La trampa de la inmediatez

En un mundo que se mueve a una velocidad vertiginosa, donde cada día parece una carrera contra el reloj por lograr más en menos tiempo, nos encontramos atrapados en lo que podríamos llamar «la trampa de la inmediatez».

Esta trampa silenciosa nos susurra constantemente que todo en nuestra vida debe ocurrir al ritmo de un clic. Profesionales agobiados, jóvenes ansiosos por el éxito y padres abrumados por las exigencias diarias, todos caemos presa de esta ilusión de que los buenos hábitos, al igual que todo lo demás, deben manifestarse instantáneamente.

En este artículo, exploraremos cómo la paciencia se puede convertir en una herramienta para luchar contra esta trampa, revelando un camino hacia el desarrollo del liderazgo.

El anhelo por adquirir nuevos hábitos

 

Cada vez que realizo programas de acompañamiento de tipo coaching para jóvenes o profesionales escucho cuestiones como las siguientes:

  • ¿Qué puedo hacer para aprovechar al máximo mi tiempo y rendir mejor?
  • Me gustaría ser más eficiente en mis actividades del trabajo.
  • Quiero empezar a realizar deporte, pero me cuesta demasiado.

Esto me lleva a considerar que existe un anhelo constante por adquirir nuevos hábitos y lograr generar cambios positivos en nuestras vidas; así como también a reconocer que existen muchas barreras siendo una de ellas la generada por la trampa de la inmediatez.

De este modo, nos podemos detener para observar que en ocasiones esta trampa se interpone entre las personas y su anhelo por cambiar comportamientos.

¿Cómo le hacemos frente a la trampa de la inmediatez?

 

En esta oportunidad deseo presentar a la PACIENCIA como una herramienta para hacer frente a la trampa de la inmediatez y así abrir espacio a mirar esta situación en positivo: ¿cómo adquirir hábitos con ayuda de la paciencia?

Es bueno respetar y cuidar los tiempos, muchas cosas en la vida requieren tiempo, aunque en su mayoría son procesos lentos que ocurren de manera progresiva y por lo general cuestan, es decir, requieren de sacrificios.
Cultivar nuestro mundo interior también requiere tiempo y así exige paciencia.

Requerimos paciencia con la vida, con los demás y sobre todo con nosotros mismos.

Sin duda, podría resultar insuficiente tan sólo proponernos que desde ahora seamos más pacientes, por ello me gustaría compartir 3 ideas que nos pueden ayudar a cultivar la paciencia en nuestras vidas:

  • Tener paciencia no significa dejar de luchar o esperar de brazos cruzados:

    El Papa Francisco nos dice: “… la actitud de los padres cuando tienen un hijo enfermo o con discapacidad, que nace así, ‘pero gracias a Dios está vivo’”. “son pacientes y le dan toda la vida a aquel hijo con amor y hasta el final. Y no es fácil llevar adelante durante años y años a un hijo con discapacidad, a un hijo enfermo… Pero la alegría de tener ese hijo les da la fuerza necesaria para seguir adelante. Eso es paciencia, no resignación.”

  • Podemos entrenar la paciencia cada día:

    Por ejemplo, dentro del trabajo cuando las personas no actúan como tú lo esperas o cuando las cosas te salen mal, también en casa, cuando alguien te pide ayuda y se interpone con las cosas que tienes planeadas o cuando tus hijos no te prestan atención.

  • Las claves de la paciencia pueden estar más cerca de lo que te imaginas:

    Según hemos visto, los cambios en la realidad requieren paciencia y nuestros abuelos de esto saben mucho, así que si tienes abuelos en tu familia alégrate y comparte con ellos. De ellos podemos aprender a aceptar la vida como viene, aceptarnos a nosotros mismos y a tener paciencia.

Si llegaste hasta aquí muchas gracias por ello y espero de verdad que este artículo te aporte valor.

La paciencia es una virtud que nos permitirá crecer como personas y en el desarrollo de nuestro liderazgo.
¡Anímate a dar el primer paso!

Abrazo
Erick Jaramillo

 

 

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