torno a un 60% de paro.

La media de edad de los vecinos se sitúa entre los 40 y 50 años y se ha ido renovando. Es raro encontrar el cartel de "Se vende" en una casa de El Acebuchal, porque se van heredando de padres a hijos, lo que mantiene siempre viva la zona. El vecino más mayor ha pasado ya los 90 años.

La asociación de vecinos El Embarcadero, que dirige Manuel Correro, ha logrado llenar de vida y actividades un barrio cuyos vecinos cada vez que se dirigen al centro sienten que van a Algeciras por la desconexión física que existe con la localidad.

Los pequeños del barrio tienen la opción de estudiar en el colegio Mediterráneo, situado en San José Artesano, o en Nuestra Señora de los Milagros, centro de enseñanza concertada que se ubica en La Ermita. Para ir al instituto también tienen que ir al barrio vecino, al IES Torre Almirante.

El centro de salud de El Rinconcillo da servicio a El Acebuchal pero falta una prestación diaria de Pediatría. En cuanto a sucursales bancarias, no hay nada. Hay un pequeño tejido comercial y un gran supermercado, pero también en La Ermita.

Viviendas

En el Acebuchal hay contabilizadas 3.250 casas y no hay pisos, salvo en la zona alta de La Ermita, de nueva construcción. Las primeras viviendas se construyeron en torno a 1960 con el boom urbanístico, están legalizadas y los propietarios pagan sus impuestos. Hay casos de inmuebles abandonados convertidos en focos de insalubridad y peligro, estando como ejemplo el bloque abandonado de la calle Calandria.

Servicios

El Acebuchal está desconectado prácticamente del resto de la ciudad por su localización geográfica. El servicio de autobús urbano está a falta de algunas marquesinas y de una mejor conexión con lo que los vecinos consideran su "centro", que es San José Artesano, ya que les deja en la parada de la A-7, en el cruce con La Granja.

Sobre el servicio de limpieza que se presta en El Acebuchal la asociación vecinal lo tiene claro: "Depende de la voluntad del barrendero". Solo hay una persona para atender todo el núcleo poblacional y se nota la incapacidad de cubrir todas las calles con al menos tres operarios.

De parques infantiles andan tan escasos que sólo se puede contar uno y hay tres elementos desgastados para los mayores que no se utilizan. La asociación critica que la inversión municipal es "nula" en ese aspecto. En cuanto a pistas deportivas está la situada junto a la urbanización El Greco, que roza el limbo legal ya que ni la comunidad de propietarios ni el Ayuntamiento asume su titularidad, aunque cada cierto tiempo el gobierno local toma el mando e invierte en su rehabilitación. En esas pistas, sin luz, la asociación vecinal celebra la velada.

Seguridad

La vigilancia policial es quizás una de las áreas mejor cubiertas en el barrio. La presencia de la Comisaría del Cuerpo Nacional da a los vecinos mayor tranquilidad y seguridad. Correro asegura que no es un barrio conflictivo y los agentes hacen vida en El Acebuchal, ya sea como residentes o consumidores en los comercios, por lo que se logra un efecto disuasorio. En alguna ocasión las noticias sobre menudeo y venta de droga a pequeña escala han tenido como protagonista al barrio, pero está lejos de una sensación de criminalidad o de narcotráfico.

Tráfico

El barrio soporta un gran paso de vehículos en verano. Algunas calles estrechas se disfrazan de avenidas para dar salida a los cientos de ciudadanos que tras pasar el día en la playa buscan por El Acebuchal la salida a la A-7. Desde hace años vienen solicitando la ejecución de una rotonda que conecte la avenida El Embarcadero con la calle Calandria. Ahora la asociación pide al menos que se habilite una calle entre ambas para descongestionar el tráfico.

Inundaciones

Una de las zonas inundables de Algeciras es El Acebuchal, concretamente la calle del Águila. Todos los años unas 40 familias sufren por sus viviendas cuando llueve con fuerza. Las tuberías son de los años 60, se acumula arena y dificulta el paso de las aguas. Las canalizaciones que hay entre las casas de la calle citada reciben todo el agua desde la zona alta y se tapona entre la vegetación que se acumula. La asociación sabe que Emalgesa realizó un estudio para darle solución, pero están a la espera de que se ejecute para tranquilidad de los ciudadanos.

Desempleo

El Acebuchal vive una dura realidad: el desempleo. La asociación vecinal calcula que un 60% de sus vecinos están en paro, un porcentaje de familias que están al límite. No es un barrio marginal, se trata de ciudadanos que tenían trabajo y vivían cómodamente pero con la crisis de la construcción se han quedado con las manos vacías. Las ayudas se han ido agotando y estos nuevos pobres, como se conoce, no están acostumbrados a pedir. Cáritas de El Rinconcillo da auxilio a muchas de estas familias y algunas mujeres que nunca trabajaron ahora se han visto obligadas a salir a buscar trabajo con 40 ó 50 años. Los abuelos están dando oxígeno con sus pequeñas pensiones a los vecinos del barrio, que a veces sueñan con estar un poco más al sur de Algeciras, al menos para que alguno de esos planes de la Junta, como el de Zonas con Necesidades de Transformación Social (ZNTS), se acuerde de ellos.

El Chorro

La asociación El Embarcadero puso en marcha hace unos años el proyecto Acebuchino 100x100 en busca de las señas de identidad del vecindario. Han recuperado la fuente del Chorro, que daba agua a la zona, y han limpiado un tramo de la orilla del río Palmones donde los vecinos acuden a pescar, tal y como se hacía antiguamente. La siguiente fase será recuperar la fuente de Juan Blanco, de 1850, y la zona de huertas aledaña. Ese es el propósito marcado por la asociación. El lugar ofrece una estampa paisajística en torno al río que podría perfectamente ser uno de los puntos clave de atractivo turístico de Algeciras si estuviera adecentado y desbrozado.

Esta actividad impulsada por la asociación marca la filosofía de su directiva, que alberga en la sede más de 40 actividades semanales y ve pasar a más de 200 personas diarias. En el local, situado en la avenida Embarcadero, también tienen servicio gratis de ATS y de rehabilitación para los vecinos, así como una biblioteca pública y hasta un auditorio con escenario y aforo para un centenar de personas; en él se celebró hace unos días un musical y están incluidos en un circuito andaluz de jazz. La velada, que data de 1961, sigue viva también y con gran éxito.

Demandas

Las aceras y las calles están muy erosionadas, el cableado de las instalaciones eléctricas cuelga entre callejuelas y los postes de luz truncan el paso en las aceras estrechas. El colectivo vecinal calcula que en torno al año 2000 fue cuando se hizo la última gran inversión en el barrio asfaltando cuatro calles. La zona necesita de forma urgente un plan de movilidad y un trabajo de desbroce en parcelas públicas y privadas.

En la calle Gorrión no hay alumbrado y los vecinos tienen que usar las linternas de los móviles para abrir sus puertas por la noche. El barrio también ofrece una imagen de abandono porque hay muchas casas sin pintar, pero sólo muestra una realidad, la falta de recursos económicos de los vecinos.

Historia

En la margen algecireña del río Palmones, donde se ubica la famosa fuente del Chorro, llegaron a asentarse las tropas napoleónicas. Además hay vestigios importantes de hornos romanos lo que demuestra una gran actividad alfarera en esa época.

El nombre del barrio abarcaba desde La Menacha hasta la playa porque estaba plagado de acebuches. En las tierras había huertas en el siglo XVIII y era muy conocida la patata del Acebuchal. La gente de la zona cultivaba su verdura y la vendía en el centro, donde recogía basura orgánica para abonar la tierra. De hecho hay una frase popular entre los vecinos que es: "Tienes más cojones que la burra del Acebuchal"; eran las encargadas de transportar lo que iba y venía del centro en aquella época.

Un siglo después se hizo un estudio sobre la productividad de los terrenos sembrados y a mediados del XX empezó a llenarse de población venida de otros puntos de la ciudad y de la provincia. Las huertas empezaron a parchearse como solares y luego se levantaron las primeras viviendas. Los antiguos caminos pecuarios se convirtieron en calles.

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