La relación entre el sueño y la salud es conocida desde hace tiempo. Por ello, los investigadores profundizan cada vez más en los detalles, tratando de comprender mejor los efectos secundarios: duración, tiempo de descanso, factores que influyen. En concreto, un nuevo estudio sugiere que es muy probable que haya una hora específica para irse a la cama con el fin de optimizar las consecuencias del descanso.

Por supuesto, los aspectos que intervienen en nuestro descanso no siempre están bajo nuestro control, al menos no completamente. Por lo tanto, está claro que cualquier persona que tenga dificultades para dormir debería consultar a un especialista: es decir, que presionar para que se acueste a una hora determinada podría ser, en algunos casos, incluso contraproducente.

Dicho esto, según una encuesta, la ventana ideal para maximizar los beneficios para el sistema cardiovascular es entre las 10 y las 11 de la noche. Así lo establece un análisis realizado por el psicólogo David Plans en la Universidad de Exeter (Reino Unido), que examinó los datos de los acelerómetros que llevaban en la muñeca 88.026 participantes en la maxi encuesta del Biobanco del Reino Unido reclutados entre 2006 y 2010. Se trata de personas que viven en el Reino Unido.

"Nuestro cuerpo tiene un reloj interno de 24 horas, llamado ritmo circadiano, que ayuda a regular el funcionamiento físico y mental", escribe Plans. "Aunque no podemos concluir la causalidad a partir de nuestro estudio, los resultados sugieren que acostarse temprano o tarde puede ser más probable que altere el reloj biológico, con consecuencias negativas para la salud cardiovascular". El conjunto de datos analizados incluyó a 3.172 sujetos con problemas cardiovasculares que fueron controlados durante casi seis años.

El estudio, publicado en la revista European Heart Journal-Digital Health, descubrió que acostarse después de medianoche o antes de las 10 de la noche se asocia con un aumento del 25% de las enfermedades cardiovasculares en comparación con dormirse entre las 10 y las 11 de la noche. Este aumento se reduce un poco, en torno al 12%, si se mete bajo las sábanas entre las 11 de la mañana y la medianoche. En general, la hora más arriesgada para acostarse es después de la medianoche, "porque reduce la posibilidad de resetearse con la luz de la mañana", explica la psicóloga, sugiriendo que no es tanto la cantidad de horas de descanso lo que crea problemas como la alteración del ritmo circadiano si se despierta tarde.

para vivir más tiempo hay que irse a dormir entre las 10 y las 11 de la noche
Getty Images

La tendencia parecía mantenerse, teniendo en cuenta factores como la edad, el sexo, la duración del sueño, el hecho de ser madrugador o trasnochador, el tabaquismo, el peso, la diabetes, la presión arterial, los niveles de colesterol y la situación socioeconómica. Parece que el efecto es más pronunciado en las mujeres, aunque las causas no están claras y podrían estar relacionadas con el funcionamiento endocrino. O bien podría estar relacionado con la elevada edad de la muestra (predominantemente blancos con un estatus económico alto de entre 43 y 79 años): después de la menopausia aumentan los riesgos cardiovasculares de las mujeres, por lo que es posible que tampoco haya una diferencia absoluta entre hombres y mujeres.

Obviamente, la encuesta no puede determinar si es precisamente la falta de descanso o algún otro factor el que tiene las peores consecuencias para el corazón y la circulación. Y la naturaleza sesgada de la muestra puede haber influido en los resultados, aunque el uso de datos biométricos contribuye a eliminar el posible sesgo de recuerdo que puede estar presente en los estudios que se basan en datos de encuestas. Además, "los resultados se alinean con investigaciones anteriores que muestran un mayor riesgo de problemas cardiovasculares para las personas que se acuestan tarde y con lo que sabemos sobre la fisiología de nuestro reloj biológico: que necesita un reinicio programado regularmente", se lee en ScienceAlert. Además, como añadió Plans, "la desalineación del comportamiento y el reloj circadiano aumenta la inflamación y puede perjudicar la regulación de la glucosa, y ambas cosas pueden aumentar el riesgo de enfermedad cardiovascular".

Vía: Esquire IT
Headshot of Simone Cosimi
Simone Cosimi

Simone Cosimi è giornalista professionista, collabora con numerose testate nazionali fra cui Esquire Italia, Italian Tech, La Repubblica, D, DLui, Wired, VanityFair.it, StartupItalia, Centodieci e Radiotelevisione Svizzera. Segue diversi ambiti fra cui tecnologia, innovazione, cultura, politica e territori di confine, spingendo verso un approccio multidisciplinare. Già redattore del mensile culturale Inside Art, per cui ha curato cataloghi d’arte e pubblicazioni come il trimestrale Sofà, ha lavorato in passato, fra gli altri, per Rockstar, DNews, Excite, Style.it e molte altre testate. Speaker, moderatore e saggista, è autore con Alberto Rossetti di "Nasci, cresci e posta. I social network sono pieni di bambini: chi li protegge?" (Città Nuova 2017) e di “Cyberbullismo" (Città Nuova 2018). A gennaio 2020 è uscito il suo terzo libro, “Per un pugno di like-Perché ai social network non piace il dissenso” (Città Nuova).   
 

Libri: https://amzn.to/3HyoDMR