Estrés crónico, ¿Cómo afecta a nuestra salud física?

Estrés crónico, ¿Cómo afecta a nuestra salud física?

El estrés es una sensación que todos tenemos al ser desafiados o abrumados. Pero más que una emoción, el estrés puede ser entendido como una respuesta fisiológica que viaja por todo el cuerpo. A corto plazo, el estrés puede ser ventajoso, pero cuando se activa con mucha frecuencia o por mucho tiempo la respuesta primitiva de las personas no solo cambia nuestro cerebro sino también daña muchos otros órganos y células de nuestro cuerpo.

Le invitamos a que en el siguiente artículo conozca un poco más del estrés crónico y cómo este  puede resultar siendo uno de los más grandes enemigos para a nuestra salud física: 

Antes que nada ¿a qué llamamos estrés crónico? 

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el estrés es “el conjunto de reacciones fisiológicas que prepara el organismo para la acción”. Esto se debe a que el estrés cumple la función de alarmar a nuestro cuerpo acerca de cualquier potencial amenaza, activando una serie de señales fisiológicas que nos preparan para una respuesta de pelea o huida.

Si bien hasta ahí el estrés no parece ser algo negativo, el problema surge cuando experimentamos esos cambios fisiológicos de manera frecuente y continua. En ese caso estaríamos frente a un “estrés crónico”, el cual surge como una respuesta aprendida por nuestro cuerpo para enfrentar las múltiples exigencias que se presentan en la vida cotidiana. Por ejemplo, asumir una gran cantidad de trabajo, estudiar para la colegio o la universidad,  afrontar deudas y pagos, cuidar de un ser querido enfermo, etc.

Todas estas situaciones hacen que nuestro cuerpo se mantenga en ese permanente estado de alarma, bloqueando el habitual funcionamiento de distintos procesos y como resultado afectando a diversos órganos y sistemas.

¿Cuáles son los principales efectos del estrés en nuestra salud física?

Los principales efectos del estrés crónico a nivel físico son:

Aumenta la posibilidad de sufrir de enfermedades cardiovasculares:

Frente a una amenaza o situación estresante nuestro hipotálamo, una pequeña zona en la base de nuestro cerebro, envía una señal de alarma a nuestras glándulas suprarrenales, las cuales liberan hormonas como cortisol, adrenalina y norepinefrina. 

Conforme estas hormonas viajan por el torrente sanguíneo, llegan fácilmente a los vasos sanguíneos y del corazón. La adrenalina hace que el corazón lata más rápido, eleve la presión arterial y con el tiempo provoque hipertensión. 

Produce graves complicaciones gastrointestinales:

Cuando el cerebro detecta estrés activa el sistema nervioso autónomo. A través de esta red de conexiones nerviosas, nuestro cerebro comunica el estrés a nuestro sistema nervioso intestinal. 

Esta conexión cerebro-intestino puede perturbar las contracciones rítmicas naturales que mueven los alimentos en el intestino y pueden aumentar la sensibilidad del intestinal al ácido, haciendo más probable que sintamos ardor en el estómago. 

Debilita nuestro sistema inmunológico: 

Otro factor a tomar en cuenta es que las hormonas del estrés afectan a las células del sistema inmune.  Inicialmente ayudan a luchar contra agentes invasores y sanar después de una lesión, pero el estrés crónico amortigua la función de células inmunitarias, las hace más susceptibles a infecciones y reduce el número de células sanas. Cabe resaltar que las últimas investigaciones exponen una correlación entre el padecimiento de estrés crónico y un menor tiempo de vida de ciertas células de nuestro cuerpo.

¿De qué otras maneras el estrés crónico puede afectar a nuestro cuerpo?

El estrés crónico puede afectarnos en otros aspectos de nuestra salud física como:

  • Aumento de peso debido a incremento de grasa visceral.
  • Resistencia a la insulina.
  • Insomnio
  • Acné
  • Pérdida de cabello
  • Disfunción sexual
  • Dolores de cabeza
  • Tensión muscular
  • Déficit de atención
  • Fatiga
  • Irritabilidad, etc.

¿Existe algún tipo de tratamiento o cura para el estrés crónico?

Si bien no existe un solo tratamiento para el estrés, hay varias opciones que pueden ayudarnos a balancear nuestra respuesta mejor frente a estas situaciones. Inculcar hábitos como practicar deporte, cuidar las horas de sueño, llevar una alimentación con abundancia de frutas y verduras, practicar técnicas de meditación o mindfulness pueden ayudar bastante. Sin embargo, si consideramos que necesitamos ayuda para cambiar hábitos arraigados, la terapia cognitivo-conductual es una buena opción.

Es importante tomar en cuenta que nuestra vida siempre estará rodeada de potenciales situaciones estresantes. Pero lo que le importa a nuestro cerebro y, en general, a nuestro cuerpo es la manera en la que aprendamos a responderle al estrés.

¿Qué tipo de profesional debo visitar para recibir un tratamiento que me ayude a manejar el estrés?

Si siente que necesita ayuda puede recurrir a un profesional de la salud mental. Tanto un médico psiquiatra, quien podrá ayudarle con algunos factores asociados como síntomas de depresión, trastornos de personalidad asociados; o un psicoterapeuta especialista en Terapia Cognitivo Conductual, para poder corregir algunos hábitos contraproducentes.

En la Clínica de Especialidades Médicas, tenemos disponible un staff de calidad en salud mental, tanto psicólogos como psiquiatras.

Si desea más información sobre este tratamiento no dude en contactarse al 412 0900 o solicitar una consulta  en nuestro portal “Atenciones al paciente”.

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